La exposición Alberto Durero. El privilegio de la inquietud, instalada en el Museo Civico delle Cappuccine de Bagnacavallo(Rávena).
Alberto Durero (Núremberg, 1471 - 1528) es el “padre noble” del pensamiento gráfico, el que supo elevar el dibujo y el grabado a una expresión artística que ya no era la servidora de la pintura, sino plenamente libre y autónoma. Así lo reconoció el propio Max Klinger, gran artista alemán que figura entre los más grandes grabadores de la historia del arte: “una obra gráfica de Durero ni remite a una pintura replicada, ni traduce sensaciones de color en formas ajenas a la técnica adoptada [...] Es consumada en sí misma y definitiva, faltándole sólo lo que la idea, eternamente inalcanzable, niega a las posibilidades de todo artista”. Un genio inquieto, un talento artístico nórdico fatalmente atraído por el arte renacentista italiano e inusualmente dispuesto a la investigación teórica y científica. Durero, como Leonardo, era un investigador universal, constantemente deseoso de producir cosas nuevas; tenía, en palabras de Carl Gustav Carus, “un anhelo incesante de perfección inalcanzable y una aguda conciencia de los problemas insolubles”. Para Durero, el arte del grabado era el medio ideal para transmitir una nueva iconografía, sagrada o profana, una forma muy moderna de dialogar con su propio tiempo, con la contemporaneidad de aquel Renacimiento caracterizado por la aventura del conocimiento.
La exposición pretende ser una invitación al público a encontrarse con las diferentes almas de Durero, como hombre y como artista. Los críticos le han llamado ahora humanista, ahora gótico, ahora artesano, ahora teórico; lo cierto es que no es posible separar sus almas individuales, él era todo eso junto. Llevaba dentro la eterna contradicción que caracteriza a los más grandes artistas.
La exposición incluye más de 120 obras gráficas procedentes de prestigiosas colecciones públicas y privadas italianas, entre ellas las obras maestras más conocidas del artista, como el ciclo del Apocalipsis, San Eustaquio, San Jerónimo en su estudio y Caballero, la Muerte y el Diablo.
La exposición tendrá su punto central en esa enigmática obra maestra que es Melanconía, una obra impregnada de intelectualismo casi hasta el esoterismo, que esconde un verdadero autorretrato espiritual del artista, que llegó a la melancólica constatación de que una aproximación racional al arte y al mundo sólo puede dar respuestas insuficientes.
Para más información, visite el sitio web oficial del Museo.
120 obras de Alberto Durero expuestas en el Museo Cívico delle Cappuccine de Bagnacavallo |
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