“Cambiará el mundo. Las enormes transformaciones que se han producido en los últimos años en los museos autonómicos, que están a la vista de todos, se extenderán sin duda a las nuevas direcciones regionales autónomas, con todas las ventajas que ello conlleva”. Esta es la convicción de Filippo Demma, responsable de la Dirección Regional de Museos Nacionales (DrMn) de Basilicata, que, con el Dpcm de 15 de marzo de 2024, quedó unida a la institución autónoma del Museo Arqueológico Nacional de Matera, donde la directora saliente, Annamaria Mauro, no fue renovada para los próximos cuatro años. Director del Parque Arqueológico de Sybaris desde noviembre de 2020 (recientemente ha sido confirmado para un segundo mandato), Demma cuenta también con casi cuatro años de experiencia en la Dirección de Calabria, un puesto más al frente de la cenicienta entre las direcciones que lleva años esperando para elegir a un nuevo titular y que desde el 15 de noviembre vive una nueva delegación, asignada a Fabrizio Sudano, director del Museo Arqueológico Nacional de Reggio Calabria, invitado del primer episodio de nuestra investigación sobre las nuevas direcciones regionales. Con Demma, por lo tanto, pudimos hacernos una idea más circunstancial de cuáles pueden haber sido las razones que presidieron las recientes elecciones ministeriales con las que se llevó a término el proceso de reforma autonomista iniciado en 2014 (pero cuyo objetivo final era la institucionalización de museos y parques, como nos dijo el ex jefe de gabinete de Franceschini, Lorenzo Casini). Con una condición previa ineludible: se necesitan recursos financieros y de personal adecuados. La Dirección de Basilicata incluye yacimientos menos conocidos por el gran público, pero no por ello menos interesantes y evocadores que los destinos más famosos. La autonomía, nos dice el arqueólogo, será una apuesta precisamente para los yacimientos “geográficamente más periféricos”. Son dieciséis en total, entre ellos el Museo Arqueológico Nacional de Basilicata “Dinu Adamesteanu” en Potenza, el Museo Nacional de Arte Medieval y Moderno de Basilicata (en el Palacio Lanfranchi, Matera), el Museo Arqueológico Nacional de Muro Lucano (Potenza), el Museo Nacional de la Siritide en Policoro (Matera), con cerámicas figurativas (siglos VII-VI a.C.) entre las más antiguas de Italia.C) entre las más antiguas realizadas en la Magna Grecia, la sede expositiva del Palacio Ducal de Tricarico (Matera), el Parque Arqueológico de Grumentum en Grumento Nova (Potenza), dentro del Parque Nacional de los Apeninos Lucanos; o el Templo de las Tavole Palatinas, o Templo de Hera (siglo VI a.C.), en Bernalda (Matera).
SM. Entre las innovaciones introducidas en 2014 por la reforma Franceschini, los “polos museísticos regionales” se revelaron inmediatamente como los puntos débiles de la reorganización ministerial. En su opinión, ¿cuáles eran los puntos críticos de esas estructuras?
FD. Creo que los puntos críticos se debieron probablemente a la mala coordinación central de la entonces Dirección General de Museos, que no gobernó adecuadamente el proceso de transferencia de las competencias y lugares de cultura y de los recursos para gestionarlos a los nuevos institutos. También hubo mucha resistencia interna por parte de quienes no compartían esa “visión”. En el momento de la transferencia, en particular, hubo fuertes críticas relacionadas con las condiciones del patrimonio, especialmente el patrimonio no expuesto, los depósitos y todos los archivos administrativos, técnicos y burocráticos. Existía el verdadero problema de la entrega de los bienes no expuestos a los nuevos institutos, ya que no disponían de inventarios y la documentación era escasa. Esta situación ralentizó aún más el proceso. Cuando te haces cargo de un lugar de cultura, una obra de arte o un hallazgo arqueológico, asumes una responsabilidad. Me explico, si toda la documentación inherente a estos bienes no está perfectamente formada y no se puede transmitir, y hay casos en los que se han dado estas situaciones, tanto los que entregan como los que tienen que asumir el control y la gestión de estos bienes se enfrentan a dificultades en términos de responsabilidad civil, penal y administrativa. Responsabilidades que siempre están en manos de los gestores y por eso se han ralentizado los procesos.
Ha cambiado algo en 2019 con las ’direcciones regionales de museos’, aparte de la nueva redacción?
Ha cambiado muy poco. Evidentemente había cuatro años de experiencia previa, por lo que estábamos en un punto más avanzado y también se había formado en los gestores una conciencia de las necesidades vinculadas a este nuevo modelo diferente de gestionar los museos y las colecciones. En ese momento se crearon nuevos institutos autónomos, separándolos de las direcciones regionales, entre ellas la de Sibari, por lo que hablo con razón, que si aliviaron las tareas de estas últimas las agravaron por otro lado, porque muchas veces todas las transferencias de activos y competencias que, como decíamos, se habían creado cuatro años antes con la creación de los polos museísticos se repitieron al crearse los nuevos institutos.
¿Cuál es la razón por la que ahora se ha introducido una diversificación entre direcciones que coinciden con una región y otras que están adscritas a institutos autónomos? ¿Y cuál es la diferencia?
