La primera gran exposición sobrearte medieval en Pistoia: se trata de Medioevo a Pistoia. Un cruce de artistas entre el románico y el gótico, una exposición comisariada por Angelo Tartuferi, Enrica Neri Lusanna y Ada Labriola que se celebrará del 27 de noviembre de 2021 al 8 de mayo de 2022 en elAntico Palazzo dei Vescovi y el Museo Civico de la ciudad toscana. Con más de 60 obras entre pinturas, esculturas, obras maestras de la miniatura y de la orfebrería, la exposición lleva al público a descubrir el tejido artístico y cultural de uno de los centros más vivos de la Edad Media europea.
Pistoia se convirtió en un centro de importancia internacional cuando, a instancias del obispo Atto, en 1140 llegó a la ciudad la reliquia de San Jacobo, situando al municipio toscano entre las rutas de peregrinación europeas más importantes. La exposición, con motivo delAño Iacobeo, ilustra por primera vez el extraordinario panorama de las artes en Pistoia desde el siglo XII hasta principios del XV, revelando el papel de liderazgo que la ciudad asumió en la Edad Media en el campo de las artes figurativas. Compuesta de seis secciones, La Edad Media en P istoia presenta una progresión cronológica que comienza con la llegada de la reliquia de San Jacobo a la ciudad, pasa al siglo XIII, cuando Pistoia conquista un papel destacado en el panorama de las artes figurativas internacionales, y llega al siglo XIV, con presencias ilustres en la ciudad y el inicio de una fuerte identidad figurativa. Incluso en el periodo tardogótico, a pesar de la pérdida de autonomía política y la sumisión definitiva a Florencia, la ciudad mantuvo sus rasgos distintivos en el panorama de la pintura toscana. Además, la exposición se expande idealmente más allá de los confines de los espacios museísticos que la acogen a través de una visión difusa del mobiliario de las iglesias de la ciudad.
En la época medieval, Pistoia se equiparaba a los grandes centros de la Toscana, gracias a la importancia de sus monumentos, al conspicuo mecenazgo de su mobiliario y a una vocación cultural de alcance internacional. Un precursor de ello fue el obispo Atto, que al acoger la reliquia del apóstol Jacopo da Compostela en 1140 incluyó a Pistoia en la red europea de rutas de peregrinación. En aquella época, la ciudad gozaba de la presencia de mecenas ilustrados, que atrajeron a figuras como los escultores Guglielmo, Guido da Como, Nicola y Giovanni Pisano, que dejaron en Pistoia obras maestras fundamentales de la historia del arte italiano. Acompaña a las obras de estos escultores la más imponente de las obras de orfebrería, sello ideal de la exposición: elAltar de Plata de San Jacopo, que hace de Pistoia un centro neurálgico de la orfebrería.
La pintura en miniatura (gracias a la actividad del taller del Maestro de Sant’Alessio en Bigiano, y en el siglo XV por la elegancia de las ilustraciones del Maestro de la Capilla Bracciolini en la Divina Comedia conservadas en la Biblioteca Nacional de Nápoles) también conoció un periodo de gran vivacidad en Pistoia. A finales del siglo XII, dos personalidades destacadas de la pintura se encontraban también en la ciudad: el Maestro del Crucifijo nº 434 de los Uffizi(pinche aquí para saber más sobre este artista), en cuya obra se formó Coppo di Marcovaldo, y el Maestro de Santa Maria Primerana. En el siglo XIV, Pistoia ofrece un panorama variado de personalidades y tendencias culturales en el ámbito de la pintura, con artistas de la talla de Lippo di Benivieni, Taddeo Gaddi y Niccolò di Tommaso, que sitúan a Pistoia en una posición destacada, reafirmada por la obra de Pietro Lorenzetti Majestad y ángeles de los Uffizi (uno de los préstamos más prestigiosos de la exposición), restaurada para esta ocasión.
