Trabajadores precarios, estudiantes, investigadores, académicos, personal de la Superintendencia y de los museos, profesionales del patrimonio cultural y políticos se unieron para la movilización “Reconocimiento, dignidad, recursos para la Cultura, y allí #RilanciamoilPaese”, lanzada por el movimiento "Mi Riconosci? Soy un profesional del patrimonio cultural’, que desde ayer, 24 de mayo, involucra a plazas y espacios culturales de toda Italia.
Gran participación tanto online como en las guarniciones para protestar contra una cultura que apenas sobrevive en la piel de profesionales mal pagados o voluntarios utilizados como parches. Basta ya de voluntariado y de funcionariado utilizado como herramienta para pagar mal.
El objetivo de la movilización es exigir inversiones en cultura equiparables a las de otros países europeos, acabar con el bloqueo de la facturación, contratar el número necesario de funcionarios para que el Ministerio funcione (3.000, según estimaciones de la FP-CGIL) y elaborar leyes que regulen de una vez las profesiones del patrimonio cultural, impidiendo la competencia desleal de quienes carecen de formación y cualificación.
También apoyaron la protesta personalidades como Rita Paris, directora del Parque de Appia Antica, Andrea Camilli, presidente de Assotecnici, Tomaso Montanari, Paolo Liverani y los arqueólogos del Servicio Público de Empleo.
Andrea Incorvaia, activista del movimiento Mi Riconosci? desde el presidium de Pisa se declaró satisfecho: “Es increíble haber conseguido unir todas estas fuerzas, políticas y sociales, hacia un objetivo común, como se puede ver en este presidium, al que asistieron funcionarios ministeriales, trabajadores precarios, estudiantes y políticos”. Mientras Franceschini presume de cifras gracias a una tendencia internacional de la que sólo recogemos las migajas, el patrimonio de la Región de Las Marcas se encuentra en un estado de abandono total tras el terremoto, las Superintendencias se mantienen abiertas sólo gracias al tiempo que les dedican los funcionarios, que trabajan mucho más de la cuenta, y para los profesionales la norma es elegir entre un trabajo terriblemente mal pagado, cambiar de profesión o el extranjero. Todo ello en un momento en que la Cultura es el sector que, en Italia, menos ha notado la crisis y sigue creciendo".
Daniela Pietrangelo, otra activista que lleva años trabajando en los museos de Milán sin haber visto nunca un contrato, afirma: “El trabajo está ahí, está claro, la evolución económica del sector es positiva, pero nos quieren obligar a trabajar gratis, con leyes infames como la que permite a museos y bibliotecas ”contratar“ voluntarios para funciones vitales y profesionalizadoras. No hay más tiempo para divisiones, debemos hacer entender a nuestros colegas y a la opinión pública que se trata de una política contraproducente y descabellada, pero que se puede, ¡hay que cambiarla!”.
El trabajo hay que pagarlo: la movilización de los trabajadores de la cultura |
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