Ulises es el padre de todos nosotros". Entrevista con Francesco Leone, comisario de la exposición Ulises en Forlì.


Del 15 de febrero al 21 de junio de 2020, los Museos San Domenico de Forlì acogerán una gran exposición sobre el mito de Ulises. Hablamos de ella con Francesco Leone, uno de los cuatro comisarios.

Del 15 de febrero al 21 de junio de 2020, los Museos San Domenico de Forlì acogerán una gran exposición dedicada a la figura de Ulises: con obras desde la Antigüedad hasta nuestros días, la muestra, titulada Ulises. L’arte e il mito (Ulises. Arte y mito), comisariada por Fernando Mazzocca, Francesco Leone, Fabrizio Paolucci y Paola Refice, investigará la figura del héroe homérico según ha sido interpretada en las distintas épocas y según la han interpretado los distintos artistas. Con un impresionante conjunto de obras, la exposición establecerá relaciones entre el arte y el mito, conduciendo al visitante por un viaje a través de más de dos mil años de historia. Hablamos de la exposición con el comisario Francesco Leone, que nos explicó algunas de las motivaciones de la muestra y nos adelantó lo que podremos ver en Forlì. La entrevista es de Ilaria Baratta.

John William Waterhouse, Sirena (1900; óleo sobre lienzo, 81 x 53 cm; Londres, Real Academia de Bellas Artes)
John William Waterhouse, Sirena (1900; óleo sobre lienzo, 81 x 53 cm; Londres, Royal Academy of Fine Arts)


IB. Del 15 de febrero al 21 de junio de 2020, la exposición Ulises. Arte y mito. ¿Cómo surgió la idea de esta exposición?
FL. Es un proyecto que ha tenido una larga gestación. Llevamos trabajando en él unos tres años. La idea partió de Gianfranco Brunelli, Director General del Comité Científico de la Fondazione Cassa dei Risparmi di Forlì. Lo comentó con Antonio Paolucci, Presidente del Comité Científico, con Fernando Mazzocca y conmigo. Inmediatamente después, Paola Refice y Fabrizio Paolucci se unieron a la lista de comisarios. Empezamos a trabajar en él paralelamente al proyecto que dio lugar el año pasado a la exposición Ottocento. El arte de Italia entre Hayez y Segantini.

En la presentación se lee: “Ulises somos nosotros, nuestra inquietud, nuestros retos, nuestro deseo de arriesgar, de conocer, de ir más allá”; ¿podría definir mejor este concepto?
Todos los viajes simbolizan una búsqueda: hacia los misterios profundos de la creación y hacia los misterios igualmente profundos de nuestra interioridad. El de Ulises lo es aún más. El héroe homérico vaga para volver a casa, es decir, para reencontrarse con sus orígenes. Pero para ello debe enfrentarse a una serie de acontecimientos en los que se plasman de vez en cuando todos los sentimientos, aspiraciones y angustias del ser humano. Estos estados del alma pertenecían al hombre griego arcaico como al de hoy. Incluso para regresar a Ítaca, Ulises se ve obligado por Circe a descender al mundo de los muertos. ¿Qué desafío, y qué temor, podría ser mayor para un hombre que éste? En el Hades, Ulises vuelve a ver a su madre y a sus antiguos compañeros. Al final, es un viaje que refleja una búsqueda interior en términos casi psicoanalíticos. Ahí reside toda la increíble modernidad de laOdisea. Diré más. Después de las Sagradas Escrituras, laOdisea es el primer texto de la Antigüedad en el que se concreta para nosotros una concepción de la narración que es la misma en la que se basa nuestra noción de la historia, nuestra forma de ser conscientes de las cosas pasadas y, en consecuencia, de nuestra conciencia, tanto individual como colectiva. Por eso Ulises es el padre de todos nosotros. Su desafío a lo desconocido, con todos sus entusiasmos y todos sus temores, su reflexión sobre lo sobrenatural, sobre el elemento metafísico que nos rodea (sean los dioses o las sirenas) son los mismos que han llevado al hombre moderno a traspasar sus fronteras naturales, incluso a la conquista del espacio “para ir”, como dice el incipit “homérico” de la famosa serie de televisión Star Trek, “donde ningún hombre ha ido antes”.

El mito de Ulises se ha hecho universal y ha sido abordado en la cultura occidental en todas las formas artísticas, así como en numerosas obras literarias. Así pues, es uno de los casos más famosos en los que el arte y la literatura se mezclan con el mito. ¿Cómo define la relación entre arte y mitología? ¿En qué medida se influyen mutuamente?
La mitología siempre ha sido una increíble reserva de imágenes y temas para las artes figurativas, así como para la literatura. Al fin y al cabo, si la historia racionaliza la experiencia humana, el mito no es más que una forma primaria, y por tanto universal y atemporal, de entender lo que nos rodea. Es una explicación primordial y antropocéntrica, proyectada en una esfera ideal, del mundo con respecto al hombre, su psique y sus sentimientos. Y así, a lo largo de milenios, las artes se han servido del mito de Ulises para anidar en él en términos paradigmáticos la cultura de una época, con todas sus ambiciones, pasiones, angustias y traducciones simbólicas.