Las obras reunidas con motivo de Medioevo a Pistoia son tanto más interesantes por la densa red de relaciones que las une a las obras maestras conservadas en las iglesias y museos de Pistoia. La exposición, que tiene su núcleo en las salas del Antiguo Palacio de los Obispos flanqueadas por una sección en el Museo Cívico de Arte Antiguo, se convierte así en el punto de apoyo de un diálogo a varias voces en el que participan todos los monumentos medievales de la ciudad y su vasto territorio. Con "Medioevo a Pistoia", Pistoia Musei ofrece a sus visitantes un itinerario para descubrir la Pistoia medieval que, a través de las iglesias de Sant’Andrea y San Giovanni Fuorcivitas (entrada gratuita con la entrada a la exposición), la catedral de San Zeno (donde se puede acceder alAltare Argenteo di San Jacopo), así como las iglesias de San Bartolomeo in Pantano, San Paolo, San Domenico, San Francesco, la iglesia de Tau y el Baptisterio, permite redescubrir el tejido figurativo de uno de los centros más importantes de la Edad Media italiana, caracterizado por opciones culturales de amplitud europea. Además, Pistoia Musei amplía aún más su oferta, durante toda la duración de la exposición, ampliando el horario de visita los jueves hasta las 22.00 horas y organizando visitas guiadas, actividades para escuelas, encuentros con los conservadores, talleres didácticos para niños y adultos, y acompañando la exposición con un ciclo de conferencias con estudiosos de nivel internacional, así como una serie de eventos y actividades culturales. Para que los diferentes públicos puedan visitar la exposición con total autonomía, se ha dotado a la misma de una aplicación específica (descargable en iOS y Android), que permite a los visitantes seguir diferentes rutas en función de sus necesidades.
Con motivo de la exposición, los Musei di Pistoia se ocuparon de la restauración de las siguientes obras, dieciséis en total entre esculturas, pinturas y miniaturas, cedidas por importantes instituciones toscanas y nacionales: Pintor giottesco, Virgen con el Niño y el Salvador en la Cimasa, 1360-65 (Musei Civici, Pavía); Pietro Lorenzetti, Virgen con el Niño entronizado de ángeles, hacia 1343 (Galerías Uffizi, Florencia); Maestro de 1336, Virgen con el Niño entre los santos Francisco, Juan Bautista, Andrés y Antonio Abad, 1345-50 (Museo della Collegiata di Sant’Andrea, Empoli); Giovanni di Bartolomeo Cristiani, Virgen con el Niño entronizado entre San Nicolás de Bari y San Juan Bautista, 1390 (Colección Intesa Sanpaolo); Giroldo da Como, Tres losas de monumento sepulcral, último cuarto del siglo XIII (Museo Civico d’Arte antica, Pistoia); Matteo Torelli, Gradual B di San Benedetto, 1403-04 (Biblioteca Leoniana, Pistoia); Maestro di Sant’Alessio in Bigiano, Gradual Sant’Alessio in Bigiano CXXV. 15, 1285-90 (Archivo Diocesano, Pistoia); Maestro di Sant’Alessio in Bigiano, Antifonario St, 1280-85 (Archivo Diocesano, Pistoia); miniaturista florentino afín a Pacino di Bonaguida, Gradual de Spazzavento, 1320-30 (Archivo Diocesano, Pistoia); Don Simone Camaldolese, Gradual 487/100, c. 1405 (Archivo Capitular, Pistoia); Maestro del Antifonario de San Giovanni Fuorcivitas, Antifonario 488/100, c. 1340 (Archivo Capitular, Pistoia); Maestro de la Capilla Bracciolini, Crucifixión y santos, 1424 (Iglesia Catedral, Pistoia); Taddeo Gaddi, Políptico, c. 1353 (Iglesia de San Giovanni Fuorcivitas, Pistoia); Giovanni di Bartolomeo Cristiani, San Juan Evangelista y ocho historias de su vida, 1370 (Iglesia de San Giovanni Fuorcivitas, Pistoia); Guido Bigarelli, San Miguel, 2º cuarto del siglo XIII (Iglesia de San Michele in Cioncio, Pistoia).
