De la Venus de Botticelli a Manet y Monet, por primera vez una exposición sobre la colección de Riccardo Gualino


Del 7 de junio al 3 de noviembre de 2019, los Museos Reales de Turín acogerán la exposición 'Los mundos de Riccardo Gualino. Coleccionista y empresario'.

La exposición Los mundos de Riccardo Gualino. Coleccionista y empresario reúne, en la Venta Chiablese de los Musei Reali de Turín, del 7 de junio al 3 de noviembre de 2019, la colección que perteneció al empresario Riccardo Gualino (Biella, 1879 - Florencia, 1964), presentando un importante núcleo de obras conservadas en la Galleria Sabauda de Turín y en la Banca d’Italia de Roma, junto con pinturas, esculturas, muebles y fotografías procedentes de museos e instituciones de Turín y del resto de Italia, colecciones privadas y archivos, en primer lugar elArchivio Centrale dello Stato. La exposición es una oportunidad para conocer, por primera vez de forma exhaustiva, toda la trayectoria vital y coleccionista de Riccardo Gualino, capitán de industria y financiero, figura destacada de la economía italiana del siglo XX.

La exposición, comisariada por Annamaria Bava y Giorgina Bertolino, es un proyecto de los Museos Reales de Turín en colaboración con el Banco de Italia y el Archivo Central del Estado. La exposición se basa en el entrelazamiento de la vida y la visión artística, una dirección que el propio Gualino defendió y relató en su autobiografía de 1931. La exposición traza la figura del coleccionista, empresario y mecenas en toda su amplitud, a través de más de ciento cincuenta obras entre pinturas y esculturas, así como objetos, mobiliario y colecciones suntuarias, acompañadas de imágenes de época y de un rico aparato biográfico y documental.



En las dieciocho salas de la Venta Chiablese, las obras están colocadas unas junto a otras basándose en fuentes históricas o instaladas en espacios que remiten a los originales: las habitaciones del castillo de Cereseto Monferrato, su primera residencia de estilo neogótico, el edificio de Via Galliari en Turín, el despacho del último piso del edificio de Corso Vittorio. Se acompañan de fotografías e imágenes que relatan los mundos de Riccardo Gualino y su esposa Cesarina Gurgo Salice, las casas que habitaron, el ambiente cosmopolita que frecuentaron, el clima de una época rugiente.

Algunos documentan las fábricas ultramodernas que Gualino fundó en los campos de la madera y el cemento, la seda artificial y el chocolate. El éxito de empresas como Snia Viscosa y Unica se corresponde, entre 1920 y 1930, con el apogeo de la colección, con las adquisiciones de obras como la Madonna entronizada de Duccio di Buoninsegna, la Venus de Botticelli, la Venus y Marte de Veronese, la Négresse de Édouard Manet, el Paisaje campestre de Claude Monet, y el núcleo oriental, con el Buda en meditación del siglo XIII-XIV, reluciente en su laca dorada. Durante este periodo, la familia Gualino se hizo retratar por Felice Casorati, en las poses cortesanas de los señores del Renacimiento, asumiendo en la vida real el papel de mecenas, partidarios de los jóvenes artistas, y en particular de los Seis Pintores de Turín, de la danza y el teatro de vanguardia, con la inauguración, en 1925, de una sala privada en su residencia y luego del Teatro de Turín. La espléndida temporada se vio truncada por la crisis de las empresas del grupo, el crack, y la condena al exilio del empresario y financiero, ordenada por el propio Mussolini en 1931.

La recaudación se destinó a saldar deudas con el Estado: una parte fue a parar a la Pinacoteca Sabauda, la otra al Banco de Italia. Una vez cumplida su condena, Riccardo Gualino comenzó una nueva vida en Roma. Reanuda su actividad empresarial, con Rumianca y Lux Film, la productora de Arroz amargo, de De Santis, y Senso, de Visconti. En la capital, donde vivirá treinta años, tras haber perdido su primera colección fabulosa, inicia una segunda, de nuevo muy rica. El diálogo entre pasado y presente se renueva, como sugieren en la exposición la joven Clelia pintada por Felice Casorati en 1937 y la escultura de Santa Catalina del siglo XIV del Maestro de Santa Catalina Gualino que toma su nombre de ella, una de las obras ahora redescubiertas, entre las muchas dispersas desde 1931.

Para toda la información, visite la web oficial de los Museos Reales de Turín.

En la foto: Sandro Botticelli, Venus (último cuarto del siglo XV; óleo sobre tabla transportado sobre lienzo; Turín, Galería Sabauda)

Fuente: comunicado de prensa

 De la Venus de Botticelli a Manet y Monet, por primera vez una exposición sobre la colección de Riccardo Gualino
De la Venus de Botticelli a Manet y Monet, por primera vez una exposición sobre la colección de Riccardo Gualino


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