Hasta el 25 de marzo de 2025, Oderzo acoge una importante exposición con motivo del 70º aniversario de la muerte de Alberto Martini (Oderzo, 1876 - Milán, 1954), artista nacido en esta misma ciudad, donde se encuentra la Galería de Arte a él dedicada. La exposición, titulada Historias extraordinarias. Alberto Martini y Edgar Allan Poe, se celebra en el Palazzo Foscolo y está comisariada por Paola Bonifacio y Alessandro Botta, con la coordinación científica de Carlo Sala. Promovida por la Fondazione Oderzo Cultura e incluida entre los Grandes Acontecimientos de la Región del Véneto, con el patrocinio del Ayuntamiento de Oderzo, la exposición reúne más de 120 obras, entre pinturas, dibujos y libros, muchos de ellos inéditos o nunca antes expuestos, procedentes de museos, prestigiosas colecciones privadas y herederos del artista. Organizada por Villaggio Globale International, la exposición presenta también una selección de dibujos que Martini creó inspirándose en los cuentos de Edgar Allan Poe, reunidos por primera vez en un corpus tan vasto.
La exposición se abre con unAutorretrato de 1914 y el famoso Lucifer, extraído de las ilustraciones de la Divina Comedia. Algunas de las obras más tempranas del artista, que datan de los últimos años del siglo XIX, ponen de relieve, por una parte, su fuerte vínculo con la campiña de Treviso y, por otra, su sensibilidad hacia las condiciones de vida de los trabajadores y las clases sociales más humildes. Por primera vez, se exponen juntos el boceto sobre cartón y el gran óleo sobre lienzo que representa unaAntica gualchiera trevigiana, dedicada al tratamiento de la lana. Le siguen los dibujos del ciclo La corte de los milagros, inspirados en Victor Hugo, y el Poema del trabajo, compuesto sobre temas originales de Martini. En estas primeras obras, así como enel Albo della morte, surge un estilo que recuerda la gráfica nórdica del siglo XVI, combinando la imaginería macabra con un tono épico, entre visiones simbolistas de la naturaleza y una narrativa poética cargada de tensión social.
En esos mismos años, Martini se acercó a lailustración de textos literarios, creando una serie de famosos dibujos heroicómicos para La Secchia Rapita de Tassoni (en realidad 252 láminas), una selección de los cuales podrá verse en la exposición.
Un papel crucial en su carrera lo desempeñó su encuentro con Vittorio Pica, crítico de arte napolitano y uno de los fundadores de la Bienal de Venecia, de la que fue secretario general de 1920 a 1928. La exposición rinde homenaje a esta asociación exponiendo el Ex libris creado para Pica y presentado en la Bienal de 1905, junto al óleo sobre lienzo La Fiaccola, nunca antes expuesto en Italia. Esta obra simbolista, rica en referencias alegóricas, atestigua el fuerte vínculo entre pintura y dibujo en la producción de Martini.
La exposición continúa con dos dibujos del ciclo La parabola dei celibi, presentado en Venecia en 1904: imágenes de fuerte impacto onírico, inmersas en atmósferas nocturnas, que abordan el tema de la feminidad como fuerza corruptora, una visión típica del Simbolismo internacional. La misma tensión emerge en Moon in the Dead Lagoon. Martini, artista polifacético y visionario, defensor del arte total, encontró una de sus mayores expresiones en los óleos simbolistas destinados a la Sala del Sogno de la VII Exposición Internacional de Arte de Venecia de 1907. En el Sueño, Diavolessa y Notturno se reúnen en esta ocasión por segunda vez tras la histórica Bienal, doce años después de la última exposición conjunta. En estas obras, el paisaje se transforma en una proyección del estado de ánimo. A pesar de la polémica que provocó la exclusión de Diavolessa de la Bienal, Martini continuó su carrera artística con nuevas creaciones, entre las que destacan los pasteles realizados entre 1912 y 1913, caracterizados por el tema recurrente de las mariposas, y las litografías en piedra de 1915, como Il Bacio (El beso ) y La bocca (La boca).
Otra sección de la exposición explora la fuerte conexión de Martini con la literatura extranjera y su interés por el teatro. Este hilo conductor, ya evidente en La parabola dei celibi, culmina en la visionaria invención del Tetiteatro en 1923. La exposición incluye dibujos inspirados en tragedias de Shakespeare, como Hamlet y Macbeth, que anticipan la estética macabra e inquietante de las ilustraciones dedicadas a Poe. También se exponen los dibujos originales de Corazón de cera, expuesta en 1985.
A lo largo de su carrera, Martini forjó relaciones con importantes personalidades culturales de la época, de Filippo Tommaso Marinetti a Gabriele D’Annunzio, de Margherita Sarfatti a Luisa Casati Stampa. Para la Marquesa, entre 1912 y 1934, realizó doce retratos, en una asociación que influyó profundamente en ambos.
Sin embargo, el proyecto más ambicioso del artista sigue siendo el ciclo de ilustraciones para los Cuentos extraordinarios de Edgar Allan Poe, que consta de 105 dibujos realizados entre 1905 y 1908, y después de forma ininterrumpida hasta 1936. Martini no se limitó a ilustrar los textos, sino que creó un verdadero poema visual, interpretando y ampliando la imaginería del escritor estadounidense. Su imaginación se expresa a través de visiones alucinadas y detalles macabros, creando un universo onírico que ha fascinado a generaciones enteras.
Obras como El descenso a la vorágine, El rey de la peste, El cuervo, La máscara de la muerte roja y El gato negro se presentan junto a algunas de las primeras ilustraciones italianas de los cuentos de Poe, como los dibujos de Édouard Manet para Le Corbeau (1875) y los de Gaetano Previati expuestos en la Bienal de 1901.
Los escritos de Poe abrieron nuevos horizontes a Martini, enriqueciendo su repertorio visual con esqueletos, monstruos y figuras espectrales. El artista desarrolló un lenguaje expresivo único, reflejo de un diálogo ideal con el escritor. Ambos analizan los detalles hasta la obsesión, explorando el doble y el inconsciente, sumergiéndose en una atmósfera magnética y surrealista.
Cierran la exposición una serie de autorretratos realizados entre 1928 y 1929, entre ellos L’uomo che crea, Conversazione con i miei fantasmi y L’esprit travaille, en los que Martini se retrata a sí mismo como un demiurgo, confirmando su adhesión a una estética esotérica y alquímica muy en boga en Europa.
Tras sus años en París, adonde se trasladó en 1926 en busca de mayor reconocimiento, Martini regresó a Milán en 1934, viviendo sus últimos años en apuros económicos. Murió el 8 de noviembre de 1954. Su último autorretrato, La ventana de Psique en la casa del poeta, cierra la exposición como testamento artístico y símbolo de las angustias existenciales de la primera mitad del siglo XX.
La exposición está abierta de martes a jueves de 9.30 a 13.00 y de 14.00 a 17.00 horas; viernes de 9.30 a 13.00 y de 14.00 a 19.00 horas; sábados y domingos de 14.00 a 19.00 horas.
Alberto Martini y la imaginación de Poe expuestos en Oderzo, en el 70 aniversario de la muerte del artista |
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