Arte contemporáneo e inteligencia artificial: una gran exposición colectiva en el MAXXI de Roma


El MAXXI de Roma presenta del 5 al 30 de mayo de 2021 una gran exposición colectiva dedicada a la relación entre el arte contemporáneo y la Inteligencia Artificial.

Del 5 al 30 de mayo de 2021 tendrá lugar en el MAXXI - Museo nazionale delle Arti del XXI secolo de Roma la gran exposición colectiva Re:Humanism - Re:define the Boundaries, dedicada a la relación entre el arte contemporáneo y la Inteligencia Artificial.

Comisariada por Daniela Cotimbo, conservadora y presidenta de la asociación Re: Humanism, y realizada con el apoyo de Alan Advantage, la exposición muestra diez obras que constituyen los proyectos finalistas de la segunda edición del Premio de Arte Re:Humanism. Los temas principales son las transformaciones de los conceptos de Cuerpo e Identidad en la era de la Inteligencia Artificial y las implicaciones políticas que se derivan, las nuevas formas de producir conocimiento y los cambios introducidos por la robótica y el aprendizaje automático, la definición de un enfoque antropológico de la IA y las visiones del futuro de nuestro planeta.

Desde Berlín, los Entangled Others han creado un ecosistema acuático digital en 3D, la artista suiza Johanna Bruckner ha creado un vídeo protagonizado por un robot sexual de género fluido, el colectivo Artificial Humanism ha traducido en sonido las mutaciones del ADN, mientras que desde Harvard, el dúo femenino estadounidense-libanés Elizabeth Christoforetti & Romy El Sayah ha imaginado barrios reales de casas-cuerpo. Y de nuevo, desde la Universidad de Nueva York, el chino Yuguang Zhang investigó la frontera entre lo humano y lo artificial, Irene Fenara, Mariagrazia Pontorno y el ruso Egor Kraft establecieron con sus obras una conexión entre técnicas antiguas y tecnologías contemporáneas, mientras que Numero Cromatico y Carola Bonfili transportaron formas y prácticas de la tradición literaria a los mundos de la realidad virtual y la IA.

En el doble frente ecológico y sociológico se sitúa la obra firmada por el artista, investigador y arquitecto noruego Feileacan McCormick y la artista neuronal Sofía Crespo, a saber, Entangled Others: Beneath the Neural Waves 2. 0 pretende crear un ecosistema acuático digital capaz de explorar los conceptos de biodiversidad y relación entre especies. La idea parte del estudio de los arrecifes de coral, un ejemplo perfecto de interconexión en el mundo natural. Mediante el uso del aprendizaje profundo, el colectivo es capaz de extrapolar patrones recurrentes dentro de estos ecosistemas y traducirlos a modelos tridimensionales, produciendo nuevas formas relacionales posibles. La obra final es un cuerpo escultórico, una traducción impresa en 3D del ecosistema acuático digital, acompañado de sonidos oceánicos producidos mediante algoritmos generativos.

Three Thousand Tigers, de la artista boloñesa Irene Fenara, también nace de una conciencia medioambiental. Partiendo de tres mil imágenes fotográficas de tigres (correspondientes al número actual de ejemplares presentes en la naturaleza), Irene utiliza un algoritmo generativo que reproduce la técnica tradicional de urdimbre y trama para crear, con la ayuda de artesanos que lo producen directamente en la India, en el estado de Uttar Pradesh, un tapiz de tela que representa una nueva imagen de un tigre, abstracta e inevitablemente incompleta. Esta nueva imagen refleja la paradoja que surge entre una especie en peligro de extinción y la preservación de la memoria digital de esa especie.

En la serie de instalaciones (Non-)Human: The Mooving Bedsheet, el artista chino Yuguang Zhang cuestiona la relación que nos une a los objetos cotidianos y la delgada línea que separa lo humano de lo no humano. Las tecnologías emergentes insinúan un futuro poblado por inteligencias no humanas: siguiendo este pensamiento, la obra evoca la humanidad oculta en objetos e imágenes.

La genética dialoga con el diseño sonoro en ABCD1, un proyecto del colectivo artístico Humanismo Artificial. A través de la Inteligencia Artificial, los artistas realizan una sonificación de las mutaciones del ADN y, en concreto, del gen ABCD1: en la naturaleza, las mutaciones de este gen causan adrenoleucodistrofia, una rara enfermedad neurológica genética que provoca la acumulación de ácidos grasos en el cerebro, lo que perjudica su correcto funcionamiento. Nacido de una experiencia personal con la enfermedad, el proyecto adopta la forma de una instalación sonora: ADN sano y ADN mutado crean una yuxtaposición de sonidos alienante e hipnótica que sitúa al espectador ante una experiencia interactiva y una representación visual de la mutación.

