Paolo Marini es un egiptólogo cuya carrera se distingue por el vínculo entre la investigación académica y el comisariado de exposiciones internacionales. Licenciado y doctorando en Egiptología por la Universidad de Pisa, Marini ha desarrollado un interés por los ajuares funerarios egipcios, centrándose en particular en los contenedores ushabti, elementos fundamentales de la cultura funeraria del antiguo Egipto. Desde 2017, desempeña el papel de conservador y coordinador científico de las exposiciones itinerantes del Museo Egipcio de Turín, donde concibió y comisarió importantes exposiciones, como House of Eternity, que recaló en China y Brasil, y Egypt’s Glory, que se mostró en Finlandia y pronto en Canadá. Además, comisarió A través de sus ojos en Estonia y está preparando una nueva sección sobre la escritura egipcia para el museo. En 2020, publicó un libro de divulgación sobre las deidades egipcias para el Museo Egipcio, editado por Panini. Paolo Marini es también el comisario de la exposición organizada por el Museo Egipcio y la Fundación Villa Bertelli titulada Los egipcios y los dones del Nilo, una muestra que se celebra en el Fortino Leopoldo I de Forte dei Marmi. La exposición, que podrá visitarse del 1 de agosto de 2024 al 2 de febrero de 2025, investiga los vínculos entre el antiguo Egipto y el río Nilo, que representó una fuente primordial de vida y prosperidad para la civilización. Además de sus actividades expositivas, ha participado en misiones arqueológicas en varios lugares significativos y desde 2019 participa en una misión de estudio a Deir el-Medina, bajo la tutela del Museo Egipcio de Turín.
NC. Por qué Forte dei Marmi para una exposición sobre el antiguo Egipto, organizada por el Museo Egipcio de Turín?
PM. La respuesta podría ser: ¿por qué no? El museo lleva años organizando exposiciones itinerantes y llevándolas a los lugares más diversos, más allá de los muros del Museo Egipcio. Italia, en particular, ofrece muchas oportunidades para estas actividades, y nosotros aprovechamos todas a la vez. Cuando el ayuntamiento de Forte dei Marmi mostró interés por la exposición, que en una versión reducida ya se había mostrado en Trentino, se puso en contacto con nosotros. Aceptamos la propuesta con entusiasmo, también porque estamos contentos de trasladarnos a la Toscana, una región a la que estamos muy unidos por diversos motivos. Personalmente, estudié en Pisa, y el presidente de nuestro comité científico es profesor de la Universidad de Pisa, por lo que existe un fuerte vínculo cultural y profesional con la región.
¿Qué importancia tiene para el museo la colaboración con diversas fundaciones italianas, como la Villa Bertelli de Versilia?
Es muy importante para nosotros por varias razones. La primera se refiere a la valorización de nuestra colección: el Museo Egipcio recibe un gran número de visitantes, con más de un millón sólo el año pasado. Sin embargo, somos conscientes de que esto representa sólo una parte privilegiada del público, personas que tienen la oportunidad de viajar a Turín, una ciudad que permanece ligeramente fuera del circuito turístico italiano tradicional. Por eso, cuando tenemos la oportunidad de viajar y llevar testimonios de nuestra colección a otras ciudades, gracias al apoyo de las instituciones locales, lo consideramos fundamental. Esto nos permite realzar nuestro patrimonio y reforzar la marca del Museo Egipcio, que también opera en una dimensión comercial. El éxito de estas iniciativas ayuda a financiar la investigación y a respaldar nuestra misión cultural, y esto es importante porque demuestra cómo la cultura y la economía pueden complementarse y apoyarse mutuamente.
¿Cuál es el tema central de la exposición?
