Del 7 de diciembre de 2024 al 16 de marzo de 2025, Villa d’Este en Tivoli acoge la exposición La Via Lattea. Declinazioni del bianco nel XX secolo (La Vía Láctea. Declinación de la blancura en el siglo XX), cuyo objetivo es investigar el concepto de blancura en el arte del siglo XX. Organizada por el Istituto Autonomo Villa Adriana e Villa d’Este - VILLÆ y comisariada por Andrea Bruciati, director del Instituto, la exposición presenta un diálogo sin precedentes entre el arte contemporáneo y el clásico en el contexto de Tívoli y su historia: desde el entorno monocromo de los mármoles estatuarios de la Mouseia de Villa Adriana hasta las agotadas canteras de travertino, pasando por las aguas del albule, con sus sedimentos calcáreos y su blancura. A través de las obras expuestas y de la referencia constante al paisaje y a la estatuaria, la exposición pretende contar cómo la blancura ha adquirido una autonomía total hasta el punto de ser considerada una obra de arte tout court. Aunque a lo largo de los siglos ha asumido antropológicamente significados simbólicos a menudo ambivalentes -limpieza, pureza y religiosidad, pero también luto, muerte y maldad-, las teorías del color del siglo XX iniciaron un debate sobre cómo considerar el blanco: como color o más bien como vacío, como ausencia. Grado cero del color y del gesto creativo, gracias a artistas como Lucio Fontana, Piero Manzoni y Alberto Burri, el blanco se ha convertido en el manifiesto de nuevas reflexiones artísticas, sobre todo en la escena italiana.
El proyecto expositivo se centra en la tabula rasa entendida como puesta a cero, pero también como página en la que reescribir la investigación artística del siglo XX -del abstraccionismo al espacialismo, del arte pobre y conceptual a la performance-, en la que el monocromo se configura a la vez como código de reducción y aniquilación de la subjetividad, y como espacio abierto que vive de las sensaciones del observador.
Villa d’Este reúne así obras de Stefano Arienti (Asola, 1961), Gianfranco Baruchello (Livorno, 1924 - Roma 2023), Mirella Bentivoglio (Klagenfurt, 1922 - Roma, 2017), Carlo Benvenuto (Stresa, 1966), Alighiero Boetti (Turín, 1940 - Roma, 1994), Agostino Bonalumi (Vimercate, 1935 - Desio, 2013), James Lee Byars (Detroit, 1932 - El Cairo, 1997), Vanessa Beethoven (Livorno, 1922 - Roma, 2017). El Cairo, 1997), Vanessa Beecroft (1969, Génova), Antonio Calderara (Abbiategrasso, 1903 - Lago d’Orta, 1978), Pier Paolo Calzolari (Bolonia, 1943), Giuseppe Capogrossi (Roma, 1900 - Roma, 1972) Enrico Castellani (Castelmassa, 1930 - Viterbo, 2017), Mario Ceroli (Castelfrentano, 1938), Mario Dellavedova (Legnano, 1958), Lucio Fontana (Rosario,1899 - Comabbio, 1968), Mario Giacomelli (Senigallia, 1925 - 2000), Alberto Giacometti (Borgonovo, Bregaglia, Suiza, 1901 - Chur, Suiza, 1966), Francesco Lo Savio (Roma, 1935 - Marsella, 1963), Piero Manzoni (Soncino, 1933 - Milán, 1963), Marino Marini (Pistoia, 1901 - Viareggio, 1980), Fausto Melotti (Rovereto, 1901 - Milán, 1986), Bruno Munari (Castelfrentano, 1938), Mario Dellavedova (Legnano, 1958), Lucio Fontana (Rosario, 1899 - Comabbio, 1968). Milán, 1986), Bruno Munari (Milán, 1907 - 1998), Gastone Novelli (1925, Viena, Austria - 1968, Milán), Gina Pane (Biarritz, 1939 - París, 1990), Giulio Paolini (Génova, 1940), Emilio Prini (Stresa, 1943 - Roma, 2016), Angelo Savino (Pistoia, 1901 - Viareggio, 1980). Roma, 2016), Angelo Savelli (1911, Pizzo - 1995, Brescia), Arcangelo Sassolino (Vicenza, 1967), Sissi (Bolonia, 1977) y Kiki Smith (Núremberg, 1954). Obras de la Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo (GNAMC), Colección Intesa San Paolo, Colección Familia Mazzoli, Colección Fioravanti Meoni, Fundación Piero Manzoni, Galería Mazzoli, Galería Repetto y Sergio Casoli.
“Desde las enseñanzas de Winckelmann, que anhelaba un clasicismo acromático e idealizado, hasta el absoluto revolucionario del Quadrato bianco su fondo bianco (1918) de Kasimir Malevic, asistimos a un itinerario que elimina cualquier contaminación con la realidad”, afirma Andrea Bruciati. “En Italia, esta filiación con un clásico entendido como academia es el gran banco de pruebas donde se han enfrentado los maestros del siglo XX, que han contribuido a romper esta absolutez, inervándola con fracturas, pliegues, infiltraciones, una porosidad que parece tan cercana al componente calcáreo, cálido e imperfecto del territorio de la antigua Tibur. De hecho, el proyecto pretende dejar constancia de esta continua corruptibilidad de un código entendido como atemporal y fijo, para acoger una idea fenomenológica, declinada de forma espuria, tras la que se esconde la tensión hacia una utopía que permanece, como tal, inalcanzable”.
Para más información: https://villae.cultura.gov.it/
El blanco en el arte del siglo XX: una exposición en Villa d'Este explora el tema |
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