Se celebró el pasado mes de julio, y tuve el placer y el honor de colaborar. Un proyecto llevado a cabo por Michele Da Rold, empresario además de autor del libro Ogni Maledetto Museo, que también adopta la forma de podcast de vídeo. Michele posee una licenciatura de tres años con tesis en Arqueología Clásica y un máster en Conservación y Gestión del Patrimonio Cultural. Es un gran conocedor del funcionamiento interno de los museos, y colabora a menudo con destacados expertos en la materia. Con este ambicioso proyecto, ha sacado a la luz mucho de lo que ya se sabía sobre innovación en este campo, pero que resulta más útil que nunca para este relanzamiento museístico posterior a COVID19.
La cumbre, que se desarrolló a lo largo de tres intensos días, tomó la forma de una experiencia educativa intensiva y muy práctica. La iniciativa fue quizá una de las primeras reacciones del polifónico mundo de los museos tras el cierre, quizá también provocada por la constatación de que a estas alturas, además de infligir daños económicos irreparables, el coronavirus ha puesto al descubierto (yo diría que ha destapado de manera sorprendente) la fragilidad del ecosistema museístico. La idea, sin embargo, se relaciona con la aspiración de cambio de la que cada vez se habla más intensamente y no sólo durante la pandemia.
Más de veinte expertos en la materia, también de mundos diferentes y no sólo del mundo de los museos, compartieron experiencias y habilidades que podrían ponerse en práctica. También fue un momento extraordinario para conocer, al menos en parte, todo lo que es innovador en este campo.
Se eligieron tres macrotemas para promover este esperado renacimiento de la cultura. Se habló y debatió sobre el marketing, con la necesidad ya crítica de dar a conocer el museo a un público cada vez más numeroso, así como a aquellos sectores que a menudo no lo frecuentan. También se habló de los modelos de gestión y de las competencias necesarias para un relanzamiento cada vez más urgente. Por último, se habló de las innovaciones que deben promoverse, facilitarse e iniciarse, con plena conciencia de que la intención y el compromiso pueden hacer o deshacer el museo post-COVID.
Para saber más, el propio Michele nos ayuda...
Cumbre Italiana de Museos |
Michele Da Rold |
SD. Usted sabe que COVID-19 ha dejado un impacto considerable en el mundo de los museos en Italia. ¿Cómo cree que la Cumbre ha contribuido al hipotético renacimiento al que se enfrentan los museos?
MDR. En todas las épocas de crisis, la historia nos enseña que el mercado sólo premia a aquellas realidades que consiguen satisfacer las necesidades de sus clientes, anticipándose a ellas, dando una respuesta rápida y concreta, cambiando (cuando es posible) su esencia. Siempre. Así que vi una oportunidad en todo esto: replantear el enfoque de ciertas áreas del museo, muchas veces descuidadas por la mayoría de las instituciones, con esquemas diferentes a los tradicionales. El timing fue perfecto, el resultado impresionante: casi mil participantes conectados online para seguir más de 1361 minutos de charlas, adquiriendo nuevas habilidades, desarrollando nuevas relaciones y dinámicas de trabajo. Lo que yo quería. La encuesta realizada tras la Cumbre, las colaboraciones nacidas después y los proyectos en ciernes confirmaron entonces la bondad de lo que se había hecho.
¿Cómo maduró la elección de los colaboradores de la Cumbre? A primera vista, parece que la intención era implicar más al sector de los museos.
Como bien has señalado, COVID-19 dejó un gran impacto en los museos al poner de manifiesto los aspectos más frágiles de los cimientos sobre los que se asentaba todo el sistema. Por eso me resultó espontáneo buscar el diálogo con figuras que pudieran ayudarme a tapar esas grietas y a crear una nueva forma de ver las cosas. Partiendo de los problemas a resolver, pensé en un curso de formación intensivo y eminentemente práctico: de la transformación digital al branding museístico, del smartworking a la captación de fondos pasando por el diseño, el diseño expositivo, la comunicación visual, el ecommerce y el big data. Como subrayo en mi libro Ogni Maledetto Museo, la institución no debe ser el único elemento de la experiencia del visitante, sino una parte importante de un sistema mucho más complejo y a veces infinito. Del mismo modo, mi objetivo era ofrecer datos concretos para toda la industria museística como parte de un único mundo. Porque así es como tenemos que aprender a pensar si realmente queremos cambiar las cosas.
¿Qué opina sobre la capacidad de recuperación y el nivel de innovación del sector museístico? ¿Se producirá realmente el reinicio del que se habló durante la cumbre?
Parafraseando a Darwin, puedo decir que no son los más fuertes ni los más listos los que sobreviven, sino los que son capaces de adaptarse al cambio. No quiero parecer arrogante, pero no creo que haya mucho que discutir sobre la innovación: ocurrirá. Traducido: si no te adaptas, te extingues. Si no innovas, desapareces. Por tanto, los museos y sus protagonistas deben responder al cambio escuchando a los jóvenes, rodeándose de jóvenes de entre 20 y 30 años con competencias interdisciplinares y el temperamento adecuado, valorando a los que realmente quieren hacer cultura y formándose constantemente.
También se habló del modelo doc italiano de gestión de museos. ¿Contribuyó la cumbre a este objetivo deseado?
Digamos una cosa: la Cumbre forma parte de un itinerario formativo más amplio, que va desde el grupo de debate en Facebook ("Summit del Museo Italiano"https://www.facebook.com/groups/SummitMuseoItaliano) hasta el vídeo-podcast de “Ogni Maledetto Museo Alive”, donde analizo las mejores prácticas del sector cultural entrevistando a sus protagonistas. Dicho esto, soy consciente de que no hacía falta una Cumbre para desvelar las peculiaridades del “Sistema Italiano”. Y tres días de reflexiones y percepciones no bastaron, desde luego, para cambiar las cosas. Pero estoy orgulloso de una cosa: hacía falta un evento diferente para ayudar a estudiantes, profesionales y administradores a centrarse en cómo mejorar este sistema y poner al visitante en el centro de todo. A riesgo de parecer blasfemo, digo delante incluso del propio arte expuesto en el museo. Como emprendedor, estoy convencido de que el momento que vivimos es perfecto para iniciar algo interesante en el sector de los museos. Porque no hay que tener miedo a hacer algo nuevo, aún a costa de fracasar de vez en cuando.
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A menudo, y no sólo en Italia, la innovación se concibe en las periferias del mundo de los museos. Allí, donde la tradición y las costumbres burocráticas suelen desempeñar un papel menos incisivo, nacen proyectos e ideas que, con el paso del tiempo, se convierten en norma cada vez más aceptable. La cumbre de los museos italianos sirvió también para poner de relieve gran parte del trabajo innovador que Italia viene realizando desde hace tiempo, y no sólo como reacción a las crisis actuales. Me pareció un hecho casi dado por sentado que hay innovación... y de qué manera.
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