Brescia dedica una exposición a Giuseppe Bergomi con 84 de sus obras

Del 12 de julio al 1 de diciembre de 2024, Brescia rinde homenaje al escultor figurativo bresciano Giuseppe Bergomi (1953) con una exposición retrospectiva repartida entre los claustros de San Salvatore y Santa Maria in Solario del Museo di Santa Giulia y las salas de la Grande Mile del Castillo. Giuseppe Bergomi. Esculturas 1982 / 2024, comisariada por la Fondazione Brescia Musei, consta de 84 obras en terracota y bronce, realizadas a lo largo de la carrera del artista. La exposición forma parte del proyecto más amplio dedicado a la escultura en los espacios del Castillo de Brescia que la Fondazione Brescia Musei inauguró con la exposición Davide Rivalta. Sueños de gloria (Castillo, 26 de mayo de 2023-15 de enero de 2024), identificando precisamente en este lugar icónico un espacio que dedicar a la valorización del arte plástico, en vista de la próxima inauguración de un itinerario escultórico al aire libre dedicado a Bruno Romeda y a su compañero y colega Robert Courtright.

En Santa Giulia, en cambio, el diálogo con los espacios del Corredor de la Unesco está en continuidad ideal con la experiencia de Palcoscenici archeologici (Escenarios arqueológicos), que en los últimos tres años ha llevado a artistas como Francesco Vezzoli, Emilio Isgrò y Fabrizio Plessi a confrontarse con la arquitectura del complejo monumental de Santa Giulia y del Parque Arqueológico.

El itinerario, ordenado cronológicamente, comienza en 1978, año en el que Bergomi, recién licenciado por la Academia de Bellas Artes de Brera, debuta en la Galleria dell’Incisione de Brescia con una exposición sólo de pinturas, una de las cuales, Lyon 1958, abre también la actual muestra. El momento crucial capaz de dar un giro a su historia profesional y convencerle de que abandonara la pintura por la tercera dimensión fue la exposición Les realismes 1919-1939 en el Centre Beaubourg de París, como el propio Bergomi dijo: “esta exposición me permitió darme cuenta de que había caído en un malentendido”.

Su parábola en el campo de la escultura comenzó así en 1982, con una exposición individual de nuevo en la Galleria dell’Incisione, donde presentó su primera serie de terracotas policromadas, compuesta por obras intelectualmente maduras, pero técnicamente aún necesitadas de estudio y profundización. En esta exposición, hoy podemos admirar algunas de estas obras, caracterizadas por la presencia de su esposa Alma como modelo, tema que será una constante -al igual que sus hijas Valentina e Ilaria- en sus investigaciones hasta fechas recientes, y que subraya la importancia del aspecto biográfico en todas sus creaciones.

La exposición continúa con la fase en la que, a finales de los años ochenta y principios de los noventa, las terracotas de Bergomi pierden su color. De este modo, el artista retoma la antigua tradición escultórica enraizada en la plástica antigua, en particular la escultura etrusca, en un intento de reconstruir una forma orgánica a través de la plasticidad de la tierra. Obras como Bagnante addormentata (1991), Grande nudo di adolescente (1991) o algunos retratos de sus hijas Valentina e Ilaria pertenecen a este periodo, en el que la figura humana se debate entre el realismo de la representación y la proyección de los sujetos en una dimensión abstracta, densa de referencias simbólicas.

En la década de 2000, Bergomi pasó de la terracota al bronce, dando lugar a una nueva fase en su obra. Obras ejemplares de este periodo son Interior de baño con figura femenina (2001), los bustos de Ilaria con sombreros de diferentes formas, dos bajorrelieves de su esposa, o uno de sus Autorretratos (2004), en el que el color, aunque sobre un nuevo soporte material, vuelve a convertirse en elemento caracterizador.

Son precisamente las creaciones de estos años, incluida la grandiosa Elipse, deliberadamente instalada en una evocadora sección alojada en los espacios exteriores del museo de Santa Giulia, las que sorprenden por el increíble diálogo entre los volúmenes y la arquitectura del monasterio.

En años más recientes, Bergomi aceptó el reto de enfrentarse a la estatuaria pública: desde Uomini, delfini, parallelepipedi (Hombres, delfines, paralelepípedos ) realizada en 2000 para elacuario de Nagoya en Japón, hasta el monumento dedicado a Cristina Trivulzio di Belgiojoso, primera escultura pública dedicada a una mujer en Milán, pasando por el monumento a las víctimas de Covid, Cacciata dal Paradiso (Expulsión del Paraíso), para el cementerio Vantiniano de Brescia, del que se presenta un boceto en yeso.

Cierran idealmente la exposición la magnífica África con violonchelo, expuesta en la Bienal de Venecia de 2011, y la obra inédita Colazione a letto (2024), que rinde homenaje a tres generaciones de su familia a través de la representación de su mujer, sus hijas y sus nietos.

La exposición se realiza gracias al valioso Fondo Romeda para el Arte Contemporáneo.

Para más información, visite el sitio oficial de los Museos de Brescia.

Brescia dedica una exposición a Giuseppe Bergomi con 84 de sus obras

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