Bolonia, colecciones comparadas en la Raccolta Lercaro con obras de grandes contemporáneos italianos


Del 5 de mayo al 18 de septiembre de 2022, la Raccolta Lercaro de Bolonia presenta "Colección cruzada": obras de grandes artistas italianos procedentes de una colección privada se miden con las de la Colección.

La Raccolta Lercaro acoge en Bolonia, del 5 de mayo al 18 de septiembre, la exposición Cross collection. Collezioni a confronto, una exposición comisariada por Leonardo Regano y Francesca Passerini que reúne una selección de obras de artistas contemporáneos procedentes de una colección privada única, formada desde los años 90, en diálogo con la colección del museo. Colección cruzada. Colecciones en comparación hace referencia a una de las tendencias más extendidas en el coleccionismo contemporáneo, pero que ya estaba presente en el puesto en práctica por el cardenal Giacomo Lercaro, iniciador de la colección boloñesa: ir más allá de las clasificaciones, los caminos convencionales y las relaciones fácilmente evidentes para buscar significados nuevos y más profundos a través de la yuxtaposición inusual de obras aparentemente distantes.

Lo que se deriva de estos diálogos insólitos es una intensa red de relaciones que se revelan al ojo del observador de forma más o menos explícita, inmediata o gradual, pero en cualquier caso capaz de ampliar el aliento de la reflexión abriéndolo a múltiples sugerencias. Así es como, rompiendo los moldes de las clasificaciones expositivas y yuxtaponiendo obras diferentes, se generan inesperadas intersecciones temáticas, visuales y conceptuales: tanto hoy, en la colección contemporánea expuesta, como ayer, en la modernísima obra de Lercaro.



La exposición se divide en cinco grandes apartados que abordan temas específicos: el cuerpo, el retrato, la naturaleza muerta, los lenguajes y algunas reflexiones que tocan el ámbito ético y social, con especial referencia al delicado aspecto de las migraciones. La primera área, el cuerpo humano, se desarrolla a partir de la entrada donde, en relación con la instalación-espejo que Nanda Vigo diseñó para el museo en 2016, el público es recibido por el nido-utero de hilo tejido de Sissi y, un poco más allá, por la obra-espejo de Flavio Favelli, que devuelve al observador el reflejo de su propia imagen, convirtiéndose al mismo tiempo en la puerta de entrada a un viaje introspectivo.

En el umbral entre lo físico y lo psíquico se encuentra la delicada obra de Kiki Smith, Lying on Clouds, que sobre un gran velo de papel claro esboza la evanescencia de un cuerpo femenino absorto en la abstracción de los pensamientos y flotando simbólicamente sobre las nubes. A su lado, la obra de Vanessa Beecroft se centra en la dimensión física, carnal, de la vida humana, observada en el detalle de los elementos corporales plasmados en una síntesis gráfica que evoca sugerencias del Art Brut y se relaciona con el gran Circo de Ilario Rossi. Adam Gordon cierra el círculo: su desproporcionada figura femenina se yuxtapone al gran Calvario de Vittorio TavernariGiorgio Andreotta Calò en una fundición de bronce que eterniza la huella de la dramática precariedad de la materia.

A partir del cuerpo, la atención se orienta cada vez más hacia elanálisis del yo y de su universo interior, haciendo uso de las posibilidades que ofrece el retrato: Francesco Gennari, Vedovamazzei, Esko Männikkö devuelven diferentes visiones y percepciones del yo que se convierten en portavoces de la diversidad del pensamiento y del enfoque de la vida, todos igualmente portadores de sentido. Un paso más en la reflexión sobre el potencial expresivo del hombre lo ofrece el tema de la comunicación, que abarca implícitamente el tema central de la relación. Neïl Beloufa lo aborda a través de una instalación que unifica y coordina diferentes lenguajes, desde la palabra narrada y escuchada hasta la imagen. Rosa Barba utiliza miles de letras tipográficas para crear impreso, sobre la blancura del lino, un círculo imperfecto que simboliza la inagotabilidad del conocimiento y se convierte en generador de nuevas dimensiones semánticas, al tiempo que reflexiona sobre el proceso creativo que conduce a la génesis de la obra de arte.

