Con motivo del 30 aniversario de la masacre de Georgofili, los Uffizi recuperan una importante exposición

Fue la noche del 26 al 27 de mayo de 1993 cuando un atentado mafioso golpeó el corazón de Florencia, matando a cinco personas inocentes (Fabrizio Nencioni, de 39 años, su esposa Angela Fiume, de 31, sus hijas Nadia, de 9 y Caterina, de 50 días, y Dario Capolicchio, de 22) y causando gravísimos daños a los Uffizi, tanto a la estructura como a cientos de obras de arte, algunas de las cuales quedaron irreparablemente comprometidas. Han pasado treinta años desde lo que ha pasado a la historia como la masacre de Via dei Georgofili, y es precisamente la Galería de los Uffizi la que ha decidido, para celebrar el 30 aniversario, recuperar simbólicamente la misma exposición, compuesta por 62 obras gráficas donadas por decenas de artistas internacionales, que en 1995 dio el testimonio más vivo del amor de todo el mundo por la Florencia herida por la violencia mafiosa. La exposición, titulada Risarcimento (Compensación), fue fuertemente deseada por la entonces Directora de la Galería, Anna Maria Petrioli Tofani, que hoy, junto con Chiara Toti, sigue encargándose de su reordenación: Risarcimento volverá así a ser visible del 23 de mayo al 16 de junio en salas especialmente inauguradas en la planta baja del museo, acompañada en la web uffizi.it por un catálogo en línea que ilustrará y explorará sus contenidos.

Fue en julio de 1993 cuando el coleccionista Giuliano Gori, a sugerencia de la entonces directora del museo Anna Maria Petrioli Tofani, lanzó una ambiciosa campaña de donaciones de obras de arte contemporáneo para compensar simbólicamente al museo por las pérdidas sufridas: el campo elegido fue la gráfica.

Para ello, Gori creó un Comité para los Uffizi, del que formaban parte expertos en la materia y destacadas personalidades de la cultura: Jean Christophe Amman, Luciano Berio, Leo Castelli, Germano Celant, Maria Corral, Ida Giannelli, Thomas Krennz, Rita Levi Montalcini, Mario Luzi, Ida Panicelli y Elda Pecci. Se convocó a algunos de los artistas más importantes de la época: 59 respondieron a la llamada. En total se donaron 81 obras: Kengiro Azuma, Piero Dorazio, Menashe Kadishman, Dani Karavan, Alex Katz, Luigi Mainolfi, Vettor Pisani, Alan Sonfist y Ales Vesely enviaron varios dibujos cada uno. La colección incluía también tres importantes obras de Joseph Beyus, Donald Judd y Henry Moore, donadas al museo por los coleccionistas Buby Durini y Lucrezia De Domizio Durini di Bolognano, Giuseppe Panza di Biumo y el propio Gori.

Este núcleo de obras, que llegaron a los Uffizi entre diciembre de 1993 y diciembre de 1994, constituía un abanico heterogéneo y representativo del panorama contemporáneo. Algunos artistas extrajeron de su propia producción los “papeles” que más podían resonar emocionalmente con el dramático acontecimiento, otros trabajaron específicamente para la ocasión, como en el caso de Robert Kushner, cuya obra se inspiró en la obra maestra de Sebastiano del Piombo, La muerte de Adonis, gravemente dañada en la explosión.

En febrero de 1995, los Uffizi organizaron una gran exposición para presentar la nueva colección. De manera significativa, se decidió instalarla en la Sala delle Reali Poste, que había sido restaurada tras el bombardeo gracias a una campaña de recaudación de fondos promovida por una suscripción de los lectores de “La Repubblica”. Sesenta y dos obras fueron seleccionadas para formar parte de la exposición, una por cada artista. La muestra se acompañó de un importante catálogo publicado gracias a la generosidad de la editorial Olschki y editado, al igual que la propia exposición, por Stefania Gori.

“Las investigaciones”, explicó el director de los Uffizi, Eike D. Schmidt, “han revelado la guerra declarada en aquellos años por la mafia contra el Estado, golpeando un símbolo como los Uffizi y matando a personas: esta exposición también está dedicada a ellos, a la familia Nencioni destruida, al joven estudiante Capolicchio y a todos los que resultaron heridos. Y a los Uffizi, que aún mostrando signos de aquel desastroso atentado, lograron recuperarse gracias al apoyo de tantos actores en las instituciones y entre los ciudadanos. La directora de entonces, Annamaria Petrioli Tofani, tuvo el espíritu no sólo de dirigir los trabajos de restauración, sino también de pensar en el futuro, pudiendo contar con un coleccionista y ciudadano de excepcional sensibilidad como Giuliano Gori. Recordar y reconstruir, en un impulso de resistencia y esperanza que, como en toda guerra, es la verdadera arma de la victoria: y con el arte, recuerdo y signo tangible de que la civilización no la borran las bombas”.

“Han pasado treinta años, pero los recuerdos no han perdido nada de su carga de sensaciones, sentimientos, pensamientos, angustia”, dijo la directora emérita Annamaria Petrioli Tofani. “Todos ellos vuelven -muy claramente- a la mente de quienes, como yo, vivieron aquellos episodios en primera persona. Es nuestra tarea hoy garantizar que las nuevas generaciones también conozcan y recuerden, si queremos que episodios de este tipo no vuelvan a repetirse. Por ello debemos estar agradecidos al director Eike Schmidt que, con probada sensibilidad institucional, vuelve a proponer hoy al público de los Uffizi esta exposición, símbolo indeleble del renacimiento tras la tragedia”.

“No creo en los cuentos de hadas”, afirma Giuliano Gori, "pero lo ocurrido con ocasión de Risarcimento podría leerse como un elemento de consuelo moral frente a una realidad violenta y hostil: a veces, el arte tiene la fuerza de oponerse al mal“. Desgraciadamente, varios artistas de la exposición ya no están entre nosotros; ésta es también una ocasión para recordarlos, para rememorar su afecto por Florencia y todo lo que representa para la cultura. ¿Puede el arte compensar? No lo sé, sin duda puede contribuir a mantener viva la esperanza en un mundo mejor”.

Con motivo del 30 aniversario de la masacre de Georgofili, los Uffizi recuperan una importante exposición

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