La exposición está organizada por Pistoia Musei, sistema museístico promovido por Pistoia Musei & Cultura scrl, sociedad instrumental de la Fondazione Caript. Patrocinador principal Conad Nord Ovest, socios Ayuntamiento de Pistoia y Diócesis de Pistoia. Horario: de miércoles a domingo de 10.00 a 20.00 h, jueves de 10.00 a 22.00 h, lunes y martes cerrado. Entradas: tarifa completa 10 euros, reducida 7 euros. Para más información : www.pistoiamusei.it.
Entre las grandes ciudades toscanas ricas en obras de arte, Pistoia fue una de las principales protagonistas de la cultura figurativa de la Baja Edad Media. Sin embargo, en las últimas décadas no se ha dedicado a su patrimonio artístico ninguna exposición organizada de forma crítica, quizás debido a la falta de un artista nacido en la ciudad que le sirviera de gloria. Todos los grandes maestros que trabajaron en Pistoia entre finales del siglo XII y principios del XV eran artistas importados, a veces entre los más destacados de su época. Dos fueron las razones que les atrajeron a dejar en la ciudad fundadora obras maestras de la historia del arte: honrar el culto a la reliquia de San Jacobo, adquirida a Santiago de Compostela en la quinta década del siglo XII, y responder a la necesidad, dictada por el orgullo cívico, de afirmar con las artes figurativas el prestigio de la ciudad frente a otros centros, como Florencia, que ya a finales del siglo XIII representaban una amenaza para su autonomía. Para responder a estas necesidades culturales y políticas, Pistoia muestreó todos los aspectos de la producción artística, alcanzando niveles muy elevados: desde la arquitectura a la pintura, pasando por la miniatura, la escultura o la orfebrería, creando su imagen figurativa en constante diálogo.La exposición presenta sesenta y ocho obras comparadas, realizadas en diferentes técnicas, a través de cuyo estudio actualizado pretende ofrecer un ensayo del concierto de las artes que, con el telón de fondo de una obra maestra identitaria como el Altar de Plata de San Jacopo, caracterizó a Pistoia, proyectándola hacia una dimensión europea en la Edad Media.
La exposición comienza con la llegada de la reliquia de San Jacopo, que hizo de Pistoia una parada obligatoria en el viaje devocional más importante de la época, a partir de la renovación de las principales iglesias, empezando por la Catedral de San Zeno. En la primera sección se exponen obras del siglo XII, un periodo en el que la zona de Pistoia ya estaba predispuesta a cruzar lenguajes muy diferentes. Frente a pinturas contemporáneas de gravedad icónica(Virgen con el Niño del Museo Cívico, de San Matteo), el fragmento aquí expuesto (Huida a Egipto), perteneciente a la antigua decoración al fresco de la cripta de la Catedral, destaca por su timbre narrativo y sus colores luminosos. Expresivas afinidades con el fresco de la Huida a Egipto caracterizan las miniaturas de la espectacular Biblia de la Catedral (Roma, Biblioteca Casanatense), testimonio de la riqueza y el prestigio de los canónigos de San Zenón. A continuación pasamos al siglo XIII, el siglo de oro de la ciudad, durante el cual Pistoia adquirió un papel destacado en el panorama de las artes figurativas a nivel internacional. Aunque políticamente débil, debido también a la modesta extensión de su territorio, la ciudad mantenía relaciones con los principales centros comerciales europeos. Fue una época de grandes artistas: el Maestro de la Cruz 434 de los Uffizi, que con la colaboración del Maestro de Santa Maria Primerana pintó uno de los primeros paneles hagiográficos de San Francisco (Pistoia, Museo Civico), Andrea di Jacopo d’Ognabene, probable autor en 1287 del primer núcleo del Altar de Plata de San Jacopo, y también Nicola Pisano, quizá llamado a Pistoia por los Frailes Menores inmediatamente después de 1270 para erigir la tumba de un importante prelado, Filippo arzobispo de Rávena. Y también Fra Guglielmo, y el florentino Coppo di Marcovaldo, que se ocupó de la decoración de la capilla de San Jacopo, y que encontró un válido seguidor pistoiese en Manfredino di Alberto, presunto autor de los frescos del ábside de Santa Maria a Ripalta y de San Bartolomeo in Pantano, influido por Cimabue y establecido en Génova en la última década del siglo XIII.
