Del 9 al 14 de abril de 2019, los espacios de Ventura Centrale de Milán acogerán la exposición Una stanza tutta per me (Una habitación propia), con obras de tres artistas femeninas contemporáneas: Flora Deborah (Evian, 1984), Giulia Manfredi (Castelfranco Emilia, 1984) y Francesca Piovesan (Aviano, 1981). El título de la exposición, comisariada por Sabino Maria Frassà, hace referencia al ensayo Una habitación propia escrito por Virginia Woolf: para la ocasión, se invitó a las tres artistas a pensar en un proyecto que encerrara su visión del mundo en una “habitación”. El resultado es una exposición que muestra quince obras en tres salas, todas ellas compartiendo un alto grado de experimentación con materiales y técnicas artísticas, desde las fotografías termosensibles de Francesca Piovesan a las resinas de Giulia Manfredi, pasando por la instalación de bacterias de Flora Deborah. La exposición pretende demostrar cómo las mujeres pueden repensar el mundo a través del arte, reafirmando, dice una nota, “la necesidad de superar completamente la brecha de género y dar a las mujeres la plena posibilidad de expresarse y demostrar con sus habilidades que pueden reinterpretar la realidad, mejorando el mundo”.
La sala de Francesca Piovesan se titula Inquieto: es un proyecto inédito, y las instantáneas de la fotógrafa friulana, a primera vista monocromas negras, están en realidad formadas por velos que se disuelven cuando la obra es tocada por las manos calientes del espectador (activando así el aspecto simbólico de la obra: es el calor humano el que permite redescubrir, ver y afrontar los miedos), y revelan, una vez tocadas, heridas y marcas dejadas por el tiempo en los cuerpos de mujeres elegidas por la artista en función de su historia o su pasado. Still, por su parte, es el título de la sala de Giulia Manfredi, que expone obras en las que la resina parece cristalizar la existencia de una planta muerta, y aborda la cuestión de la dicotomía entre la vida y la muerte, una obsesión que a menudo acaba afectando y moldeando la forma en que nos vemos a nosotros mismos y nuestra identidad. Por último, I’m too old to float es la habitación de Flora Deborah, presentada por primera vez en Italia: Para la artista francesa, la heterogeneidad y ambivalencia de la relación entre madres e hijos es fundamental, y en consecuencia la instalación, construida en torno a cultivos simbióticos de bacterias (con las más viejas manteniéndose a flote hasta que envejecen demasiado haciéndose pesadas, hundiéndose y dejando sitio a las más jóvenes) es una especie de reconstrucción in vitro de esta relación.
La exposición, promovida por el proyecto sin ánimo de lucro Cramum, es posible gracias al apoyo del Municipio 2 - Ayuntamiento de Milán y la marca Aria del grupo VELA.
En la foto: Giulia Manfredi con Still.
Cuando las mujeres repiensan el mundo. Una exposición exclusivamente femenina en Milán con tres mujeres artistas contemporáneas. |
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