El mismo tema, aunque abordado de manera diferente, pertenece también a la gran obra de Giulio Paolini: Vis-à-Vis (Amazonas) (2), cuyo título conecta bien con el concepto de confrontación/conexión en el centro de la exposición, propone una reflexión sobre la mirada, invitando a cada uno a cuestionar su propia manera de estar en la realidad y de verla. Una invitación que recoge y desarrolla la obra de Eva Marisaldi, centrada en la visión interpolada con los elementos que aportan las interferencias y los filtros, incluidos los culturales. Mientras que la obra Tuono de Mario Airò se confía a una especie de magia visual que, con delicada ligereza, proyecta la mirada en una dimensión visual hecha de pura esencialidad y capaz de suscitar una nueva conciencia. Lo individual, por último, deja paso a la dimensión colectiva que amplía su alcance para incluir la mirada sobre la naturaleza.

El primer eje temático se aborda a través de las obras “sociales” de Margherita Moscardini, Luca Vitone, Francis Offman, Mario Dellavedova y Francesco Arena. El hilo conductor de todas ellas son los temas de la migración y el abuso del hombre sobre el hombre, pero la obra de Francesco Arena presenta una dimensión semántica adicional que la sitúa en una relación especial con la ciudad de Bolonia. A través de un gran agujero creado en el mármol por la escritura constante y repetida de nombres, relata el doloroso vacío generado por la ausencia de todos aquellos que perdieron la vida el 2 de agosto de 1980 en la masacre de la estación de tren de Bolonia. Un mármol aparentemente sencillo pero explosivo, cargado de significados ensordecedores. En el centro de la sala, pues, el vídeo de Adel Abdessemed en el que un niño negro es bañado en leche: poderosa imagen de la opresión y la no aceptación de la diversidad, la obra se sitúa simbólicamente en relación con la Cruz de colores creada en 2010 por Ettore Spalletti para la Colección Lercaro. Dos imágenes que juegan con el color que, según la capacidad de aceptación del corazón, adquiere significados de exclusión o inclusión: en Spalletti, de hecho, los colores se convierten en mediadores de la relación entre la mirada del observador y el Tú representado por la Cruz, mientras que en Abdessemed se convierten en motivo de discriminación.

La última sección, por último, explica la relación con el entorno circundante, que no sólo se juega en la acogida y aceptación de la naturaleza, sino que se caracteriza siempre por el deseo del hombre de intervenir sobre ella, interpolándola, gobernándola, gestionándola según su propio sentir. Hoy, gracias a las posibilidades que ofrece la tecnología, el artista se convierte en el intérprete expresivo de este deseo. Anna Franceschini y Stefano Arienti recurren al potencial de la fotografía: la primera para dar vida a un bodegón surrealista contemporáneo, inmerso en atmósferas amortiguadas y suspendidas; el segundo para recomponer la imagen mediante la intervención humana, confiada a los gestos rituales realizados por la mano que mueve la aguja y el hilo. Monica Bonvicini se inspira en la fotografía para traducirla, con la poderosa liquidez de la acuarela, en una obra de grandes dimensiones capaz de contar al ojo cómo la violencia de un huracán puede transformar un paisaje urbano en un bodegón desolado. Y subrayando esta delgada frontera entre géneros, obras de Giorgio Morandi, Filippo De Pisis y Giuseppe Santomaso de la Colección Lercaro.

Giuseppe Gabellone propone una intermediación entre el mundo natural y el humano mediante el uso de resina epoxi, mientras que Nico Vascellari y Micol Assael juegan con la antropización de la naturaleza, remodelada en gran parte gracias al ingenio humano. Para subrayar una vez más cómo la relación entre el hombre y la naturaleza ha sido siempre uno de los temas fundamentales para el arte porque refleja el pensamiento sobre el valor de la vida. Siempre que la pregunta planteada por Giuseppe Chiari sea válida y se siga reconociendo al arte un poder catártico para la existencia: “Si esto es arte, estás loco”. Y ya se sabe, la locura puede cambiar el mundo.

La exposición abre sus puertas los martes y miércoles de 15.00 a 19.00 horas, los jueves y viernes de 10.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00 horas. El sábado 14 de mayo con motivo de Arte Fiera y ART CITY de 11.00 a 23.00 horas, el 2 de junio de 10.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00 horas. Entrada gratuita. Para más información, visite la página web de la Raccolta Lercaro.

Imagen: Giulio Paolini, Vis-à-Vis (Amazon) (2) (2019, lienzo, dos esculturas de yeso, bases blancas, 160 x 240 cm)

Bolonia, colecciones comparadas en la Raccolta Lercaro con obras de grandes contemporáneos italianos
Bolonia, colecciones comparadas en la Raccolta Lercaro con obras de grandes contemporáneos italianos


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