A continuación nos trasladamos a principios del siglo XIV, cuando Giovanni Pisano realizó el púlpito de la iglesia de Sant’Andrea, obra maestra absoluta de la Edad Media europea en la que puso en práctica la síntesis de concepción doctrinal, estructura compositiva y estilo. En Pistoia, Giovanni Pisano también dejó dos Crucifijos “in piccolo” (Sant’Andrea, Santa Maria a Ripalta), como sello de su presencia, y el Ángel con la cabeza del Bautista (antiguamente en el Baptisterio), todos ellos expuestos en la exposición. En pintura, el panorama artístico, muy diversificado, está poblado por personalidades de notable nivel y originalidad. La figura autóctona que sobresale es el Maestro de 1310, que se compara con el pintor de frescos, igualmente original, del presbiterio de San Giovanni Fuorcivitas. Un eco del sometimiento político en Florencia es la presencia de Lippo di Benivieni, que, intérprete personalísimo del giottismo, dejó en la ciudad la Lamentación sobre Cristo muerto, una de las mayores obras maestras de la Florencia de principios del siglo XIV, expuesta en la sección del Museo Cívico del recorrido de la exposición. Incluso en el campo de la pintura en miniatura, las pruebas apuntan en dirección a Florencia. Un punto de referencia privilegiado es el taller del principal artista de la producción florentina de libros, Pacino di Bonaguida, que en el Graduale di Popiglio (Museo de Arte Sacro) ofrece una versión elegante de su clasicismo figurativo compuesto. En la estela de los desarrollos florentinos se encuentra también el importante Maestro de la Majestad Cívica de Pistoia, presente con el políptico juvenil en la Pinacoteca di Empoli. La escultura tiene su década dorada entre 1330 y 1340; a ello contribuyen la construcción en curso del Baptisterio y el descubrimiento del cuerpo del obispo Atto.
El proceso de sometimiento político, comercial y cultural de la ciudad a Florencia había madurado a finales del siglo XIII: fue sancionado de forma muy simbólica en 1296 por el nuevo Statuto del Podestà redactado directamente por el gobierno florentino. Sin embargo, fue a partir del segundo cuarto del siglo XIV cuando la pintura florentina afirmó su preeminencia en el panorama artístico de la ciudad. El propio Giovanni di Bartolomeo Cristiani, principal protagonista local, no sólo mantuvo, según los documentos de archivo que conocemos, una relación de colaboración con Nardo di Cione, sino que desarrolló su actividad principalmente en referencia a manifestaciones artísticas florentinas. La presencia en la exposición de la Virgen y el Niño entronizados con ángeles de Pietro Lorenzetti, de los Uffizi, procedente de la iglesia de San Francesco de Pistoia, parece mantener alto el interés por los artistas sieneses, pero en realidad el panorama artístico pasa a estar dominado por los florentinos, debido a la intensa actividad en la decoración al fresco de los seguidores directos de Maso di Banco, Alesso di Andrea y Bonaccorso di Cino. Poco después de mediados de siglo, Taddeo Gaddi (políptico de San Giovanni Fuorcivitas, en exposición) afirmó el definitivo dominio cultural florentino, difundido más tarde en la ciudad por la actividad de Niccolò di Tommaso, y extendido también al campo de la ilustración de libros. La pérdida de la autonomía política y la sumisión definitiva a Florencia en 1402 fueron el telón de fondo de la temporada del gótico tardío, que en Pistoia se afirmó con características distintivas en el panorama de la pintura toscana entre los siglos XIV y XV. El protagonista de la escena artística de la ciudad en la segunda mitad del siglo XIV, Giovanni di