Del 11 de noviembre al 17 de diciembre de 2021, la Galería Salam on de Milán acogerá la exposición Bagliori Gotici. Del Maestro de 1310 a Bartolomeo Vivarini, un proyecto que nace tras casi dos años de estudio por parte del galerista Matteo Salamon y de los estudiosos que han trabajado junto a él, con el objetivo de proponer al público un itinerario a través de dos siglos de pintura italiana, desde finales del siglo XIII hasta los maestros del gótico tardío. La exposición presenta 18 pinturas sobre tabla de valor excepcional: en su mayor parte, se trata de “nuevas adquisiciones a los estudios”, aunque muchas de las obras ya eran conocidas por Federico Zeri (Roma, 1921 - Mentana, 1998), que disponía de las imágenes correspondientes en su fototeca. En algunos casos, como el de la Virgen con el Niño de Agnolo Gaddi, una de las obras más destacadas de la exposición, los paneles fueron reconocidos de interés cultural (notificados) por el Ministerio de Cultura.
La exposición comenzará con una importante tabla del artista anónimo conocido como el “Maestro de 1310”, fundador de la escuela de Pistoia. La pintura, considerada por el estudioso Angelo Tartuferi una prueba de juventud de este genial autor, puede fecharse entre 1303 y 1305, y da testimonio de una persistente tradición gótica en Italia, alternativa al clasicismo de Giotto y marcada por evidentes influencias francesas. La extrema rareza de las obras del Maestro a partir de 1310 conservadas en colecciones privadas (sólo se conocía hasta ahora un precioso panel, en la villa de Chianti de la Madonna pop) atestigua la extraordinaria relevancia de esta recuperación. El siglo XIV italiano se explora a través del análisis de un notable díptico de Jacopo del Casentino, un retablo del insólito Giovanni Gaddi (hermano mayor de Agnolo), un Cristo en la Piedad entre los santos Margarita y Juan, del anónimo artista sienés conocido como el Maestro del Tríptico Richardson, y dos tablas de la escuela boloñesa, una Virgen en pena y un San Juan Evangelista, de Lippo di Dalmasio, un raro maestro boloñés del siglo XIV. También está presente el dosal con el Juicio Final de Niccolò di Tommaso, prueba evidente del carácter retrospectivo y casi “neobizantino” de la pintura en Toscana tras la peste de 1348.
Un espléndido retablo del florentino Cenni di Francesco di Ser Cenni, dos delicadas Madonas de Lorenzo di Bicci y una incisiva tabla con San Francisco mostrando los estigmas del sienés Andrea di Bartolo, y una Virgen con el Niño entre los santos Juan Bautista y Juan Evangelista del pintor portugués Álvaro Pires de Évora, activo durante mucho tiempo en Italia a principios del siglo XV y cuya historia personal es emblemática de las trayectorias culturales trazadas por los artistas en esta fase. Un alumno de Gentile da Fabriano en Venecia fue probablemente el artista anónimo al que Zeri se refiere como el "Maestro de la Anunciación de Ludlow", cuya refinada Virgen con el Niño entronizado se presenta en la exposición. Estos en la laguna encarnan el trait d’ union entre los artistas del gótico tardío y los maestros del Renacimiento temprano, empezando por Antonio Vivarini, que parece inspirarse en sus modelos en su primera actividad. El Cristo de la Piedad de Antonio Vivarini interpreta la cultura humanística de Padua en un sentido puramente lineal, mientras que el tema similar pintado más tarde por Bartolomeo Vivarini muestra cómo incluso en Venecia, en la segunda mitad del siglo XV, había arraigado la concepción perspectiva de la forma de los maestros florentinos. La exposición se cierra con una intensa Crucifixión de Giovanni Antonio Bellinzoni de Pesaro (pero de cultura boloñesa) y una Virgen con el Niño y cuatro santos del artista florentino Ventura di Moro, una tabla de mediados del siglo XV pero que aún parece afirmar, con admirable conciencia histórica, la vigencia de la tradición del siglo anterior.
El proyecto expositivo va acompañado de la prestigiosa edición de un volumen titulado The early career of Agnolo Gaddi and a new Madonna and Child, editado por Angelo Tartuferi y dedicado precisamente a la citada pintura de Agnolo Gaddi: la obra es un deslumbrante testimonio de la temprana actividad del artista, marcada por preciosos efectos cromáticos que recuerdan su formación en Florencia con Giovanni da Milano y Giottino.
En las últimas décadas, la cultura de los “primitivos” italianos parece haberse expresado sobre todo en los países anglosajones, siguiendo no obstante la tradición impresa por el gusto de los grandes coleccionistas americanos de finales del siglo XIX. Sin embargo, con motivo de la exposición Tabula picta en otoño de 2018, la galería de Matteo Salamon pretende proponerse como punto de referencia en el sector mostrando rigor en la elección de las obras, que la galería señala por la corrección de sus atribuciones, indicadas por los mayores especialistas de la pintura italiana entre los siglos XIV y XV, por su excelente estado de conservación, por su indudable calidad formal y por su ilustre procedencia de famosas colecciones privadas.
Para más información, visite la página web de la Galería Salamon.
En la imagen: Cenni di Francesco, Tabernáculo portátil (1375-1380; temple sobre tabla, fondo dorado, cm 77 x 73,5 puertas abiertas, cm 77 x 35,7 puertas cerradas)
Destellos góticos: arte del siglo XIV expuesto en la Galería Salamon de Milán |
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