La Fundación Ghisla presenta la exposición ¡Mírame! El cuerpo en el arte desde los años 50 hasta hoy, una lectura transversal del arte, desde la posguerra hasta nuestros días, a través del tema del cuerpo en la fotografía, en las obras de artistas y fotógrafos internacionales. Una imagen del gran estadounidense Irving Penn, fechada entre 1949 y 1950, introduce la exposición, comisariada por Angela Madesani y Annamaria Maggi, que estará abierta al público del 8 de septiembre de 2019 al 5 de enero de 2020.
¡Mírame! es una investigación articulada a través del medio fotográfico que, desde las obras socialmente comprometidas de los años sesenta y setenta, desemboca en los grandes autores fotográficos de los ochenta y llega hasta nuestros días.
“La perspectiva de la que partimos es una investigación sobre la relación entre el cuerpo femenino y el masculino y la investigación de algunos importantes artistas que han trabajado con el cine, el vídeo, la fotografía y la instalación. Una investigación que se aleja del concepto reductor de género para poner en diálogo artistas y obras muy diferentes”, afirma Angela Madesani.
“El cuerpo”, explica Annamaria Maggi, “es el tema más antiguo de la historia del arte: desde las primeras formas de representación, y en muchos aspectos todavía hoy, el cuerpo humano es el tema principal de las diversas prácticas artísticas. Sin el cuerpo no habría arte. En el pasado, la figura humana ha sido la herramienta esencial para comunicar historias y dar forma visible a sentimientos, creencias y conceptos; aún hoy, a pesar de la multiplicación de tendencias y prácticas no figurativas que han tenido lugar en el último siglo, el cuerpo sigue siendo el protagonista de la investigación de muchos de los autores contemporáneos más radicales e interesantes: el cuerpo sigue siendo llamado por el arte a ser símbolo”.
Las obras, situadas cronológicamente entre los años sesenta y setenta, son casi siempre testimonio de acciones performativas como en el caso de Marina Abramovic, Vito Acconci, Urs Lüthi, Ana Mendieta, Fabio Mauri, Bruce Nauman, Denis Oppenheim y Gina Pane.
También están las obras de grandes fotógrafos, que han situado el cuerpo en el centro de sus investigaciones, como Robert Mapplethorpe con sus imágenes del desnudo masculino, la mayoría en clave sadomasoquista y homoerótica.
La moda, la publicidad, están en el centro de la obra de uno de los fotógrafos más irreverentes de los últimos treinta años, David Lachapelle: sus imágenes fuertemente coloreadas presentan temas a veces provocadores, como en la obra expuesta.
Mujeres en poses inequívocamente eróticas son retratadas por el artista-fotógrafo japonés Nobuyoshi Araki. También de la misma nacionalidad es Izima Kaoru, que pregunta a las jóvenes modelos que fotografía en qué circunstancias les gustaría morir y cómo les gustaría ir vestidas. Imágenes de gran elegancia, en abierto contraste con las duras y explícitas de la estadounidense Nan Goldin. Eros y Tánatos es también el tema de las imágenes de la exposición del estadounidense Andrés Serrano, en las que se comparan vejez y juventud.
Delicados y conmovedores son los autorretratos de Francesca Woodman, que se suicidó con poco más de veinte años. Autorretratos son también los de Cindy Sherman, que ha recurrido al travestismo y al transformismo desde sus primeros pasos en el arte. También Luigi Ontani, que se autorretrata de diversas formas desde los años setenta. La obra del inglés John Coplans en los años 90 consiste en autorretratos del artista como anciano en los que destacan los signos del paso del tiempo. Las mujeres, también en declinaciones eróticas y voyeuristas, son los temas de las imágenes de la artista francesa Bettina Rheims.
Las grandes fotografías de Spencer Tunick están protagonizadas por grupos de personas desnudas retratadas en contextos inquietantes, como en la obra expuesta, que tiene como telón de fondo el gran glaciarAletsch, en Suiza.
También se expone una gran obra de Vanessa Beecroft, una de las artistas más importantes de la escena italiana contemporánea, creadora y directora de performances desde hace más de veinte años, en las que mujeres jóvenes dan vida a tableaux vivants de otro tipo.
El cuerpo, el suyo, es el centro de las obras de la iraní Shirin Neshat, destinadas a subrayar la complejidad de las condiciones existenciales de la mujer en la cultura iraní y su relación con el varón. “Mi cuerpo actúa como un barómetro, se convierte en una aguja que conecta a personas de distintas épocas y lugares”, declaró la artista surcoreana, neoyorquina de adopción.
Collages formados por fotografías de miembros humanos son el tema de Study for a portait, de Peter Welz, en el que el cuerpo adquiere un significado totalmente distinto al de las demás obras de la exposición.
Same Same But Different son dos fotografías de gran tamaño de Stefano Scheda, colocadas una frente a otra, en las que los cuerpos de dos hombres desnudos, uno blanco y otro negro, emergen del mar y se saludan levantando los brazos. Una obra que nos invita a reflexionar, a ir más allá de las apariencias, en un momento de la historia en el que el miedo a la diversidad parece haberse convertido en la consigna.
La exposición va acompañada de un catálogo publicado por Scalpendi Editore.
Para cualquier información, llame al (+41) 91 751 01 52 o envíe un correo electrónico a info@ghisla-art.ch.
En la foto: Spencer Tunick, Glaciar Aletsch, Suiza (2007), impresión de archivo en cristal Fujicolor, 120x150 cm.
Fuente: comunicado de prensa
El cuerpo en el arte desde los años 50 hasta hoy: una exposición en Locarno |
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