A través de las diferentes representaciones del mito de Ulises a lo largo de los siglos, ¿es posible comprender los sentimientos dominantes de una época?
Por supuesto que sí. Para una gran parte de la edad moderna, Ulises es un héroe que lleva a cabo hazañas épicas; un hombre valeroso cuyas hazañas se devuelven al reino eterno de la historia. Y como tal es celebrado en las artes figurativas entre los siglos XVI y XVIII. Luego, durante el siglo XIX, con el auge del individualismo, el simbolismo y los nuevos descubrimientos sobre la psique y los estados de ánimo, Ulises se convierte en el protagonista de un viaje que ejemplifica simbólicamente la aspiración existencial a una griega lejana, veteada de primitivismo, sentida como irremediablemente perdida y como tal añorada con actitud nostálgica como lugar originario ligado a la universalidad del mito y al misterio de los comienzos que se contraponía al progreso moderno y a una civilización que parecía haber alcanzado, como Ulises en las Columnas de Hércules, los límites de su historia milenaria. Pensemos en el encuentro de Ulises con las monstruosas sirenas, seres híbridos mitad mujer y mitad pájaro (o, más tarde, mitad pez), polimorfos traidores que desvían a los marineros del buen camino. Homero centra su atención exclusivamente en sus cualidades adivinatorias. Las sirenas, como las musas y las sibilas, saben todo lo que ha sucedido y sucederá en la tierra. Su canto conduce a un conocimiento absoluto que proyecta la finitud del hombre a una dimensión irreprimible propia de la esfera divina. En el canto de las sirenas se esconde el ansia de conocimiento del ser humano. Tras su gran difusión figurativa en la Antigüedad (como símbolo del conocimiento) y luego en la Edad Media (como alegoría del pecado), estos seres sobrenaturales desaparecieron de la escena artística a partir del siglo XVI, para volver al primer plano en la segunda mitad del siglo XIX. Ello se debió a que la imaginación artística de aquella época quedó literalmente subyugada por el enigma universal, atemporal y sin solución, de su canto hechizante, en el que se vertía el dilema de todo hombre de todos los tiempos: la búsqueda del lugar de aterrizaje y la conciencia de la inevitabilidad del límite o el ansia estremecedora de un conocimiento sin límites, fatal en su inmensidad. Y luego, en las sirenas como mujeres-pez, el simbolismo transpuso el tema moderno de la femme fatale que tanta importancia tuvo en las artes y la literatura de la segunda mitad del siglo XIX. Son los mismos años en los que las figuras femeninas se extrapolan de los relatos dela Odisea como protagonistas absolutas: Circe, Calipso, Nausicaa, Leucotea, Penélope son los traslados polisémicos de una cultura compleja, sofisticada y multiforme. Piensa que en 1897 Samuel Butler publicó en Londres un volumen(The Authoress of the Odyssey) en el que postulaba, con gran éxito, que el autor de laOdisea no era Homero sino una joven muy inspirada que vivió en Trapani hacia el siglo XI a.C. Y ello porque en la economía de laOdisea le parecía evidente (y con razón) la preponderancia del elemento femenino sobre el masculino.

Tal y como se anunció, la exposición pretende ser un gran viaje por el arte (y no sólo en el arte), incluyendo obras desde la antigüedad hasta el arte cinematográfico contemporáneo. Ante un tema tan vasto, ¿qué criterios se utilizaron para seleccionar las obras expuestas?
Las más de 250 obras expuestas en la exposición han sido seleccionadas para mostrar el impacto que la historia de Ulises ha tenido en cada época: la Antigüedad, la Edad Media, el Renacimiento, el Neoclasicismo, los siglos XIX y XX. En cada una de estas fases de la civilización occidental, la reinterpretación, y a menudo la correspondiente reescritura, de laOdisea ha marcado profundamente la visión del mundo de esos periodos. Pensemos en la Edad Media de Dante. En el Canto XXVI delInfierno, Alighieri reinventa por completo el epílogo de la historia de Ulises. No regresa a casa con Penélope, sino que emprende un último y fatal viaje más allá de las Columnas de Hércules que le conducirá a él y a sus compañeros a la muerte. Para la Edad Media cristiana, el conocimiento absoluto cuya lujuria atenaza a Ulises (pero quizá al propio Dante) pertenece a Dios, y el héroe homérico en esa búsqueda más allá de todos los límites sólo puede encontrar la muerte. Así pues, hemos intentado elegir obras representativas de la profunda influencia que laOdisea ha ejercido en las distintas épocas de la cultura occidental a lo largo de tres mil años. Pero al mismo tiempo hemos querido construir un itinerario narrativo lleno de fascinación y sugestión en el que el visitante parecerá llevado de la mano por las tramas del relato de Ulises. Para el visitante curioso, será una experiencia irrepetible.

