Numerosos periódicos difunden hoy la noticia de un supuesto “descubrimiento”: una copia de la Gioconda descubierta en los almacenes de Montecitorio, en Roma (titula Repubblica: “Roma descubre que tiene La Gioconda, estaba escondida en un almacén de Montecitorio: ”Podría ser de Leonardo“). Se trata de una copia del cuadro del Louvre realizada por el taller de Leonardo, quizá incluso con su propia colaboración”, declaró a Repubblica el diputado Francesco D’Uva, cuestor de la Cámara de Diputados del Movimiento 5 Estrellas. En realidad, no hay ningún descubrimiento: el cuadro se conoce de hecho desde hace tiempo. La única novedad es la posibilidad de que sea trasladado a la sala Aldo Moro de la Cámara para mostrarlo al público. Y otro dato curioso es que la obra no estaba “en depósito”, es decir, en un lugar físico, como muchos han malinterpretado, sino “en consignación” (es decir, en depósito) de la Galleria Nazionale d’Arte Antica del Palazzo Barberini.
La obra también se conoce como la Gioconda Torlonia porque en su día fue propiedad de la noble familia romana, y es una de las decenas de copias existentes de la famosa Gioconda de Leonardo da Vinci, y ni siquiera una de las de mejor calidad (también habíamos hablado de ella en estas mismas páginas en un artículo sobre copias y variantes de la Gioconda, mencionando asimismo la obra que ahora se hace pasar por recién descubierta). Se trata de un cuadro con una historia bien conocida: documentado en 1814 en los inventarios de la familia Torlonia como “copia de la Gioconda de Leonardo da Vinci” (fue atribuido a Bernardino Luini por Giuseppe Antonio Guattani, pero esta atribución también caducó por ser demasiado débil), pasó a formar parte de la Galleria Nazionale d’Arte Antica del Palazzo Barberini en 1892, tras lo cual fue depositado en enero de 1927 en la Cámara de Diputados, y desde entonces se encuentra en Montecitorio.
En el año del 500 aniversario de Leonardo, 2019, la Gioconda de Torlonia fue incluso protagonista de una exposición en laAccademia dei Lincei, titulada Leonardo en Roma. Influencias y legado: la hipótesis de una intervención de Leonardo da Vinci se remonta a esa misma ocasión. Fue planteada por Roberto Antonelli y Antonio Forcellino, comisarios de la exposición, que propusieron que la obra era un producto del taller de Leonardo da Vinci, con una posible intervención del maestro. "Para la Gioconda de Torlonia, los alumnos del maestro emplearon colores de su paleta“, escribió Forcellino, según el cual ”el cuadro presenta pentimenti incongruentes con una copia“ y ”el velado en los tonos de la carne y en el paisaje son de una transparencia que recuerda la técnica de ejecución de Leonardo utilizada en el cuadro del Louvre“. En esencia, según la restauradora, ”la técnica pictórica es tan depurada que cabe suponer que el propio Leonardo puso su mano en la definición claroscurista del rostro, dado que no se conocen otros pintores a los que pueda referirse un trazo tan ligero en la representación del sfumato". Cinzia Pasquali, encargada de la restauración del cuadro, aunque lo considera una obra del siglo XVI y cree verosímil la hipótesis de que pueda ser un producto del taller de Leonardo, declaró a Repubblica en 2019 que “es un objeto muy bello, pero no es Leonardo. Pero puede ayudarnos a entender algo más sobre él”. El interés de la pintura se debe a una serie de factores precisos, por ejemplo el hecho de que “el material del que está hecha y las dimensiones son compatibles con la pintura del Louvre” y el hecho de que “la superficie inferior desgastada muestra pentimenti bastante similares al ejemplar de París”. También se mostró muy cauta sobre una posible intervención directa: “no es fácil establecer si Torlonia intervino con su pincel en la Gioconda”, declaró a Il Tempo el pasado diciembre.
En cualquier caso, nadie ha acogido desde 2019 la hipótesis de Forcellino, que ha sido esencialmente ignorada por la crítica. La noticia también ha rebotado hoy entre los historiadores del arte, que, sin embargo, la descartan sin apelación. ’No merece que se hable tanto de ella’, dice Fabrizio Federici. Porque la noticia se conoce desde hace mucho tiempo. Porque el cuadro es impresionantemente feo. Es interesante desde muchos puntos de vista, pero ver en él ’la mano de Leonardo’, como si fuera una película de Sorrentino... entonces a lo mejor la copia se hizo en un ambiente vinculado de alguna manera al maestro, pero aquí está Leonardo, yo no veo ni gota’.
Vittorio Sgarbi también fue contundente: “¡Qué segunda Mona Lisa! ¡No es más que un modesto lienzo! Cosas de muebles confundidos por mentes obtusas’, dijo el volcánico historiador del arte de Ferrara. ”Un modesto lienzo expuesto en un edificio público, en el Despacho del Cuestor de Montecitorio, se ha hecho pasar por una segunda Gioconda de Leonardo, quien, por cierto, se esforzó (tardó cinco años) en pintar una. La excitación de las mentes obtusas evocaba almacenes, trasteros, polvo, evitando la única palabra relevante: ¡muebles! Es decir, lo que habitualmente, procedente de los depósitos de un museo (en este caso de la Galleria Nazionale Borghese [en realidad Barberini, ed.]) es solicitado por la Cámara de Diputados y el Senado, y luego por embajadas y prefecturas, para amueblar salas abiertas al público, como Montecitorio desde hace años. Todo lo que merecía ser devuelto a los museos lo ha sido en las últimas décadas a través de una comisión que yo dirigía. Lo que quedaba, a excepción de un Rapto de Europa de Giandomenico Ferretti de gran tamaño, fue devuelto a los museos. La copia de Leonardo, pintada al menos 70 años después de su muerte, carece de valor artístico y sólo indica la fortuna de la obra, como las innumerables copias de grandes maestros. Mucho ruido y pocas nueces".
En resumen, el caso puede cerrarse muy rápidamente: la Gioconda de Torlonia no es obra de Leonardo, sino una copia, aunque fuera del siglo XVI, es muy difícil establecer si Leonardo intervino (por no decir que es casi imposible), y ni siquiera es una de las mejores copias.
La Mona Lisa de Montecitorio acaba de... ¿descubierta? Es una obra muy conocida y no es de Leonardo |
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