Del 20 de septiembre al 22 de noviembre de 2024, BBS-pro de Prato presenta L’arte è carta da parati per ricchi (El arte es papel pintado para ricos), una exposición del artista Giulio Alvigini (Tortona, 1995), organizada en colaboración con TerraMedia, comisariada por Davide Sarchioni. Para Alvigini, cuya práctica se centra en el concepto de “carrera-trabajo”, exponer en el espacio expositivo de un bufete de censores jurados de cuentas y auditores se convierte en una oportunidad para poner en escena una narrativa sobre el sistema del arte y su mercado, a través de la deconstrucción de ciertos temas de intersección entre la producción artística contemporánea y su comercialización.
La práctica de Alvigini puede describirse como una búsqueda para “hacer de la propia carrera una obra de arte”, ya que en toda su obra intenta sancionar como artísticos todos aquellos procesos que son útiles para construir una carrera en el mundo del arte, como la trayectoria y la estrategia (o la no estrategia). Art is wallpaper for rich people es una instalación site-specific diseñada para los espacios del estudio y estructurada en un recorrido circular que simula la dimensión autorreferencial y de autoconfirmación típica del mundo del arte. El recorrido está puntuado por cuatro intervenciones/obras de una fenomenología retornada, deudora de ciertas perspectivas filosóficas: el “círculo de círculos” hegeliano con su dialéctica y el eterno retorno nietzscheano en la espiral infinita que define el recorrido de la exposición; el “cogito” cartesiano El “cogito” cartesiano como estatuto de existencia del coleccionista; la lucha socialista y marxista y su retórica en la reelaboración del famoso cuadro de Pellizza da Volpedo, Quarto Stato, pintado entre 1868 y 1907.
La exposición se abre con la bandera, símbolo de confrontación pero también del riesgo de caer en su retórica, “Trabajadores del arte = obras de arte”, en la que el Cuarto Estado sirve de telón de fondo a una comparación insólita: ¿y si los trabajadores del arte (es decir, el sistema) fueran la verdadera obra? La lucha se convierte en apariencia, en exclusividad que excluye a los que no forman parte de la tribu. Un diafragma consistente en una valla de obra divide físicamente el espacio expositivo del espacio de trabajo de la oficina, dibujando metafóricamente un adentro-afuera entre los de fuera y los iniciados en el arte. Un proceso que ha de confirmarse en la positividad del coleccionismo como “estoy en que colecciono” pero que culmina en la gran intervención que domina la exposición: un gran papel pintado que afirma en su enunciado “el arte es papel pintado para ricos”, haciendo coincidir así el concepto con su forma. Es el reconocimiento del privilegio del arte lo que obliga a un reconocimiento crítico que se reengancha a la primera obra y vuelve a empezar en esta espiral nihilista y desengañada que está eternamente condenada a volver sobre sí misma.
Horario de apertura: De lunes a viernes de 9.00 a 13.00 h. y de 14.30 a 18.30 h.
El arte es papel pintado para ricos: la provocación de Giulio Alvigini en Prato |
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