Stefano Fake: "Con las exposiciones inmersivas cuento la historia del arte del pasado con los ojos y las herramientas de hoy".

Inaugurada el 26 de noviembre de 2022 en el EmotionHall de Gorizia, el primer escenario inmersivo permanente de Italia, que forma parte de un centro comercial, la exposición inmersiva y multisensorial Gustav Klimt. Sinfonía de arte inmersivo dedicada al maestro de la Secesión vienesa. Hemos hecho algunas preguntas a Stefano Fomasi, alias Stephen Fake, director del proyecto, sobre cómo se realiza una exposición inmersiva y qué elementos emocionan más al público, el papel del sonido para acompañar las imágenes y cuál es el elemento innovador de esta muestra multisensorial dedicada a Klimt. Estará abierta hasta el 30 de abril de 2023. La entrevista es de Ilaria Baratta.

IB. EmotionHall es el primer escenario inmersivo permanente de Italia, de unos 2.000 metros cuadrados, modular e interactivo. Gustav Klimt. Sinfonia di arte immersiva se sitúa, por tanto, en un lugar creado específicamente para albergar exposiciones inmersivas. ¿Qué importancia cree que tiene el espacio en el que tiene lugar una exposición inmersiva?

SF. Las experiencias artísticas inmersivas se caracterizan por estar construidas con cinco elementos que deben estar equilibrados por igual en el resultado final: el espacio, la luz, la dramaturgia audiovisual, la música y, por último, pero no por ello menos importante, la presencia de los espectadores. Nosotros los llamamos “contenedores de emociones”. Así que la configuración del entorno es crucial para crear un camino por el que el público entre y experimente el arte de primera mano. Cuando diseñamos EmotionHall en 2019, que se inaugurará con mi Van Gogh Immersive Art Experience, partimos precisamente del estudio del espacio, con distintas zonas dedicadas a instalaciones diferentes y modulares. El público siempre ha querido sorprenderse y asombrarse, no solo educarse. Los museos del futuro tendrán que ser necesariamente más atractivos y contar historias con diferentes lenguajes, para estimular al público intelectual pero también sensorialmente.

En Gustav Klimt. Sinfonía de Arte Inm ersivoel visitante se encontrará inmerso sólo en las llamadas obras icónicas de Klimt o también en otras menos conocidas o en imágenes no tan relacionadas con el artista?

La narración de la experiencia inmersiva sobre Klimt permite conocer todos los aspectos de su producción. Veamos su evolución como artista: el primer periodo simbolista con los frescos del Burgtheater, los dibujos para ilustrar la revista secesionista Ver Sacrum, el Gran Friso de Beethoven dentro del Palacio de la Secesión, el Periodo Dorado con obras icónicas como Judith y el retrato de Adele Bloch-Bauer, El Árbol de la Vida diseñado para el Palacio Stoclet de Bruselas, obras icónicas como El Beso y Dánae, retratos femeninos y el último periodo en el que utiliza toda la paleta de colores hasta el extremo, el llamado periodo florido. Es una experiencia muy completa que da a conocer el arte de Klimt en toda su potencia.

¿Con qué criterios se elige una determinada pieza musical para acompañar una determinada obra? Desde la elección del título, Sinfonía del arte inmersivo, se concede un papel importante al sonido...

La música en la Viena de finales del siglo XIX es fundamental para comprender el periodo histórico en el que vivió Gustav Klimt. La música está absolutamente estudiada y se utiliza para añadir sentido y significado a la contemplación de las obras. Por poner un ejemplo: cuando se inauguró el Friso de Beethoven en el Palacio de la Secesión, el gran compositor Gustav Mahler, gran amigo de Klimt, dirigió para la ocasión la Sinfonía nº 9 de Beethoven, la famosa Oda a la Alegría. Así que tocamos esa misma pieza a lo largo de esa escena, para hacer retroceder al público en el tiempo y transportarlo a la dimensión sensorial que el público austriaco experimentó en aquella época". La tecnología y la dramaturgia audiovisual nos permiten crear precisamente este tipo de atmósfera sinestésica entre todas las artes.

¿Cuál cree que es el objetivo de una exposición inmersiva y cuáles son los elementos que más cautivan y emocionan al público en este contexto?