Bartolomeo Cristiani, vuelve a proponer su delicado lenguaje en la última década del siglo en el tríptico conservado en el Museo Diocesano de Milán y expuesto en la exposición, realizado en colaboración con Nanni di Jacopo, que probablemente fue su alumno. Si la yuxtaposición de sugerencias tardogóticas de Nanni di Jacopo se aprecia sobre todo en la brillantez cromática o el preciosismo de las telas que adornan sus cuadros, la renovación pictórica es impulsada con mayor convicción por Antonio Vite. Autor de representaciones vivamente expresivas, en los años en torno a 1390 Antonio Vite abrió el camino que conduciría a la plena afirmación de los fermentos tardogóticos, cuyo mayor intérprete fue un artista de una generación más joven, el Maestro de la Capilla Bracciolini.
La exposición continúa en el Palazzo Comunale, centrándose en la Maestà Civica, el gran fresco de la planta baja del palazzo, con la Virgen y el Niño entronizados entre seis ángeles y los santos Juan Bautista, Santiago el Mayor (o San Bartolomé), Zenón y Juan Evangelista (?), uno de los testimonios más relevantes de la pintura monumental en Pistoia en la primera mitad del siglo XIV, y con la sección del primer piso, en la que podemos admirar algunas de las obras fundamentales para el desarrollo artístico de Pistoia entre los siglos XIII y XV, como el espléndido panel esculpido por Nicola Pisano con los Estigmas de San Francisco, muy probablemente para el monumento funerario del obispo Filippo da Pistoia en la primitiva iglesia franciscana de la ciudad.junto con el retablo en cúspide con San Francisco y ocho historias de su vida pintado para la misma iglesia por el Maestro de la Cruz 434 de los Uffizi, y la ya mencionada Lamentación sobre Cristo muerto de Lippo di Benivieni, obra maestra de este gran y originalísimo pintor giottesco florentino pintada para la iglesia de los Umiliati.
“La conservación, valorización y promoción del patrimonio artístico y cultural local, así como de su identidad y elementos distintivos, son algunos de los principales objetivos que caracterizan la actuación de la Fondazione Cassa di Risparmio di Pistoia e Pescia”, afirma el Presidente Lorenzo Zogheri. “Y es también a través de las actividades de su sistema museístico (gestionado por la sociedad instrumental Pistoia Musei & Cultura scrl y dirigido por Monica Preti) como nuestra organización persigue estos objetivos.Es también a través de las actividades de su sistema museístico (gestionado por la sociedad instrumental Pistoia Musei & Cultura scrl y dirigido por Monica Preti) que nuestra organización persigue estos objetivos, apoyando con convicción un proyecto importante y desafiante, nacido del deseo de ofrecer a la ciudad, a sus habitantes y a los visitantes un programa articulado y atractivo de iniciativas culturales, para que Pistoia pueda valorizar y dar a conocer su extraordinario patrimonio artístico. En el surco de este itinerario se encuentra Medioevo a Pistoia. Encrucijada de artistas entre el románico y el gótico, una importante exposición que, por primera vez, da a conocer al público el excepcional contexto artístico que caracterizó a la ciudad entre los siglos XIII y XIV: un periodo de gran esplendor consecuente también a la importante elección estratégica realizada por el obispo Atto en el siglo anterior, que con la decisión de traer a Pistoia la reliquia de San Jacopo consiguió establecer el equilibrio y la alianza entre el poder político y el religioso, aumentando la prosperidad económica de la ciudad gracias a la considerable afluencia de peregrinos que llegaban hasta allí para venerar al santo”.
