Con motivo de la quincuagésima octava edición de la Bienal de Venecia, el Pabellón de Serbia presenta una exposición individual de Djordje Oz bolt (Belgrado, 1967), uno de los artistas serbios contemporáneos más importantes. Titulada Regaining Memory Loss, la exposición, compuesta por pinturas y esculturas, pretende abordar el tema de la memoria, tanto personal como colectiva. Esculturas y pinturas se combinan para formar una instalación que continúa el trabajo con el que Ozbolt explora cómo un pasado personal puede coexistir con historias culturales y políticas colectivas. Las pinturas y esculturas del Pabellón exponen así el intento del artista de reconciliar sus recuerdos personales con la historia de su país.
El lenguaje visual del artista, formado en un contexto histórico específico, cuestiona (a veces sarcásticamente) la plasmación concreta de la historia. Las pinturas y esculturas expuestas en el Pabellón de Serbia contribuyen a transformar el pabellón serbio en una especie de paisaje imaginario, donde las obras se convierten en ventanas o portales que se abren a visiones simbólicas e ilusorias del pasado. Mediante el uso característico del artista de colores brillantes y saturados, los lienzos y las pinturas murales chocan y luchan, creando una especie de historia poco fiable. Especialmente ilustrativas son las esculturas que se inspiran en el simbolismo de los monumentos yugoslavos, que a menudo representaban a obreros y campesinos como héroes, para reinterpretarlos en clave profanadora. Ozbolt subvierte juguetonamente estos arquetipos, añadiendo aspiraciones sociales contemporáneas de yoga y machismo: estas esculturas muestran cómo los emblemas cambian entre contextos históricos, adoptando una forma de nueva alegoría que siempre tiene connotaciones políticas y sociales, pero que también está determinada por una percepción personal poco fiable.
Las esculturas y pinturas están dispuestas en el pabellón de manera que se miran unas a otras, reflejando cada una la superposición de fragmentos selectivos de la memoria. Las obras se convierten así en interpretaciones, una visión subjetiva del pasado desde la perspectiva del momento presente. Ozbolt cuestiona el papel de la obra de arte en la destilación de la verdad: y en su irrealidad imaginaria, las obras revelan su memoria como falsa, mientras que como representaciones artísticas son verdaderas.
Djordje Ozbolt estudió arquitectura en Belgrado antes de establecerse en Londres en 1991. El artista se licenció en la Slade School of Fine Art y obtuvo un máster en la Royal Academy of Art. Ha expuesto en numerosas muestras individuales y colectivas, en museos como la Tate Modern de Londres y el Museo Nacional de Arte de Osaka. Vive y trabaja en Londres, Reino Unido.
Bienal de Venecia, el arte político de Djordje Ozbolt en el Pabellón de Serbia |
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