Bienal, una presentación transnacional de nuestra existencia interconectada en el Pabellón de los Países Bajos

Titulada La medida de la presencia, es la exposición que los Países Bajos traen a su pabellón de la quincuagésimo octava Bienal de Venecia. Para representar alos Países Bajos, el comisario Benno Tempel, por encargo del Fondo Mondriaan, ha recurrido a los artistas Iris Kensmil y Remy Jungerman, con una exposición que propone un enfoque alternativo y transnacional de todo lo que nos une, conscientes de que vivimos en una condición de continua evolución. Jungerman y Kensmil han optado, por tanto, por explorar las oportunidades que se derivan de una actitud que no se limita a aceptar, sino que llega a abrazar este estado de cambio constante. La intención es comprender cómo una medida más auténtica de la presencia, el pensamiento y la historia es necesaria para nuestra existencia interconectada.

Así pues, una exposición que pretende reflexionar sobre la actualidad (también en el contexto de los Jardines, que al albergar pabellones nacionales reflejan las conexiones geopolíticas del siglo XX) para presentar, con una perspectiva transnacional, los continuos flujos de personas y cosas que cruzan las fronteras nacionales generando nuevas identidades. Jungerman y Kensmil han analizado, pues, tanto las tradiciones como el pasado, poniéndolos directamente en contacto con el presente. Su posición transnacional es la suma de diferentes influencias de diversos contextos: por ejemplo, en su proyecto los dos artistas afirman inspirarse en el modernismo del siglo XX (Stanley Brouwn) y las vanguardias(Piet Mondrian y De Stijl) con elementos de otras tradiciones y posiciones.

En la obra de Remy Jungerman coexisten motivos del modernismo del movimiento De Stijl, la cultura de los cimarrones y los rituales de la religión Winti, evocando la interacción y destacando puntos oscuros de la historia del arte. A Jungerman le interesa el camino de los patrones y los motivos, y para el pabellón holandés de la Bienal de Arte 2019, el artista creó dos instalaciones en las que quiso recoger las fuerzas de los antepasados de los Países Bajos en el sentido más amplio (desde los Países Bajos hasta Surinam, Indonesia y otros países) con la intención de conectar las distintas culturas para iniciar una conversación abierta proyectada hacia el futuro.

Iris Kensmil describe su obra como un retrato de recuerdos, refiriéndose a la posibilidad de hacer visible la historia hasta ahora ignorada de los negros. Los que ella presenta al público son, de hecho, autores, filósofos, activistas y músicos negros. Al integrar las ideas del pasado con nuestros conocimientos actuales, la artista quiere ampliar nuestros horizontes, dejando espacio para que se produzcan nuevos cambios. Sin limitarse a reflejar nuestra historia, su obra también pretende añadir nuevas dimensiones al presente. La instalación creada por Kensmil es tan monumental que ocupa la superficie de varias paredes, donde el artista combina el pensamiento utópico del modernismo y siete intelectuales femeninas cuya obra ofrece una perspectiva emblemática de la modernidad y el futuro.

La arquitectura del Pabellón, creada por Rietveld, fue concebida con la intención de desempeñar un papel decisivo en el diseño de la exposición y no incluye ninguna intervención arquitectónica. De hecho, el comisario Tempel quiere que el Pabellón se perciba como un espacio de encuentro donde la gente pueda reflexionar sobre el presente y el pasado.

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Pabellón de los Países Bajos. Foto. Crédito Francesco Galli © La Biennale di Venezia

El pabellón de los Países Bajos. Fotografía Créditos Francesco Galli © La Biennale di Venezia

Pabellón de los Países Bajos. Fotografía Créditos Francesco Galli © La Biennale di Venezia

Pabellón de los Países Bajos. Fotografía Créditos Francesco Galli © La Biennale di Venezia

Pabellón de los Países Bajos. Fotografía Créditos Francesco Galli © La Biennale di Venezia

Bienal, una presentación transnacional de nuestra existencia interconectada en el Pabellón de los Países Bajos

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