Lorenzo Balbi, director confirmado de MAMbo: "lo transformaremos en un organismo vivo".


Entrevista con Lorenzo Balbi, reconfirmado hasta 2026 como director del MAMbo - Museo d'Arte Moderna di Bologna (Museo de Arte Moderno de Bolonia): su objetivo es seguir transformándolo en una institución viva, participativa, ecológica, digital, "para todos los géneros" y descolonizada.

Lorenzo Balbi, nacido en Turín en 1982, tras diez años de experiencia en la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo de Turín como comisario, es desde 2017 director del MAMbo - Museo d’Arte Moderna di Bologna, responsable de toda el Área de Arte Moderno y Contemporáneo de la Istituzione Bologna Musei y desde 2018 también del programa de exposiciones e iniciativas ART CITY, que acompaña cada edición de Arte Fiera. Estos cargos acaban de ser reconfirmados tras la selección pública al final de su primer mandato, y garantizan la continuidad de la programación del museo hasta 2026. Esta noticia no nos coge por sorpresa, dada la calidad de las acciones y exposiciones del cuatrienio 2017-2021, y ayuda a superar las incertidumbres e interrupciones provocadas por los cierres durante la pandemia, con una propuesta que proyecta Bolonia hacia el futuro próximo.

Lorenzo Balbi
Lorenzo Balbi

CP. ¿Esperaba Balbi este nuevo nombramiento? ¿Había algún trabajo en curso que debía completarse?

LB. Desde que empecé en 2017, he trabajado con la idea de no detenerme en un primer mandato. Tras un periodo inicial de sedimentación y formación -llegando no como protagonista de la escena del sector, sino como un joven conservador en su primera experiencia de dirección de un museo público-, razoné con vistas al futuro y al largo plazo, a través de proyectos que pudieran dictar la agenda más allá de 2021. En todas las decisiones que he tomado y las iniciativas que he propugnado, mi principio rector ha sido no pensar en mí mismo como alguien que “caduca”. Dicho esto, tuve un contrato de cuatro años, al final del cual me presenté de nuevo, siguiendo todos los pasos del proceso de selección. Ciertamente el trabajo realizado, junto con el personal del museo hasta el momento, ha sido una prueba para mi dirección y en la segunda entrevista jugó un papel importante la conciencia profesional adquirida y el conocimiento de las peculiaridades del MAMbo. Interpreto este nuevo nombramiento como un reconocimiento.

No sólo el MAMbo, el área de“Arte Moderno y Contemporáneo” de la Istituzione Bologna Musei, que usted preside, incluye también el Museo y la Casa Morandi, la Villa delle Rose y el Museo per la Memoria di Ustica. ¿Cuáles son los proyectos más urgentes?

Los retos que nos esperan con el nuevo mandato son la coincidencia con el Museo Morandi, luego la creación de un museo monográfico actualizado que se alojará en la Palazzina Magnani, y en 2025 el 50 aniversario de la fundación de la GAM - Galleria d’Arte Moderna di Bologna (Galería de Arte Moderno de Bolonia) y, por tanto, el medio siglo del Museo. Pero antes, nos ocuparemos de Villa delle Rose, que debe replantearse como espacio expositivo para convertirse en un centro de formación y educación en el que canalizar los numerosos proyectos educativos y de apoyo a artistas, comisarios y operadores del sector.

Entre las cosas que se han conseguido en el MAMbo desde su inauguración en 2017 está la inauguración de la Sala de Proyectos y la apertura al exterior de las ventanas de la Sala delle Ciminiere en la planta calle, con la conversión de este espacio en un espacio fluido de talleres para residencias de artistas. ¿Cuáles considera que son los valores de un museo cívico contemporáneo?

Entre los temas identitarios de nuestra institución, está sin duda la participación. A partir de las acciones ya realizadas y por construir, como museo público desempeñamos un papel, por una parte, de referencia y, por otra, de conector entre las identidades y los valores de los centros de producción locales. Un museo propositivo, atento a la experimentación, a los nuevos proyectos, exposiciones y formatos, y accesible, quiero decir inclusivo, donde las instancias del territorio se sientan representadas, donde se cuenten algunas historias que parecen olvidadas, donde exista la posibilidad real de traer contenidos de fuera. Pero sobre todo, nos interesa un museo participativo, que asuma como incipit de su acción el papel institucional público, de apoyo a la comunidad, de apertura. La acción del museo no termina entre sus muros, la idea es transformarlo de un edificio contenedor en un “organismo vivo”.

El MAMbo de Bolonia. Foto de Matteo Monti
El MAMbo en Bolonia. Foto de Matteo Monti

Lo han hecho tanto a nivel arquitectónico, permitiendo un diálogo visual entre el interior y el espacio urbano, como con acciones específicamente diseminadas por la ciudad

La idea es superar la compartimentación. En términos de percepción del espacio, no hay diferencia entre el pórtico exterior y la galería. El museo como museo público actúa en la ciudad, sale de su perímetro.