¿Cuáles son, en su opinión, las obras más significativas? ¿Serán todas obras conocidas o se presentarán algunas nuevas?
Habrá muchas obras nuevas en la exposición, obras que nunca se han expuesto, obras maestras que rara vez han salido de sus emplazamientos, imágenes icónicas como la famosa cabeza de Ulises del siglo I d.C. procedente de la villa del emperador Tiberio en Sperlonga. Al principio de la exposición, por ejemplo, en los espacios monumentales de la iglesia de San Giacomo, los visitantes serán recibidos incluso por una nave aquea del siglo VI-V a.C., de más de 11 metros de eslora. La nave, hallada en el golfo de Gela, reconstruida y restaurada en una compleja operación con motivo de la exposición, está rodeada de las divinidades olímpicas (increíbles ejemplos de estatuaria antigua) que facilitaron el viaje de regreso de Ulises. Y todas estas deidades regresan juntas en una enorme pintura de cuatro metros de base de Pietro Paolo Rubens, traída de las colecciones del Castillo de Praga. Junto a otras importantes piezas arqueológicas expondremos dos de los frescos desprendidos de la Domus romana de Via Graziosa, en Roma. Se trata de pinturas del siglo I a.C. conservadas en los Museos Vaticanos, de donde nunca han salido. Será una ocasión única para admirarlos. Tras una serie de preciosos manuscritos medievales iluminados relativos al encuentro de Dante con Ulises, nos sumergiremos en los acontecimientos del Renacimiento, entre obras de Liberale da Verona, Domenico Beccafumi, Parmigianino, Dosso Dossi, Pellegrino Tibaldi y muchos otros. En el siglo XVII, la figura de Circe surge entre pinturas de Guercino y Grechetto. Mientras que las pinturas de Johann Heinrich Füssli, Anton Raphael Mengs, Pompeo Batoni, James Berry, Joseph Wright of Derby, Angelica Kauffmann y Francesco Hayez destacan entre las obras del periodo neoclásico. Entre los artistas de mediados del siglo XIX, destacan los nombres de John William Waterhouse, Max Klinger, Giulio Aristide Sartorio y descubrimientos imprescindibles como el simbolista croata Bela Čikoš Sesija. Junto a las de Ivan Meštrović, Alberto Savinio, Scipione, Corrado Cagli y Leoncillo, una presencia destacada en el siglo XX es la de Giorgio de Chirico. Nacido en Volos, Grecia, en 1888, más que ningún otro artista del siglo XX, de Chirico se sentía descendiente directo de Ulises en nombre de la mediterraneidad.

¿Qué debemos esperar de esta exposición y qué mensaje pretende transmitir a los visitantes?
Los visitantes deben esperar una experiencia sin precedentes. Un viaje, como el de Ulises, en busca de nuestros antiguos orígenes perdidos en las fabulosas leyendas del mito. La figura de Ulises ha dominado el imaginario occidental durante tres mil años, pero quizá hoy más que nunca su viaje por mar a lo largo de las rutas mediterráneas pueda considerarse de actualidad.

Arte romano, Ulises (siglo I d.C.; mármol, 39 x 47 cm; Sperlonga, Museo Arqueológico Nacional)
Arte romano, Ulises (siglo I d.C.; mármol, 39 x 47 cm; Sperlonga, Museo Arqueológico Nacional)


Domenico Beccafumi, Penélope (1519; óleo sobre tabla, 84 x 48 cm; Venecia, Pinacoteca Manfrediniana del Seminario Patriarcale)
Domenico Beccafumi, Penélope (1519; óleo sobre tabla, 84 x 48 cm; Venecia, Pinacoteca Manfrediniana del Seminario Patriarcale)


Pieter Paul Rubens, Los dioses del Olimpo (1601-1602; óleo sobre lienzo, 204 x 379 cm; Praga, Castillo)
Pieter Paul Rubens, Los dioses del Olimpo (1601-1602; óleo sobre lienzo, 204 x 379 cm; Praga, Castillo)


Joseph Wright of Derby, Penelope Unravels Her Canvas by Candlelight (1783; óleo sobre lienzo, 106 x 131,4 cm; Los Ángeles, J. Paul Getty Museum)
Joseph Wright of Derby, Penélope desenreda su lienzo a la luz de las velas (1783; óleo sobre lienzo, 106 x 131,4 cm; Los Ángeles, J. Paul Getty Museum)


Lèon Belly, Les Sirènes (1867; óleo sobre lienzo, 363 x 300 cm; Saint-Omer, Musée de l'hôtel Sandelin)
Lèon Belly, Les Sirènes (1867; óleo sobre lienzo, 363 x 300 cm; Saint-Omer, Musée de l’hôtel Sandelin)


John W. Waterhouse, Envious Circe (1892; óleo sobre lienzo, 180,7 x 87,4 cm; Adelaida, Art Gallery of South Australia)
John W. Waterhouse, Circe envidiosa (1892; óleo sobre lienzo, 180,7 x 87,4 cm; Adelaida, Art Gallery of South Australia)


Giorgio De Chirico, Ulises. Autorretrato como Odiseo (1922-24; óleo sobre lienzo; Colección particular)
Giorgio De Chirico, Ulises. Autorretrato como Odiseo (1922-24; óleo sobre lienzo; Colección privada)


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