“El objetivo de los comisarios de la exposición”, subraya Monica Preti, directora de los Musei di Pistoia, “era presentar una imagen crítica de la historia de las artes en Pistoia desde el siglo XII hasta principios del XV con el culto a San Jacopo como telón de fondo. Para ello, se han apoyado en una historiografía muy enriquecida en los últimos años, aunque nunca traducida en una empresa expositiva como la que atestigua este catálogo. Y sin embargo, Pistoia había asumido en la Edad Media un papel de primer orden en el campo de las artes figurativas, tal que permitía a la ciudad compararse dignamente ya desde la segunda mitad del siglo XIII -por la importancia de sus monumentos y la calidad de su mobiliario- con los grandes centros de la Toscana, en un contexto muy competitivo. Además, se había proyectado fuertemente en una dimensión extralocal toda la política del obispo Atto, quien en 1140, para recomponer los conflictos que minaban su autoridad, no dudó en traer a Pistoia una reliquia del cuerpo del apóstol Jacopo de Compostela, sello de devoción cívica y primer impulso de la inclusión de la ciudad en la red de las principales rutas de peregrinación, con todas las consecuencias religiosas, económicas y artísticas que ello conllevaba. Las obras reunidas en esta ocasión, gracias también a importantes préstamos nacionales e internacionales, son tanto más interesantes por la densa red de relaciones que las unen (por filiación o afinidades diversas) a las obras maestras conservadas en las iglesias y museos de Pistoia. La exposición (que tiene su núcleo en las salas del Antiguo Palacio de los Obispos, flanqueada por una sección en el Museo Cívico de Arte Antiguo) se convierte así en el fulcro de un diálogo a varias voces que implica a todos los monumentos medievales de la ciudad y su vasto territorio, proyectándose a lo largo de varios recorridos que esperamos contribuyan a redescubrir el tejido figurativo de uno de los centros más importantes de la Edad Media italiana, caracterizado por opciones culturales de amplitud europea”.
“La Administración Municipal”, afirma el alcalde Alessandro Tomasi, “no podía sino acoger con gran satisfacción y un concreto espíritu de colaboración un acontecimiento tan importante, realizado por Pistoia Musei y dirigido también a constatar el papel de liderazgo que la ciudad asumió en la Edad Media en el campo de las artes figurativas”. Además del préstamo de seis obras, trasladadas temporalmente desde el Museo Cívico y la Biblioteca Forteguerriana a las salas del Antiguo Palacio Episcopal, mediante un convenio específico de colaboración, se pretendía contribuir a laorganización y promoción de la exposición, vinculando idealmente las obras maestras de la primera sala del Museo Cívico con la sede principal de la exposición (desde la tabla de Nicola Pisano con los estigmas de San Francisco hasta el majestuoso retablo franciscano, desde los fondos dorados de Lippo di Benivieni y el Maestro de 1310 hasta las dos tablas de Mariotto di Nardo y Rossello di Jacopo Franchi de Giaccherino, todas ellas espejos fieles y visibles de la historia artística de la ciudad precisamente en el periodo trazado por la exposición) y la sala de la planta baja del Palazzo Comunale, donde se encuentra el gran fresco del Maestro de la Majestad Cívica de Pistoia; pero también participando en la realización de la ágil publicación que ilustra algunos itinerarios para descubrir el arte medieval de Pistoia diseminado por toda la ciudad".
