También habrá dos habitaciones del gran director David Lynch en la edición 2024 del Salón del Mueble de Milán: se trata del proyectoInteriors by David Lynch. A Thinking Room. Se trata de dos salas idénticas, que se erigen como puertas simbólicas que hay que atravesar antes de sumergirse en el evento, en busca de una conexión con el espacio. Con motivo de su 62ª edición, el Salón del Mueble de Milán eligió a David Lynch, el director del inconsciente, para narrar y reflexionar sobre cómo la producción de interiores es capaz de dar forma y crear ambientes que entrarán en una relación profunda, a veces simbiótica, con quienes los vivirán y amueblarán. El resultado es una instalación que pretende proporcionar una experiencia íntima y profunda.
Interiores de David Lynch. A Thinking Room (Sala 5-7) escenifica -a través del lenguaje escenográfico del cine y el teatro- dos habitaciones, relativamente pequeñas y vacías, salvo por el gran sillón central de madera equipado con útiles de escritura, dibujo y pintura y siete cilindros que lo conectan al techo, unas hornacinas con imágenes elegidas por el director, un espejo y un reloj.
Alrededor, una cortina ondulante que ritma las paredes y marca el tiempo, bajo los pies listones como olas de mar, sobre la cabeza un techo curvo dorado conectado a los tubos y al sillón por siete hilos de luz. El vacío, sin embargo, es sólo aparente: las habitaciones están llenas de azul, oro, luz y silencio. David Lynch hace que el público las recorra y las experimente -preferiblemente en soledad- justo antes de entrar en contacto con su opuesto: la multitud, el bullicio, la multitud de proyectos expuestos. La idea es liberar el corazón y la mente, abandonar opiniones, deducciones, prejuicios, para que se revelen otros espacios, otras posibilidades, para que puedan acogerse nuevos pensamientos, percepciones, imágenes, sensaciones. David Lynch comenta: “Incluso pensar que se puede imaginar una habitación para pensar es agradable. Una habitación que ayuda a pensar. El pensamiento, quiero decir”.
Antonio Monda, comisario del proyecto, cuenta cómo Lynch acogió con entusiasmo la idea de crear dos espacios para “regalar” a quienes pasaran por el evento esta semana; por su parte, el Salón era muy consciente de cómo los interiores de las películas del director - y probablemente los muebles que construye con sus propias manos y con los que está lleno su estudio- no representan un simple paisaje, sino que son un reflejo del estado de ánimo de los protagonistas, que viven en una condición de perpetuo equilibrio precario. “Para Lynch”, explica Monda, “no hay nada inanimado ni nada que no tenga una vitalidad íntima y vibrante. Esto es evidente en todo lo que crea: en su cine visionario, en su arte figurativo y en los muebles que diseña”. Las dos Thinking Rooms creadas para el Salone del Mobile nos sumergen en un universo armónicamente completo gracias a la pulsión vital de cada detalle, y Lynch consigue seducirnos reafirmando que el verdadero arte no ofrece respuestas, sino que formula preguntas.
Dice Maria Porro, Presidenta del Salone del Mobile.Milano: “David Lynch nos hace entrar en su mundo y en su forma de pensar. Sus Thinking Rooms son lugares que inspiran, sugieren, lanzan mensajes. Son lugares de sinestesia, es decir, espacios que ofrecen estímulos que implican varios sentidos, distintos de los que normalmente se utilizarían para procesar esos estímulos: aquí, se puede ’oír’ el azul o ’ver’ el silencio. Aquí, la protagonista es la contaminación sensorial. Lo que también servirá para interpretar mejor las visiones de diseño que se encuentran fuera de estos límites”.
Lombardini22, grupo puntero en el panorama italiano de la arquitectura y la ingeniería, diseñó el plan maestro de colocación y el trazado arquitectónico del perímetro curvilíneo, que conduce a la obra de David Lynch, de forma que las salas tuvieran el máximo valor de impacto escénico pero, al mismo tiempo, garantizaran unas buenas relaciones de vecindad con los expositores, sin obstaculizar su visibilidad. Así, las salas imaginadas por el director se incorporan dentro de dos conchas de forma ovoide, simétricas y situadas una al lado de la otra. Entre el perímetro de las cáscaras, constituido por un telón rojo teatral y cinematográfico, y las Salas de Pensamiento, se determina un espacio intermedio que, a través de un gran portal a toda altura, acoge a los visitantes antes de permitir la entrada propiamente dicha a las salas. Se trata de un espacio de espera mullido, compuesto por moqueta, terciopelo y asientos, una zona íntima y escénica entre bastidores. Aquí, los planos característicos de Delfino Sisto Legnani narran el proceso de creación de las Thinking Rooms.
El proyecto Interiors by David Lynch. A Thinking Room contó con la colaboración del Piccolo Teatro di Milano, que materializó el imaginario artístico y los pensamientos de David Lynch. Según un proceso de trabajo que se desarrolló dinámicamente en distintas direcciones y en varias etapas, capaz de unir el nivel técnico-operativo con el creativo, el Piccolo Teatro dio forma así a las indicaciones y la visión del genial director de cine.
También habrá dos salas David Lynch en el Salón del Mueble de Milán |
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