La exposición concluye con Venus. Natura, ombra e bellezza, comisariada por Claudia Cieri Via, el proyecto expositivo Venere divina. Armonía en la Tierra, producido por la Fondazione Palazzo Te. Todo el proyecto se había inaugurado en marzo con El mito de Venus en el Palazzo Te, al que siguió la exposición Venus vendando los ojos al amor, de Tiziano. Ahora, la tercera etapa se ha instalado en el Palazzo Te de Mantua y estará abierta hasta el 12 de diciembre de 2021. Por último, en diciembre está prevista la exposición del cuadro Venus con Cupido de Moretto (1545-50ca), procedente de una colección privada de Mantua.
Venus. Naturaleza, sombra y belleza cuenta con un comité científico compuesto por Stefano Baia Curioni, Francesca Cappelletti, Claudia Cieri Via y Stefano L’Occaso, y cuenta con importantes préstamos internacionales (de la Biblioteca Vaticana al Musées royaux des Beaux-Arts de Belgique de Bruselas, del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid a las Galerías Uffizi de Florencia, pasando por la Akademie der bildenden Künste de Viena) para ofrecer al público una oportunidad única de explorar las distintas caras de Venus en el arte europeo e italiano del siglo XVI y de recorrer imágenes y representaciones que siguen fascinando.
De Lucas Cranach a Peter Paul Rubens, de las monedas romanas a los Libros de Horas, de Dosso Dossi a Guercino, de Paris Bordon a Veronese, la exposición pretende restituir la mutabilidad de laimagen de la diosa en un arco temporal que va del siglo II a.C. al siglo XVII.
Dividida en nueve secciones, la exposición se abre con ejemplos de estatuaria antigua, que representan a una Venus celeste e intangible como símbolo de la belleza perfecta y el amor virtuoso, junto con un precioso ejemplar del De Rerum Natura de Lucrecio que perteneció al Papa Sixto IV. Continúa con otros importantes manuscritos iluminados en los que la diosa es protagonista de fábulas y mitos sobre la naturaleza en los que se materializan sus poderes y acontecimientos. El cuadro de Veronese Venus y Mercurio presentando a Eros y Anteros a Júpiter, conservado en las Galerías Uffizi, representa a una Venus que preside la generación y los placeres amorosos, un buen augurio para el matrimonio. Venus genetrix, también presente en dos de las monedas antiguas de la exposición, vela por la armonía con la naturaleza, aspecto crucial en el diseño de las villas renacentistas.
También hay obras que consagran a Venus como diosa de la belleza, en las que Venus es la ninfa ligera característica de las representaciones renacentistas que han llegado hasta nuestros días, en las figuras de Gradiva o las danzas de Isadora Duncan. Pero si Venus es vitalidad y movimiento, también puede ser imagen del despertar de los sentidos y de la naturaleza, como en la obra de Dosso Dossi de la Colección Magnani de Bolonia.
La representación de Venus, desnuda y perfecta, abre también una ventana al tema de la modelo: la idea de que una belleza contemporánea pudiera ser tomada como tema surgió a principios del siglo XVI, cuando se teorizó la existencia de Venus vivas, musas inspiradoras para los artistas. La exposición continúa en las salas del Palacio Te, donde siempre se representa a Venus. Con ella se miden las mujeres contemporáneas, cuyas imágenes se agrupan, como las de la diosa y las heroínas antiguas, en salas temáticas, llamadas Salas de las Bellezas, de las que procede también el óleo sobre cobre de Jacopo Zucchi La pesca del coral.
La naturaleza compleja y escurridiza de la diosa y de sus representaciones también se pone de manifiesto al vislumbrar las fuerzas mágicas e irracionales a las que recurren los humanos cuando se trata de conquistar a un amante reacio; pociones y hechizos son los instrumentos de Venus, pero de una Venus invertida, peligrosa, engañosa, que se encuentra en las obras de Lucas Cranach, Alberto Durero, Dosso Dossi y velada en el cuadro de Paris Bordon de la colección Thyssen-Bornemisza de Madrid. La exposición concluye con una sección dedicada a Venus Victrix donde, entre otros, encontramos El Juicio de París de Peter Paul Rubens procedente de la Akademie der bildenden Künste de Viena y Venus, Cupido y Marte de Guercino, una obra maestra que atrae al espectador hacia el interior del cuadro, implicándole en un diálogo íntimo con la divinidad.
La exposición va acompañada de un catálogo publicado por Skira con ensayos de Claudia Cieri Via, Roberto Nicolai, Giuseppe Capriotti, Philippe Morel, Massimiliano Simone, Emilio Russo, Francesca Cappelletti, Stefano L’Occaso y una introducción de Stefano Baia Curioni.
El proyecto está organizado y producido por Fondazione Palazzo Te y Museo Civico di Palazzo Te, promovido por el Ayuntamiento de Mantua con el patrocinio de MiC, la contribución de Regione Lombardia y Fondazione Banca Agricola Mantovana, el apoyo de Amici di Palazzo Te y Musei Mantovani y el soporte técnico de Glas Italia, Pilkington, iGuzzini. El proyecto expositivo está comisariado por Lissoni Associati, el proyecto gráfico está desarrollado por Lissoni Graphx.
¿Cómo se representaba a la diosa Venus desde la Antigüedad hasta el siglo XVII? Una exposición sobre el tema en el Palazzo Te |
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