Francamente, no tengo ni idea, habría que preguntárselo al director general y al ministro. Puedo plantear la hipótesis de que se evaluó que en las regiones más pequeñas, con menos institutos, como eran originalmente Liguria y Las Marcas, habría sido funcional fusionar las oficinas tanto en términos de economía y eficacia de la acción administrativa como de ahorro de recursos, pero también en vista de laintroducción progresiva del modelo de autonomía también para las direcciones de los museos, en ausencia del cual la cadena de dificultades se tensaba cada vez más, razón por la cual la normativa más reciente ha previsto la autonomía de gestión, financiera y científica también para estos institutos. Así pues, la medida temporal de fusionar, como se hizo, algunas direcciones regionales con un instituto autónomo ya constituido puede leerse como un experimento de lo que iba a suceder poco después. Pero, repito, esto es sólo mi hipótesis.
Las agregaciones, por tanto, se producen exclusivamente con museos o parques de nivel de dirección no general. ¿Existe alguna razón por la que las direcciones regionales de los Museos Nacionales no se hayan combinado con los institutos autónomos de primer rango “más fuertes”?
Los institutos de primer nivel tienen objetivos y recursos acordes con el tamaño y la importancia de los bienes que gestionan y las tareas que tienen asignadas. Creo, por tanto, que no sería funcional “cargar” a un instituto de primer rango con una responsabilidad adicional sobre los museos periféricos. Los primeros fueron concebidos y estructurados para garantizar la máxima eficacia en la puesta en valor de determinados contextos monumentales, histórico-artísticos y arqueológicos, con características de gestión especialmente complejas. Imagino, por tanto, que amalgamar una dirección regional, que tiene otros problemas de gestión territorial que un primer instituto autónomo, habría comprometido de alguna manera o al menos dificultado la consecución de los objetivos para los que fue creado este último. Pero esto también es una valoración que han hecho el director general y el ministro, y sólo ellos pueden dar una respuesta.
¿Servirán también las fusiones para generar economías de escala, compartiendo servicios, equipos y competencias profesionales?
Sí. Pero esto no es algo que se verá facilitado por las fusiones per se, sino, creo, por la autonomía de gestión ampliada a las direcciones regionales de museos.
En esta perspectiva de red (si es efectiva), ¿existen momentos de intercambio, como mesas redondas técnicas convocadas con cierta regularidad, entre ustedes los directores para comparar las distintas experiencias? ¿Replicar las que han tenido éxito, resolver problemas comunes o compartir modelos y proyectos?
Por supuesto que sí. Dentro del sistema nacional de museos, la Dirección General de Museos organiza y ha organizado varias reuniones institucionales e informales entre directores para comparar distintas experiencias. El Director Massimo Osanna está muy atento y presente en todas las lógicas que sirven para compartir conocimientos de gestión y dirección. Personalmente, también aprecio su capacidad para trabajar en equipo y crear grupos muy unidos de directores que comparten no sólo cuestiones y problemas, sino también métodos de trabajo.
¿Qué cree que cambiará con la nueva autonomía en comparación con el pasado? En particular, desde el punto de vista financiero.
Cambia el mundo. Las enormes transformaciones que se han producido en los últimos años en los museos autónomos, que están a la vista de todos, se extenderán sin duda a las nuevas direcciones regionales autónomas, con todas las ventajas que conlleva la posibilidad de planificar y actuar en la programación de forma autónoma, sobre todo en lo que se refiere a los recursos que se asignan el año anterior para el año siguiente y que te permiten planificar tu actuación en el ámbito de la mejora y en ese ámbito de la parte de protección que se te asigna. No pueden dejar de producir los mismos beneficios que se han registrado en el Coliseo, en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, en Pompeya. Y, permítanme decirlo, también a los parques arqueológicos de Crotone y Sibari, que, con la autonomía, han quintuplicado sus accesos y más que cuadruplicado sus ingresos, prestando, sobre todo, un servicio de calidad, que ha atraído a nuevos públicos. Y si esto ha ocurrido para una realidad difícil y geográficamente periférica como la de estos parques, con más razón este escenario puede hacerse realidad para los grandes e importantes museos enmarcados en el actual DrMn, que sin duda vivirán una temporada de mayor protagonismo desde el punto de vista del desarrollo de contenidos, de la calidad del servicio y también, esperamos, de la calidad del servicio que prestan. del servicio y también, esperamos todos, de la respuesta del público, entendiendo por público no sólo el de los turistas, sino también el de las comunidades locales, urbanas, regionales y nacionales a las que principalmente se dirigen, y deben dirigirse, estos museos, siempre a la luz de la necesidad que ya nos había señalado la Convención de Faro de construir “estructuras comunitarias”. La condición necesaria es, por supuesto, que se dote a estos institutos de los recursos necesarios, en términos de personal, y aquí el esfuerzo ha sido considerable con continuos concursos, contrataciones y agotamiento de escalafones, pero también en términos de dotaciones financieras. Y esto depende de las políticas que el gobierno en su conjunto decida adoptar: los institutos autónomos sin una dotación financiera adecuada no producen efectos, es más, pueden producir efectos devastadores. Me explico, una cosa es poder asumir gastos urgentes y de funcionamiento a final de año, como ocurría cuando las direcciones regionales no eran autónomas, es decir, hacer los gastos y luego proceder a los pagos en función del gasto necesario. Otra cosa es que exista una dotación previa con la que deben cubrirse todas las necesidades. Si esta dotación no es suficiente, es fácil ver cómo tendremos un problema. Retrocederemos en lugar de avanzar. Esta es la cuestión crítica relacionada con la autonomía financiera, que funciona bien, repito, siempre que los recursos sean suficientes, de lo contrario está en quiebra. Pero estamos muy seguros de que el Ministerio encontrará y asignará todos los recursos necesarios para que la máquina funcione bien.
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