De Tiziano a Cézanne, una exposición sobre Luigi Magnani, el coleccionista de la Villa dei Capolavori

Del 12 de septiembre al 13 de diciembre de 2020, la Fundación Magnani-Rocca propone una gran exposición titulada El último romántico. Luigi Magnani el Señor de la Villa de las Obras Maestras, una rica exposición homenaje a su fundador, Luigi Magnani (Reggio Emilia, 1906 - Mamiano di Traversetolo, 1984) y lo hace en la residencia que el gran crítico musical, musicólogo y coleccionista transformó en suntuosa y sorprendente casa-museo, la “Villa de las Obras Maestras” de Mamiano di Traversetolo, en la región de Parma. Hombre de cultura entre los grandes de su tiempo, Luigi Magnani puede ser tomado legítimamente como testigo de Parma Capital Italiana de la Cultura 2020, bajo cuyos auspicios se celebra la exposición L’ultimo romantico (El último romántico) en la espléndida villa de la Fundación Magnani-Rocca.

En su casa de las maravillas, Luigi Magnani creó un verdadero Panteón de los grandes artistas de todas las épocas, un templo que poco a poco fue cobrando vida con la adquisición de cuadros y muebles únicos, desde los Morandi y los fondos dorados de sus primeros tiempos, luego Tiziano, Goya, hasta los Monet, Renoir y Canova de los últimos años de su vida, en un proceso de identificación espiritual con las obras que llegaron a habitar su casa cerca de Parma como escenario de su vida intelectual.

La exposición L’ultimo romantico (El último romántico), con más de cien obras procedentes de famosos museos y prestigiosas colecciones, pretende contar la historia en las salas de la Fondazione Magnani-Rocca destinadas a exposiciones temporales (en paralelo a sucolección de arte permanente, instalada en las salas históricas de la Villa) la figura de Luigi Magnani, amante del diálogo entre la pintura, la música y la literatura, a través de sus intereses y de las personalidades que frecuentó o con las que se apasionó, haciendo de él un “nuevo” y un “último romántico”. Intelectual destacado de la cultura italiana del siglo XX y asiduo visitante de los salones de su época, fue uno de los fundadores de Italia Nostra.

La exposición, comisariada por Stefano Roffi y Mauro Carrera, presenta pinturas, retratos, autorretratos y documentos autografiados de los famosos artistas, críticos, músicos, hombres de letras, directores de cine, aristócratas y capitanes de la industria que Magnani frecuentaba, desde Bernard Berenson a la hermana de la Reina deInglaterra, desde Eugenio Montale al mismísimo Giorgio Morandi; Además, homenajes pictóricos a la pasión de Magnani por la música, realizados por los más grandes artistas italianos del siglo XX, de Severini a de Chirico, de Guttuso a Pistoletto; importantes instrumentos musicales antiguos; los secretos de la Villa de la Fundación Magnani-Rocca, excepcionalmente revelados al público, para descubrir plenamente la figura de Luigi Magnani como el “último romántico”.

Por último, el sueño de otras “obras maestras absolutas” perseguidas por Magnani pero nunca conquistadas, que llegarán a la Villa dei Capolavori con ocasión de la exposición y serán desveladas; el primer gran sueño realizado es el célebre cuadro Il cavaliere in rosa de Giovan Battista Moroni, obra maestra del siglo XVI, joya del Palazzo Moroni de Bérgamo, que, tras la Frick Collection de Nueva York, se expone ahora en la Fundación Magnani-Rocca mientras dure la exposición.

En la Villa de la Fundación Magnani-Rocca se ha creado un “museo del alma”, en el que cuadros de los grandes maestros del pasado, dignos de los museos más importantes del mundo, junto a muebles de principios del siglo XIX dignos de una residencia napoleónica, hablan de sí mismos y la vida de la persona que los coleccionó y conservó, Luigi Magnani, en una dialéctica romántica con algunas de las obras simbólicas del arte contemporáneo, reunidas individualmente para la exposición El último romántico.

Entre las pinturas expuestas se encuentra el gran cuadro de Francisco Goya La familia del Infante Don Luis (1783-1784). También son excepcionales las tres Madonas con niño de Filippo Lippi, Alberto Durero y Domenico Beccafumi, pintadas con cincuenta años de diferencia; Otras obras ineludibles son las de Ghirlandaio, Carpaccio, Rubens, Van Dyck, Tiepolo y Füssli, pero únicas son los inestimables Estigmas de San Francisco de Gentile da Fabriano y la Conversación sagrada (1513) de Tiziano. La magnificencia de las obras maestras pictóricas se traduce en escultura en el Tersicore de Canova y las dos figuras femeninas de Bartolini.

El núcleo contemporáneo está dominado por no menos de cincuenta obras de Giorgio Morandi, reunidas en vida del pintor en el marco de una relación de estima y amistad con Magnani. Otro pintor emiliano presente en la colección es Filippo de Pisis, con un grupo de cuadros intensos y dramáticos. Otras obras de artistas italianos son una asombrosa Danseuse futurista de Gino Severini, una plaza metafísica de Giorgio De Chirico, algunas obras de Renato Guttuso y considerables esculturas de Giacomo Manzù y Leoncillo. También es importante el Sacco de Alberto Burri, de 1954, que Magnani consideraba su propio baluarte vanguardista. Entre los no italianos, la Villa alberga la única sala de obras de Paul Cézanne en Italia; el paisaje marino de Claude Monet es encantador y las obras de Renoir, Matisse, de Staël, Fautrier y Hartung son espléndidas.

La apertura de la Villa al público tuvo lugar hace treinta años, en abril de 1990. Se desvelaban así las obras de una colección casi legendaria que perteneció a una de las personalidades culturales más eclécticas del siglo XX. Magnani era, en efecto, escritor, ensayista, historiador del arte, compositor, crítico musical y, con sus investigaciones y escritos sobre Correggio, Morandi, Mozart, Beethoven, Goethe, Stendhal y Proust, supo conciliar como pocos las razones del sentimiento y las del intelecto.

Para más información, visite la página oficial de la Fundación Magnani-Rocca.

En la foto: Paul Cézanne, Tasse et plat de cerises (1890)

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