La exposición se desarrolla en varios registros. El primero está dirigido a todos: tanto a quienes conocen bien, o al menos en parte, el antiguo Egipto y la egiptología, como a quienes sólo tienen reminiscencias escolásticas y desean acercarse por primera vez a este fascinante mundo. Por un lado, relatamos los principales aspectos de la antigua civilización egipcia y, por otro, nos centramos en un tema crucial: el arte, la artesanía y la producción de cultura material. Este es el elemento en el que más invertimos, ya que es la clave para obtener la información más relevante de las civilizaciones antiguas, como la egipcia. Por ello, en la exposición hemos optado por hacer dialogar la cultura material con los visitantes y por desarrollar un enfoque centrado en el trabajo de los maestros artesanos, los mismos que contribuyeron a construir el imaginario colectivo sobre el antiguo Egipto.
¿Cómo se diseñó el montaje de la exposición en relación con la arquitectura del Fortino Leopoldo?
Visitamos los espacios expositivos y comprendimos qué aspectos eran fundamentales para aprovechar al máximo esos lugares. A partir de este análisis, decidimos qué objetos exponer, seleccionando los más relevantes para el concepto expositivo, que había sido pensado y definido de antemano. Este método también influyó en la elección del tamaño de los objetos. Otro aspecto que tuvimos en cuenta fue la conexión con el tejido social de Forte dei Marmi y sus alrededores, en particular con el mundo de la artesanía y el trabajo manual, como la explotación de canteras y el trabajo del mármol. El entorno de Forte dei Marmi está estrechamente vinculado a la tradición artística toscana, basta pensar en figuras como Miguel Ángel. Este vínculo ha guiado la selección de las piezas. También hemos intentado traer objetos de nuestros almacenes, dando así a residentes y visitantes la oportunidad de ver hallazgos nunca vistos. Algunos de estos objetos ya han sido expuestos en otras ocasiones, otros se muestran por primera vez en esta exposición. La variedad de piezas seleccionadas nos permitió representar diferentes periodos del antiguo Egipto, con objetos pertenecientes a distintas épocas históricas. Esto nos permitió ilustrar diversas técnicas artísticas, estilos distintos, concepciones religiosas, costumbres funerarias y rutinas cotidianas. El diálogo con los objetos expuestos permitió una comprensión profunda y polifacética de la civilización egipcia.
La exposición propone un itinerario que abarca más de 3.000 años de historia, desde la época predinástica hasta el periodo grecorromano. ¿Cómo se abordó la complejidad de este lapso de tiempo (y también de la cultura) en la elección y presentación de artefactos como los tarros canopos, los amuletos o la estatua de la diosa Isis?
Al tratarse de un periodo tan amplio y de una civilización tan compleja, no podíamos abordar todas las cuestiones destacadas que permitirían al visitante comprender, siquiera superficialmente, la complejidad de la civilización egipcia. Por eso optamos por centrarnos en un tema concreto: la artesanía. Nuestra elección fue hablar del largo arco histórico que caracterizó a Egipto, desde las épocas predinásticas hasta la fusión con otras culturas, centrándonos en los reflejos en las esferas artística y técnica. De hecho, cuando hablamos de la realización de esculturas, pintura, bajorrelieves o incluso momificación, nos referimos a técnicas que, aun siendo similares, difieren en los distintos periodos históricos. Cada técnica nos habla de un aspecto concreto de Egipto, relacionado con el contexto cultural y temporal de cada periodo.
En su opinión, ¿cuál es el hallazgo más importante, fundamental para comprender la exposición y el mundo egipcio que se presenta en Forte dei Marmi?
El símbolo de la exposición que hemos elegido es la máscara de época grecorromana que también puede verse en el cartel que centró la actividad promocional. Es un artefacto estéticamente fascinante, capaz de atraer la atención de los visitantes, pero su elección va más allá de su belleza; de hecho, encarna todos los conceptos que queríamos explorar en la exposición. Se trata de una máscara de cartonnage, un material especialmente creado por los egipcios. El cartonnage respondía a una necesidad económico-social de la cultura egipcia: fabricar con materiales más baratos un objeto considerado fundamental desde el punto de vista ritual y religioso. Este producto vio su difusión en un periodo de crisis social y económica, representando una respuesta adecuada. El concepto social y económico, combinado con la validez artística y el valor simbólico y ritual, surgió tanto en el ámbito funerario como en el religioso.