¿Cómo evolucionará ahora? ¿Cuáles serán las nuevas “claves para la acción”?

Estamos abordando cuatro grandes temas: hacia un giro ecológico y la atención al impacto medioambiental; hacia la digitalización, la desmaterialización y el uso de la tecnología; hacia la equidad de género, tanto en la comunicación como en la estructura, trivialmente con servicios “para todos los géneros”; y hacia el gran tema de la descolonización, en las colecciones y en relación con las políticas de reducción de las diferencias. Estos son, sin duda, nuestros objetivos que puntuarán las propuestas, empezando por la accesibilidad.

¿Hay algún liderazgo museístico que inspire su trabajo actual?

Obviamente sí, todos tenemos nuestros modelos de referencia, pero los nombres que mencionaré no pueden relacionarse realmente con el MAMbo, porque como repito a menudo “cada museo tiene su propia medida” compuesta por muchos elementos, desde el estatutario y el impacto en la comunidadhasta el tipo de papel en el contexto y con respecto a las políticas sobre la colección y las exposiciones... un museo similar al MAMbo es imposible, su identidad viene dada por ser el único museo público de arte contemporáneo de Bolonia. Pero volviendo a los nombres, ciertamente miro con mucho interés los grandes museos públicos extranjeros, desde el Reina Sofía de Madrid, por su gobernanza y por lo que interpreta al ser museo, y admiro el Palais de Tokio de París al igual que sigo los FRAC (Fondi Regionali d’Arte Contemporanea n.d.R.) y otros museos franceses, pienso en Burdeos, Marsella o Estrasburgo. La Haus der Kunst de Múnich con Andrea Lissoni, pues, se está convirtiendo en un punto de referencia para las prácticas museísticas, y teniendo en cuenta el carácter interdisciplinar, sin duda la Haus der Kulturen der Welt de Berlín sigue siendo un modelo a diseñar para los conservadores.

El MAMbo de Bolonia. Foto de Giorgio Bianchi
El MAMbo de Bolonia. Foto de Giorgio Bianchi

¿Se pueden anunciar ya las próximas exposiciones de 2022 en el MAMbo?

Después de la de Italo Zuffi que se está celebrando en la Sala delle Ciminiere, tendremos otras dos grandes exposiciones, la del pintor irlandés Sean Scully, seguida de una muestra colectiva que estaba prevista para el pasado mes de enero pero que hemos pospuesto por Covid al otoño del 22, y que trabajando con nuevas producciones de artistas internacionales reflexionará sobre el significado y el uso de las colecciones en la actualidad. La Project Room, un espacio dedicado específicamente al territorio, arrancará de nuevo dentro de un mes con una exposición dedicada a la galería boloñesa Neon. Desde 2017, en esta sección hemos llevado a cabo varios proyectos con diferentes comisarios sobre experiencias significativas y fundamentales del pasado reciente de Bolonia. Esto ha creado una interesante red y un centro de debate a través del cual muchas personas se han sentido representadas dentro del museo y consideradas en sus propias experiencias.

Pero antes, coordina las actividades colaterales de Art City en Arte Fiera al aire libre. De cara a la próxima edición, del 13 al 15 de mayo de 2022, ¿qué veremos?

Empezando por el proyecto especial de Tino Sehgal en la Piazza Maggiore, esta edición contará con una docena de proyectos principales en diversos emplazamientos, entre ellos uno de Benni Bosetto con una gran obra performativa en la Pinacoteca Nazionale, y Carlos Garaicoa en elOratorio San Filippo Neri, Pedro Neves Marques en el Orto Botanico o, entre otros, Giulia Niccolai en el Padiglione de l’Esprit Nouveau; así como la segunda parte del proyecto de Zuffi en la sede de la Banca di Bologna en el Palazzo De’ Toschi. Ya hemos difundido el programa.

Usted procede de Turín, ¿cuál es la característica suprema de vivir el arte en Bolonia?

El de Bolonia es un contexto extremadamente positivo, debido a la gran aptitud y a la gran labor de sensibilización del público boloñés que han realizado a lo largo de los años las instituciones culturales, formándoles en la experimentación de las artes visuales. Al trabajar aquí, se interactúa con un interlocutor ávido de un cierto tipo de propuestas atrevidas, en continuidad con aquello a lo que las instituciones, asociaciones, festivales y centros de producción cultural se han acostumbrado. El público está ahí, pero hay que reforzarlo con contenidos acordes con las expectativas. Vivir Bolonia es una cuestión de “aplicación”, es imprescindible estar allí, participar en las actividades y conocer a quienes las realizan; ¡yo me instalé allí desde el primer día!


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