“Esta exposición”, subraya monseñor Fausto Tardelli, obispo de Pistoia, “pretende precisamente conmemorar esta Edad Media pistoiese de arte y cultura, en la que el esplendor de los fondos de oro, la minuciosa y refinada factura de los orfebres, el modelado de las esculturas y la riqueza decorativa imaginativa de los manuscritos se ponen ante todo al servicio de la fe y de su verdad. Y lo hace, en parte, en el admirable marco arquitectónico que proporcionan las espléndidas iglesias construidas en aquel ”tiempo medio“ y que aún hoy dan esplendor a la ciudad”.
“Valorizar el patrimonio artístico y cultural de nuestro país es la mejor manera de estar cerca de la comunidad. Para nosotros, en Conad Nord Ovest”, subraya el Director General Adamo Ascari, “ser una empresa de la comunidad, arraigada en el territorio en el que opera a diario con sus miembros, significa crear valor, compartir y promover las excelencias de nuestro territorio y proteger nuestras tradiciones. Apoyamos con convicción este importante proyecto que nació con la idea de dar vida y valorizar el extraordinario patrimonio artístico y cultural de Pistoia con iniciativas de participación y enriquecimiento personal, ofreciendo experiencias relevantes para toda la comunidad”. El panorama de las artes en Pistoia desde el siglo XII hasta principios del XV representa un valioso patrimonio que por primera vez contará al público, como en un único concierto, el papel protagonista que la ciudad asumió en la Edad Media en el campo de las artes figurativas".
“Entre las grandes ciudades toscanas ricas en obras de arte, Pistoia fue protagonista de la cultura figurativa de la Baja Edad Media”, explican los comisarios. "En un periodo histórico como el actual, en el que las exposiciones hacen estragos, no se había organizado ninguna exposición desde la de 1950 para reconsiderar el patrimonio artístico en sus diversos aspectos, a la luz del balance crítico de estudios fundamentales que nunca han cesado. La necesidad de la ciudad de comparar visualmente sus obras de arte nunca se ha desencadenado quizá porque Pistoia ha carecido de un artista local en el que pudiera reconocerse, celebrándolo con una mirada a su pasado y otra a su legado. O quizá porque la propia ciudad se ha presentado a lo largo de los siglos, y especialmente en la Edad Media, como un laboratorio de experiencias artísticas en todos los campos de la historia del arte, profundamente motivado por razones cultuales y políticas. Todos los grandes maestros que trabajaron en Pistoia entre finales del siglo XII y principios del XV eran artistas importados, a veces entre los más destacados de su época. Dos fueron las razones que les atrajeron a dejar en la ciudad fundadora obras maestras de la historia del arte: honrar el culto a la reliquia de San Jacopo, adquirida a Santiago de Compostela en la quinta década del siglo XII, y responder a la necesidad, dictada por el orgullo cívico, de afirmar con las artes figurativas el prestigio de la ciudad frente a otros centros, como Florencia, que ya a finales del siglo XIII representaban una amenaza para su autonomía. A pesar de la presencia de grandes personalidades de la escultura, la pintura, la miniatura y la orfebrería, que crearon individualmente obras maestras absolutas, paradigmáticas en los manuales de historia del arte, Pistoia se caracteriza por haber valorizado todas las expresiones artísticas en la misma medida. El catálogo de la exposición y la exposición misma revelan el concierto de las artes que ha seguido la ciudad, ya que cada artefacto artístico parece haber sido creado principalmente por dos motivos: la conciencia de adquirir prestigio con la obra de arte y el deseo de crear la obra maestra en función de la celebración de los signos tangibles del culto de la ciudad a Santiago, que se ha convertido en un signo distintivo de la identidad de Pistoia. Los comisarios, habiendo percibido esta peculiaridad, se han fijado el objetivo de hacer dialogar las artes en pie de igualdad, llegando a una valoración histórico crítica actualizada sobre la base de investigaciones realizadas en sincronía entre el método filológico de precisión atribucional, para la correcta comprensión de las obras, y el método histórico para su encuadramiento interpretativo.
Edad Media en Pistoia, por primera vez una gran exposición sobre el arte medieval en la zona de Pistoia |
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