La reproducción en vídeo proyectada sobre el sarcófago de Butehamon mediante tecnologías 3D y cartográficas representa un fuerte vínculo entre la arqueología y las nuevas tecnologías del arte. En su opinión, ¿cómo cambia esta unión la forma en que los visitantes pueden interactuar con los hallazgos arqueológicos?
Estas soluciones nos permiten hacer accesibles temas que a menudo son complejos y difíciles de entender. La réplica del sarcófago de Butehamon, en particular, nos ha dado la oportunidad de llevar simbólicamente a Forte dei Marmi un artefacto que no puede trasladarse desde el Museo Egipcio por limitaciones de conservación. Aunque no pudimos trasladar el objeto original, encontramos la manera de hacerlo mover conceptualmente. No se trata de una réplica como fin en sí mismo, por tanto banal o kitsch, ni de una reproducción que distorsiona la imagen del original, sino de una instalación que cuenta la historia de cómo se hizo la obra original. Gracias a la utilización del video mapping, el visitante puede seguir todo el complejo proceso de producción: desde el ensamblaje de los tablones de madera a la colocación del estuco preparatorio, desde el dibujo de los sinopites al coloreado de las distintas partes, hasta la pintura final que caracteriza a los sarcófagos de la época con su típico color amarillo. Todo ello contado a través de una tecnología apasionante e innovadora. Al final de la experiencia, los visitantes se sienten conmovidos y adquieren una riqueza de conocimientos que de otro modo no habrían podido obtener.
Hablando de nuevas tecnologías, ¿por qué se decidió colocar en el exterior de la Fortaleza la reproducción del Coloso de Ramsés II realizada mediante fotogrametría y fresado 3D?
La exposición comienza con una reflexión sobre el nacimiento de la egiptología y la historia del arte en el antiguo Egipto. La estatua de Ramsés II, el original que albergamos aquí en Turín, está estrechamente vinculada a este periodo histórico. El artefacto llegó a Turín en 1824 e inmediatamente se fijó en él Jean-François Champollion, considerado el fundador de la egiptología moderna, que acababa de descifrar los jeroglíficos. Champollion, al observar la estatua, que entonces aún era fragmentaria, intuyó que debía de tratarse de una obra extraordinaria y pidió inmediatamente al director del entonces Museo Egipcio de Turín que la restaurara. En aquella época, el arte egipcio aún no era tan apreciado como ahora, y estamos hablando de la época inmediatamente posterior a los estudios teóricos de Winckelmann sobre el arte antiguo. Hemos desarrollado esta reflexión en la primera parte de la exposición, enriqueciéndola con la creación de una maqueta en 3D. Esta maqueta, al igual que la de la réplica del Butehamon en la segunda planta, permitía traer simbólicamente el original a Forte dei Marmi, aunque se tratara de un objeto inamovible. En correspondencia con este modelo digital en 3D, se colocó en el exterior una réplica 2:1 en fibra de vidrio de la estatua de Ramsés II. En realidad, la réplica tiene también una finalidad promocional: atraer la atención de los visitantes e invitarles a descubrir las maravillas de la exposición.
El director del Museo de Turín, Christian Greco, señaló que la cultura funeraria egipcia suele estar mal representada, argumentando que los antiguos egipcios no tenían una fijación por la muerte, sino un gran respeto por el paso a la otra vida. ¿Cómo se presenta este aspecto en la exposición? ¿Cómo puede la exposición presentar el lado más humano de las personas que dieron vida a los objetos expuestos?
