Después de casi cincuenta años, Henry Moore vuelve a Florencia: del 18 de enero al 18 de julio de 2021, el Museo Novecento de Florencia acoge la exposición Henry Moore. El dibujo del escultor, comisariada por Sergio Risaliti y Sebastiano Barassi, organizada en colaboración con la Fundación Henry Moore, con la contribución de la Banca Monte dei Paschi di Siena. La sede museística florentina acogerá unos setenta dibujos del artista, junto con obra gráfica y esculturas.
“Haber llegado, tras dos años de exigentes investigaciones, a crear una colaboración científica con la prestigiosa Fundación Henry Moore para traer de nuevo a Florencia las obras del maestro, unos cincuenta años después de la exposición que marcó una época en el Forte di Belvedere, es motivo de orgullo y de inmensa satisfacción”, comentó Sergio Risaliti. "Henry Moore. El dibujo del escultor quiere ser un regalo para la ciudad que ha sufrido una dramática crisis pandémica. La presencia de las obras de Henry Moore en Florencia en este momento histórico es también un recordatorio de la fuerza del arte en medio de las mayores dificultades humanas y sociales. Moore fue un faro artístico en los días más oscuros de la historia europea y sus obras dan testimonio de ello. Gracias a la generosidad de los patrocinadores y al apoyo convencido de la Administración, el objetivo se ha cumplido. Esperamos que este proyecto sirva de modelo para otros, tanto en términos de calidad científica como de sostenibilidad. Hay otro aspecto que debe destacarse: el carácter inédito de la selección de obras, que nos permitirá llegar al corazón de la génesis conceptual y formal de la obra del gran escultor, que aquí se revela como un gran dibujante. Esta exposición añade un logro más en la trayectoria de formación y actualización del museo. Por último, el vínculo con el territorio, tan necesario y original para el museo: un territorio (Toscana, Versilia, Florencia) al que Moore estuvo ligado desde su juventud, sancionado por la exposición de 1972 en el Forte di Belvedere, una de las más importantes del siglo XX en todo el mundo. Henry Moore es un artista heredero e intérprete del humanismo en el arte, pero con un arte que, sin dejar de ser vanguardista, ha sabido contribuir enormemente a la génesis de ese nuevo humanismo artístico que ha sabido definir de forma diferente las nociones de belleza y forma, en una relación con la naturaleza y los arquetipos del conocimiento más actual que nunca, revelaciones figurativas de gran empatía y poesía que el público podrá por fin descubrir con la deseada apertura de los museos".
El eje de la exposición serán las formas naturales (rocas, guijarros, raíces y troncos), los animales, pero también los cráneos, la relación entre el creador y la materia, ejemplificada también por dibujos que representan las manos del artista o al artista trabajando en el paisaje. A partir de una reinterpretación de algunos temas centrales de la producción de Moore, la exposición pretende proponer un examen en profundidad del valor del dibujo en su práctica y de su relación con la escultura. En la sala de la planta baja se expondrá un cráneo de elefante procedente del estudio del artista, sobre el que Moore también se aplicó constantemente para crear una serie de grabados. La exposición, significativa por la presencia de obras y el carácter inédito de la elección, refuerza también el vínculo de Moore con el territorio, que sigue albergando obras monumentales del artista. La elección de los temas viene dictada por la voluntad de profundizar en un ámbito de la obra de Henry Moore hasta ahora poco investigado y menos conocido por el gran público italiano.
Como evento colateral a la exposición, el Museo Novecento acoge también la muestra Henry Moore en Toscana hasta el 30 de mayo de 2021 en las salas de la segunda planta. El proyecto nace con la intención de subrayar el vínculo entre el escultor y el territorio toscano, presentando una serie de obras procedentes de colecciones privadas que testimonian, junto con documentos y fotografías, la intensa relación artística y afectiva que unió al escultor con la ciudad de Florencia y la Toscana. En los bronces expuestos en estas salas, muchos de ellos modelos preparatorios para esculturas monumentales, se repiten algunos de los temas más queridos por el artista, desde el estudio de la figura humana y las vértebras hasta la representación de mujeres reclinadas y manos, así como un singular equilibrio de formas entre sólidos y vacíos que fue un rasgo distintivo de toda su práctica. Los cuadros de época le retratan con amigos e intelectuales durante los veranos que pasaba entre Versilia y las canteras de mármol de Carrara. Muchos de estos amigos, entre ellos Maria Luigia Guaita, Giuliano Gori y Anna Maria Papi, marcaron la presencia del artista en la zona y su relación con las instituciones locales, asegurando también la llegada de obras como Guerrero con escudo (1953-1954), hoy conservada en el claustro conocido como “di Arnolfo” de la basílica de Santa Croce de Florencia, y Gran forma cuadrada con corte (1969) en la plaza de San Marcos de Prato.
La exposición y el catálogo que la acompaña rinden así homenaje tanto al artista como a sus coleccionistas, que supieron apreciar su figura y su genio. Las esculturas y fotografías expuestas trazan el vínculo entre el escultor británico y la Toscana.
En la imagen, Henry Moore trabajando en el álbum del cráneo de elefante (hacia 1970). Fotografía de Errol Jackson. Cortesía de la Fundación Henry Moore.
Después de cincuenta años, el arte de Henry Moore vuelve a Florencia |
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