La artista suiza Johanna Bruckner se mueve en el campo de la biología: la videoinstalación Molecular Sex presenta un robot sexual de género fluido que encarna simultáneamente planteamientos de la sexualidad pertenecientes a distintas formas de vida, desde la bacteria a la estrella de mar, deconstruyendo las relaciones existentes en un flujo de visiones de cuerpos de plástico que se desmembran y recomponen en formas completamente nuevas, confirmando la inestabilidad de las categorías de sexo y género.

La obra Body as Building de la estadounidense Elizabeth Christoforetti y la libanesa Romy El Sayah traza las coordenadas de un nuevo tipo de urbanismo y cuestiona el concepto renacentista de autoría en arquitectura. Propone un enfoque de diseño a través del cual cada individuo participa en la creación de su propio contexto vital: la casa se convierte en una extensión del cuerpo, el urbanismo en un conjunto mutable de barrios corpóreos, casas-cuerpo únicas que se acumularán continuamente en una identidad colectiva procesada por una inteligencia artificial.

La relación entre lo arcaico y lo futurista, entre las técnicas antiguas y las tecnologías contemporáneas es el tema central de las obras del artista ruso Egor Kraft y la artista siciliana Mariagrazia Pontorno. El primero, con la obra Chinese Ink, reflexiona en particular sobre la pervivencia de la antigua técnica de la tinta china en el mundo tecnológico, condición que permite elaborar nuevas formas estéticas y lenguajes visuales: dejando de lado la tradición iconográfica y concentrándose en la naturaleza del material, Kraft crea una instalación generativa capaz de producir una docena de imágenes por segundo que simulan el efecto de la tinta sobre el papel secante. La segunda parte del antiguo manuscrito Voinych, el códice más misterioso y esotérico del mundo, que data del siglo XV y está escrito en una lengua desconocida que nunca se ha traducido. Con Super Hu.Fo* Voynich, el artista se propone traducir una parte del código, utilizando el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, pero proporcionando a la máquina la solución que debe encontrar, subjetivando así desde el principio el camino de traducción de la máquina.

Con las obras de Numero Cromatico y Carola Bonfili, nos adentramos en los territorios de la literatura. Numero Cromatico, un colectivo de artistas visuales e investigadores en el campo de la neurociencia, presenta Epitafios para el artista humano, una obra que adopta la forma literaria del epitafio para decretar definitivamente la muerte del artista humano. Gracias a un generador de textos (diseñado en colaboración con la Universidad de Verona) basado en redes neuronales artificiales, la instalación es una lápida interactiva que enfrenta al espectador a una serie infinita de epitafios con los que la máquina conmemora al artista-humano. La romana Carola Bonfili, por su parte, nos adentra en el universo de un videojuego para narrar, en una suerte de spin-off del juego, las disensiones internas de una criatura a caballo entre lo mitológico y lo alienígena: El canto de la flauta es un vídeo CGI que reinterpreta paisajes y simbologías de diversas obras literarias, entre ellas Las tentaciones de San Antonio de Gustave Flaubert y La isla del Dr. Moreau de H.G. Wells. Pero eso no es todo: la obra toma la construcción narrativa de las Metamorfosis de Ovidio y la hace desmembrar por una Inteligencia Artificial que, gracias a algoritmos, produce una serie interminable de historias nuevas y verosímiles que repercuten en la vida del protagonista. El resultado es una criatura artificial que ha interiorizado un repertorio universal de comportamientos humanos y se cuestiona su propio ser en el mundo.

El jurado que seleccionó a los artistas y proyectos estaba compuesto por comisarios de arte y expertos en tecnologías avanzadas: Alfredo Adamo, Consejero Delegado de Alan Advantage; las comisarias, historiadoras y críticas de arte Daniela Cotimbo, Federica Patti e Ilaria Gianni; el comisario e historiador del arte Valentino Catricalà, la artista Lorem y Michael Mondria, Director General de Ars Electronica; el investigador Mauro Martino, fundador y director del Laboratorio de Inteligencia Artificial Visual de IBM Research y Trond Wuellner, Director de Producto de Google.

Imagen: Entangled Others, Beneath the Neural Waves 2.0

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