La civilización egipcia es una de las más largas de la historia del mundo antiguo, y esto se debe también al apego que este pueblo tenía a la vida. Por desgracia, hoy en día tendemos a perder de vista este aspecto, ya que los restos arqueológicos egipcios se refieren principalmente al contexto funerario. Pero esto se debe a una elección tecnológica, que favoreció el uso de materiales resistentes para las obras funerarias y perecederos para el ámbito doméstico. En efecto, los textos nos dicen que la verdadera prioridad de los antiguos egipcios era la vida, no la muerte. De hecho, muchos de los objetos de la exposición proceden de contextos funerarios. Sin embargo, a menudo intentamos interrogarlos en la vida cotidiana. Un ejemplo práctico se encuentra en la primera sala, donde se exponen dos maquetas de madera: una representa un barco, la otra una escena artesanal de producción de pan y cerveza. Ambas proceden de contextos funerarios, pero hablan de actividades cotidianas y laborales, como navegar, hornear y elaborar cerveza. En general, la mayoría de los objetos expuestos nos hablan del trabajo cotidiano y las actividades manuales. Estudiarlos nos permite acercarnos a las personas que los crearon. Evidentemente, no se descuida el aspecto funerario que he mencionado antes, también porque nos permite acercarnos a las creencias religiosas. Es importante comprender que nuestro acercamiento a la colección se orienta siempre hacia la pregunta: ¿para qué se utilizaba este objeto? ¿Quién lo produjo? ¿Cuándo? Esto nos permite explorar la civilización egipcia en su verdadera complejidad y hablar no sólo de momificación y muerte, sino también y sobre todo de la vida y la evolución tecnológica a lo largo de los milenios.
Fotogrametría, cartografía y reconstrucciones en 3D. ¿Qué nuevos usos de las nuevas tecnologías está adoptando el Museo Egipcio de Turín, en particular con la última exposición Materia. La forma del tiempo, presentada el 5 de octubre. ¿Qué planes tiene para el futuro?
Materia. Forma del Tiempo pone en el centro de su narrativa la arqueometría (la ciencia que estudia los materiales arqueológicos con análisis de laboratorio ed), que representa la columna vertebral de la investigación del Museo Egipcio, llevada a cabo desde hace varios años. En particular desde 2015, cuando el Dr. Christian Greco asumió la dirección del museo, la arqueometría se ha convertido en una de las herramientas fundamentales para interrogar a los objetos. Como museo, tenemos una doble obligación hacia estos artefactos: debemos estudiarlos, escuchar lo que pueden decirnos, y también valorizarlos y preservar su estado original. Nuestro compromiso nos impulsa a utilizar tecnología y ciencia avanzadas que no sólo protejan los objetos, sino que también los restauren y los presenten al público de la mejor manera posible. En concreto, dentro de la sala Materia. La forma del tiempo, hemos reunido todos nuestros conocimientos sobre los distintos materiales y tecnologías que han intervenido en la realización de estas exposiciones. Nuestro objetivo es también hacer que la gente aprecie este aspecto científico, que a menudo se sitúa a caballo entre las ciencias técnicas y las históricas, al tiempo que presenta algunos de los problemas de la conservación y la gestión del almacenamiento. Un ejemplo concreto de este enfoque se encuentra en la segunda sala de Matter. Shape of Time, que se convierte en un gran almacén que alberga más de 5.000 jarrones. En este proyecto, hemos trasladado los jarrones desde almacenes no accesibles a los visitantes y los hemos hecho accesibles al público. Esto nos permite hacer un seguimiento de una colección extraordinaria y, al mismo tiempo, poner en valor objetos que, de otro modo, permanecerían desconocidos para la mayoría de los visitantes. Ésta es sólo una parte de un proceso que emprendimos hace unos años y que continúa este año, con motivo del bicentenario del museo, con la construcción de nuevas salas. Los planes futuros incluyen la cubierta del patio del museo, que nos permitirá ampliar el espacio expositivo, y el uso gratuito del Templo de Ellesiya, una importante adquisición donada por Egipto hace varios años, pero hasta ahora sólo abierta a los visitantes previo pago de una entrada. Además, estamos preparando una sala dedicada al Egipto inmersivo, con la intención de recrear un contexto que recree los entornos originales de los que proceden las piezas expuestas. El proyecto pretende ofrecer al visitante una experiencia más cercana a la realidad histórica y ambiental en la que se utilizaron estos objetos. De este modo damos una nueva dimensión a la comprensión del patrimonio egipcio.
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