Del 22 de marzo al 20 de octubre de 2024, en el segundo piso de Castelvecchio, en el Castillo Buonconsiglio de Trento, se presenta la exposición Con spada e croce. Longobardos en Civezzano, comisariada por Annamaria Azzolini y Wolfgang Sölder y Veronica Barbacovi. Lo que se encontró en Civezzano en el siglo XIX, cuando el Trentino formaba parte del Imperio de los Habsburgo, se conserva en el Ferdinandeum de Innsbruck; lo que se encontró a principios del siglo siguiente y se entregó al museo imperial de Viena, llegó al castillo de Buonconsiglio, tras la creación del Museo del Trentino, que tuvo lugar precisamente hace cien años. La exposición pretende, pues, unir idealmente los dos museos, el Buonconsiglio de Trento y el Ferdinandeum de Innsbruck, precisamente en un momento en que el museo trentino celebra el primer centenario de su fundación y el Ferdinandeum acaba de concluir las celebraciones de su segundo.
“Es una exposición que escribe por primera vez la historia de los lombardos en Trentino”, afirma Laura Dal Prà, directora del Castello del Buonconsiglio. Con Spada e Croce pretendemos dar una nueva mirada al arte, una hazaña que ha sido posible gracias a la implicación de todos los organismos de investigación pertinentes, entre ellos la Universidad de Trento y la Superintendencia de Bienes Culturales. Esta investigación parte del descubrimiento en Testona, a finales del siglo XIX, de una necrópolis cuyos hallazgos se atribuyeron a poblaciones germánicas, objetos que sirvieron para identificar los encontrados en Civezzano en las tumbas "principescas " primero en 1885 y luego en 1902.
Del museo de Innsbruck, pero también de los Museos Reales de Turín, llegaron al Trentino, al Buonconsiglio, extraordinarios artefactos, rarísimos testimonios de la alta manufactura de los primeros asentamientos germánicos en estos territorios. Cada objeto cuenta una historia. Empezando por el suntuoso sarcófago del Príncipe de Civezzano, adornado con refinadas decoraciones de animales estilizados en hierro forjado. Las joyas de oro de la princesa de Civezzano hablan de contactos bizantinos, pero también de ascendencia franca. Si el “estilo Civezzano” se utiliza para describir los conocidos motivos lombardos en hebillas y puntas de cinturones de plata y hierro, en la exposición espadas, cruces, fíbulas y joyas de oro se presentan tal y como se utilizaban antaño, gracias a reconstrucciones gráficas.
La preciosidad y la fina factura de estos hallazgos ponen de manifiesto que los lombardos de Civezzano formaban parte de la élite de la sociedad de la época. El hecho de que la necrópolis estuviera situada a gran distancia de la antigua iglesia parroquial sugiere que se trataba de un núcleo de familias de religión arriana.
“Las investigaciones que ha estimulado esta exposición se han dirigido a indagar en cuestiones de gran envergadura: desde el origen de las materias primas utilizadas hasta la difusión de esta cultura en el tiempo y el espacio, pasando por el análisis del ADN de los restos humanos”, subraya Annamaria Azzolini, una de las comisarias de la exposición. “Ofrecer al público y a los estudiosos, además de la emoción de admirar artefactos realmente únicos por su historia y su belleza, información que nos permita reescribir una historia que aún no se ha desvelado del todo”.
Imagen: Par de pendientes de oro con perla y amatista de la necrópolis lombarda de Castel Tervana (Civezzano, siglo VII d.C.; Trento, castillo de Buonconsiglio).
Con motivo del centenario del Museo del Buonconsiglio, se reúnen los hallazgos de las tumbas principescas de Civezzano |
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