Como en todas las exposiciones, se trata de ser capaz de crear interés, conocimiento, emoción y asombro. Los objetivos no difieren de los de las exposiciones tradicionales, pero hoy en día -con el gran éxito mundial de las experiencias artísticas inmersivas- hemos contribuido a cambiar el paradigma de las exposiciones situando la experiencia del espectador en el centro, para tratar de implicarle activamente en el descubrimiento del arte. Esto se aplica tanto al público culto como a quienes se acercan al arte por primera vez.

EmotionHall está situado en un centro comercial, un lugar frecuentado por todo tipo de público y sobre todo poco convencional para una exposición: ¿cree por tanto que una exposición inmersiva es potencialmente más popular que una exposición celebrada en un museo?

En los últimos quince años he realizado más de setenta exposiciones inmersivas, en todo el mundo y en diferentes contextos. Debo decir que no he notado grandes diferencias en la asistencia de público. Lo importante es mantener alto el nivel de calidad de las exposiciones. Esta de Klimt en EmotionHall podría acogerse fácilmente en el Palazzo delle Esposizioni de Roma, donde hice Caravaggio Experience en 2016 con más de 75.000 visitantes. La tendencia de poner el arte en contextos “inusuales” está impulsada por la necesidad de las personas y las familias de experimentar y compartir momentos significativos, y no hay nada más significativo que el descubrimiento de la cultura y el arte. Es una tendencia mundial imparable. Pensemos en Las Vegas o Dubai, que hace veinte años no eran más que centros de ocio. Hoy ofrecen conciertos, exposiciones e instalaciones artísticas del más alto nivel. Ya no basta con ir de compras y divertirse, porque la gente también busca algo más. Ver a gente de todas las edades emocionarse dentro de nuestras instalaciones es la mejor manera de entender que vamos por el buen camino para atraer a públicos poco convencionales que se acercan al arte por primera vez.

¿Cuánto dura la experiencia inmersiva y en qué consiste la interactividad?

El recorrido se divide en varias salas: una sala con una obra de arte de luz cinética, un pasillo interactivo dedicado al oro, una zona con algunas reproducciones de cuadros de Klimt con breves textos didácticos, una instalación mágica con una danza de telas movidas por el viento, una gran sala inmersiva en la que se puede ver la sinfonía audiovisual de veinte minutos sobre la evolución pictórica de Klimt y, por último, la Sala del Espejo Inmersivo, en la que uno se sumerge literalmente en el color oro en un espacio infinito. Se tarda aproximadamente una hora en visitar toda la exposición, pero damos al público la libertad de permanecer en el espacio expositivo todo el tiempo que desee, revisar las instalaciones e interactuar con ellas tanto como considere oportuno para disfrutar plenamente de la experiencia artística.

Los historiadores del arte suelen ser reticentes a las exposiciones inmersivas porque consideran que no es lo mismo ver las obras en directo que ver imágenes reproducidas de las mismas. ¿Cuál es el elemento innovador deGustav Klimt. Sinfonía del arte inmersivo?

Son controversias que ya hemos superado en años anteriores. No sé a qué se deben sus reticencias, pero son críticas casi surrealistas, desde mi punto de vista. Imagínese a un musicólogo que está en contra de la música reproducida desde un equipo de música doméstico porque “sólo con una orquesta en directo se puede entender a Beethoven”, o a un crítico teatral que critica el cine porque “en el teatro no hay actores en directo”. Siempre he pensado y dicho en varias conferencias sobre el tema que las exposiciones tradicionales y las exposiciones inmersivas son dos experiencias completamente distintas, y ninguna excluye a la otra. Lo que es bastante cierto es que si llevas a un niño de ocho años a un museo tradicional al cabo de media hora querrá marcharse, mientras que en las experiencias digitales descubre el arte de una forma mucho más inmersiva.

¿Cómo se crea y realiza una exposición inmersiva?

Es un proceso muy largo que lleva meses de estudio y planificación. Hay que llegar a contar la historia del arte del pasado con los ojos y las herramientas tecnológicas del mundo contemporáneo y tener en cuenta los elementos compositivos de una experiencia artística inmersiva: el espacio, la luz, la dramaturgia audiovisual, la música y, por último, pero no por ello menos importante, la forma en que el público vivirá la experiencia. Es una alquimia de todos estos elementos.

Según su experiencia, ¿existe un buen entendimiento entre el arte pictórico y las nuevas tecnologías? En su opinión, ¿el futuro va cada vez más en esta dirección?

Realmente no puedo predecir el futuro. Pero sin duda se hará con lo que los autores y productores sepamos aportar, con la perseverancia, seriedad, creatividad y pasión que requiere todo lo que tiene éxito.

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