Bolonia rinde homenaje a Giovanni Fattori con una exposición después de más de cincuenta años

Del 16 de diciembre de 2022 al 1 de mayo de 2023 el Palazzo Fava, Palacio de las Exposiciones del Genus Bononiae. Museos de las Ciudades de Bolonia rinde homenaje a Giovanni Fattori con un nuevo proyecto expositivo. Fattori. La humanidad traducida en pintura, este es el título de la exposición comisariada por Claudia Fulgheri, Elisabetta Matteucci y Francesca Panconi y realizada en colaboración con elInstituto Matteucci, propondrá una selección de más de setenta obras de Giovanni Fattori. La exposición pretende centrarse en el sentimiento como elemento fundamental de la pintura de Fattori, visible tanto en los retratos como en los paisajes, tanto en los cuadros de temas rurales como en los grandes cuadros del Risorgimento: una pintura capaz de expresar la humanidad más auténtica y las emociones más profundas.

Han pasado más de cincuenta años desde la última exposición presentada en Bolonia sobre el gran maestro livornés: a medida que han ido avanzando los estudios, el interés por los Macchiaioli ha ido creciendo, también gracias a las importantes exposiciones que se han centrado en el movimiento toscano. El proyecto expositivo del Palazzo Fava pretende restituir, a través de un excursus temporal y temático en la extensa producción del autor, su visión de la existencia, revelando la poesía inconsciente que le es inherente, a pesar de todo. En esta capacidad de “liberar” la esencia de lo transitorio, fijándola en los distintos géneros pictóricos con los que el pintor trató, radica la modernidad de Fattori, entendida como la capacidad de captar lainmutabilidad del sentimiento humano, la eternidad tras la contingencia.

“La renovada atención a los Macchiaioli viene confirmada no sólo por la vasta bibliografía que se les ha dedicado desde la posguerra hasta nuestros días, sino también por el interés que han mostrado por su pintura instituciones museísticas extranjeras”, subrayan los comisarios. “Esto es lo que se desprende de la planificación de una exposición en la que destacan auténticos hitos dignos de los lugares públicos más prestigiosos. Es precisamente en la oportunidad de levantar el velo sobre ellos donde reside el mayor atractivo de la exposición, restaurando un Fattori, si se nos permite la expresión, ’privado’, menos conocido e investigado”.

Toda la evolución creativa de la pintura de Fattori se presentará en la exposición a través de núcleos temáticos - La macchia: el nacimiento de un nuevo arte, El tema militar como documento de la historia y de la vida contemporánea, El otro lado del alma, Castiglioncello, “sitio remoto y delicioso”, La percepción íntima de su propio tiempo, La luz de la verdad, elemento vivificador y Los animales, criaturas amistosas, poderosas y pacíficas: de sus primeras investigaciones sobre la macchia aplicada a la documentación de los acontecimientos bélicos del Risorgimento, con obras maestras como Soldati francesi del 59, en la que las siluetas de los soldados se resuelven en puras manchas de color en el paisaje, Posta militare al campo y la inédita In marcia.

En los “retratos del alma”, pintados entre 1861 y principios del siglo XX, la sensibilidad introspectiva se combina con un marcado realismo toscano. Especialmente significativa es la serie de retratos de amigos y parientes, que, como testigos directos de pasajes de la vida del pintor, revelan los aspectos más íntimos y el estrato social de su mundo: entre ellos, I fidanzati (1861), que reproducen las fisonomías de los modelos, su prima Argia Bongiovanni y Valfredo Carducci, hermano de Giosuè. No menos llamativos son los retratos de los años ochenta y noventa, entre ellos el solemne Buttero, Lo scialle rosso, Lupo di mare y Vecchio marinaio. En este último, se abandona el vocabulario sobrio y elegante de los retratos de interior, mientras que la esencia de la personalidad del sujeto emerge con fuerza de la neutralidad del fondo. También están los estudios paisajísticos de la estación de Castiglioncello, oasis de paz que le acogió tras la muerte de su amada esposa Settimia Vannucci y le devolvió el ímpetu creativo, y la cuidada y nostálgica narración de las transformaciones del tejido urbano florentino, entre tejados, carruajes y barrocciai, las vistas marinas como Mare azzurro, La Punta del Rom ito y La Punta del Romito con barcas y pescadores. El encuentro con la vitalidad primordial de la Maremma se remonta a finales de los años ochenta, donde el pintor capta, en la simbiosis entre el hombre y el animal, la huella de su propia alma, a la vez franca y genuina. Un encuentro que dio un nuevo impulso a su creatividad, con obras maestras como La mena in Maremma o la lírica Viale con buoi e spaccapietre (Avenida con bueyes y rompepiedras), presentada a la crítica internacional en la Exposición Internacional de Filadelfia de 1876.

Acompaña a la exposición el catálogo, publicado por Skira Editore y editado por Claudia Fulgheri, Elisabetta Matteucci y Francesca Panconi: un rico aparato iconográfico documenta la figura de Fattori en todos sus aspectos. El prefacio lleva la firma de Pupi Avati, quien con velada nostalgia recuerda un episodio de su infancia, cuando la muerte de su padre obligó a su familia a privarse de un cuadro de Fattori, considerado la pieza más importante de la colección reunida por sus padres. El “agujero en la pared” dejado por el cuadro, testigo mudo del duelo, se convierte en el pretexto para revelar el vínculo entre el director y el arte de Fattori, fruto de la obsesión “de quien asedia sin cesar las mismas imágenes tratando de extraer su secreto, como hizo Pavese al escribir sobre las colinas de su infancia”.

Para más información: https://genusbononiae.it/palazzi/palazzo-fava/

Imagen: Giovanni Fattori, Bovi al carro

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