Un documental dedicado a Andrea Mantegna próximamente en Rai5


Un documental enteramente dedicado a Andrea Mantegna: se emitirá en primicia el miércoles 6 de marzo, a las 21.15 h, en Rai5. Se titula "Andrea Mantegna. Pasión de piedra", y es una producción de Rai Cultura, dirigida por Linda Tugnoli.

Un documental enteramente dedicado a Andrea Mantegna: se emitirá en primicia el miércoles 6 de marzo, a las 21.15 h, en Rai5. Se titula Andrea Mantegna. Passione di pietra, y es una producción de Rai Cultura, escrita por Emanuela Avallone y dirigida por Linda Tugnoli. La película cuenta la historia del artista nacido en Isola Carturo, un pequeño pueblo rural a orillas del río Brenta que hoy ha tomado el nombre de Isola Mantegna en su honor. Nacido en el seno de la sencilla familia de un carpintero, Andrea Mantegna llegó a ser uno de los artistas más aclamados de su época y uno de los más queridos en la actualidad. El viaje del docufilm comienza en Vicenza, pasa por Padua, Venecia, Verona y Mantua a finales del siglo XV, y atraviesa los siglos para llegar a Londres, Florencia y Milán en la actualidad, tras la pista de un artista tenaz, duro y de carácter “pétreo”, cuyas originales elecciones cambiaron la perspectiva de todos los artistas que le siguieron.

Es en Padua donde comienza el viaje de Mantegna. Una ciudad en la que la llegada de Donatello había introducido con su escultura soluciones audaces e innovadoras, una vitalidad artística contagiosa. Barbara Maria Savy, historiadora del arte, y Francesca Veronese, directora de los Museos Cívicos de Padua, cuentan que la primera gran obra fue para la capilla Ovetari de la iglesia de los Eremitani de Padua. Destruida en gran parte en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial -la iglesia estaba a tiro de piedra del puesto de mando alemán-, los restos de los frescos fueron recuperados por el joven Cesare Brandi y dieron lugar a un experimento de restauración muy innovador en 2009, del que nos habla uno de los protagonistas, el restaurador Carlo Giantomassi.

Mantegna abandonó entonces Padua para dirigirse a Venecia, donde fue aceptado en el célebre taller de Jacopo Bellini y donde se casó con la hija de éste. Con Giovanni Bellini, su cuñado, estableció una fructífera relación de colaboración y comparación que les llevó a producir obras casi idénticas en tema y composición. Algunas de estas obras se reúnen hoy mágicamente en la National Gallery de Londres, donde son narradas por Imogen Tedbury, conservadora de la sección Pittura Italiana. Pero en 1460 Mantegna se trasladó definitivamente a Mantua. Con apenas 30 años, Mantegna ya era uno de los pintores más célebres de su generación. La escritora Francesca Diotallevi nos dice que Mantegna tenía un carácter duro, anguloso, “pétreo”. Incluso Vasari insinúa que la “pétreidad” del artista también era visible en sus obras, donde los personajes parecen más estatuas que cuadros... y esta pasión por los elementos pétreos no sólo era un rasgo de su carácter, sino también una característica recurrente de su obra. Dos importantes testimonios confirman el gran interés de Mantegna por el mundo de las piedras y los mármoles: el de Marzia Faietti, historiadora del arte, que muestra un dibujo de Mantegna en el que se representa a sí mismo como una Gorgona, es decir, como el que “petrifica”; y el del geólogo Rodolfo Coccioni, que identifica lugares reales presentes en las obras de Mantegna y siempre referibles a formaciones rocosas o canteras de piedra con obreros trabajando. Mármoles y piedras que le valieron la reputación de “pintor en escultura”.

El amor por lo antiguo aprendido en el taller del maestro Squarcione se convertiría en una desgarradora nostalgia por la perfección del arte clásico que ardería como un fuego en su interior durante el resto de su vida. Y en Mantua, como pintor de la corte, permanecería Mantegna hasta su muerte. En Mantua construiría su casa, con un óculo abierto a un patio que recuerda la Cámara Nupcial, y su capilla funeraria en Sant’Andrea, la basílica diseñada por Alberti. Stefano L’Occaso, director del Palacio Ducal de Mantua, relata este intenso periodo.

Hay un retrato suyo en un busto de bronce, y un cuadro de la Sagrada Familia, contados por Don Stefano Savoia, Director de la Oficina de Bienes Culturales de la Diócesis de Mantua. Pero su testamento parece ser ese Cristo Muerto que ahora se encuentra en la Pinacoteca di Brera de Milán, una de las obras más misteriosas de la historia del arte, que ha inspirado a artistas, directores de cine, y que permanece impresa en cualquiera que tenga la oportunidad de verla. La imagen de Cristo, tan humana e inquietante junto con el escorzo, queda tan impresa incluso en la fotografía que el fotógrafo boliviano Freddy Alborta, al tomar unos setenta fotogramas del cuerpo acribillado a metralleta de Ernesto Guevara de la Serna, conocido como Che Guevara, recuerda, por su perspectiva y escorzo, al Cristo Muerto de Mantegna: en una entrevista, el fotógrafo declaró que había imaginado la propia imagen de Cristo en el momento de la toma.

El montaje de 2013 fue confiado por la entonces superintendente Sandrina Bandera -quien lo cuenta en una entrevista- al director Ermanno Olmi, que imaginó para el Cristo Muerto una habitación aislada y oscura, en cuyo centro sólo se encontraba el cuadro de Mantegna, colocado a pocos centímetros del suelo.

Un documental dedicado a Andrea Mantegna próximamente en Rai5
Un documental dedicado a Andrea Mantegna próximamente en Rai5


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