Secesionismo: orígenes, desarrollo y principales exponentes internacionales

Las Secesiones fueron movimientos internacionales de distanciamiento del arte oficial que caracterizaron el panorama artístico centroeuropeo de finales del siglo XIX y principios del XX. Surgieron como reacción al conservadurismo de las instituciones artísticas dominantes de la época, como las academias de bellas artes, las asociaciones y los circuitos oficiales de exposiciones, y promovieron una renovación del gusto y la integración entre los diversos géneros artísticos. En varias ciudades europeas de Alemania y Austria se formaron en la última década del siglo XIX grupos de artistas que rompieron con los géneros académicos clásicos y la actitud rígida preexistente en las organizaciones, dando lugar principalmente a la Secesión de Múnich en 1892, la Secesión de Viena en 1897 y la Secesión de Berlín al año siguiente. Estas experiencias contribuyeron a una nueva orientación cultural y a la búsqueda de un estilo unificador para todas las artes, así como a la aparición de sedes y centros alternativos a los tradicionales de producción, difusión y promoción.

Fuertemente conectados con las condiciones históricas, políticas y económicas del fin de siglo, los artistas secesionistas no sólo se propusieron introducir un nuevo repertorio estilístico, sino que también encendieron el debate en torno al arte modernista, que implicaba tanto a las bellas artes como a las artes destinadas a la producción de objetos cotidianos, conocidas como artes aplicadas. El arte ya no debía estar confinado y corporativizado, sino penetrar en todos los ámbitos de la vida cotidiana interpretando las transformaciones de la sociedad, determinadas por el progreso tecnológico y el decisivo poder adquisitivo que estaba adquiriendo la burguesía.

Órganos específicos del debate en aquellos años fueron las revistas fundadas por los diversos grupos secesionistas. En los distintos contextos nacionales se desarrolló, más que una corriente estilística homogénea, una voluntad común consciente de superar la pintura de caballete y la escultura clásica, ligadas a la actividad individual y a la exhibición museística, en favor de una cohesión estética y productiva de grupo, empezando por la arquitectura.

Orígenes y desarrollo de las Secesiones en Múnich, Viena y Berlín

Debido a su fuerte influencia en toda Europa, la más conocida y reconocida de las secesiones es la Secesiónde Viena, fundada en 1897 por iniciativa del pintor Gustav Klimt (Baumgarten, 1862 - Viena, 1918) y del arquitecto, artista gráfico y diseñadorJoseph M. Olbrich (Troppau, 1862 - Viena, 1918). Olbrich (Troppau, 1867 - Düsseldorf, 1908), una asociación de diecinueve artistas y arquitectos entre los que se encontraban Josef Hoffmann (Brtnice, 1870 - Viena, 1956), también como Olbrich alumno de Otto Wagner , y Koloman Moser (Viena, 1868 - 1918), que contribuyó a establecer el estilo Art Nouveau, altamente simbolista y ornamental frente al conservadurismo artístico austriaco y al gusto comercial imperante, tanto en pintura como en grafismo, en arquitectura como en artes decorativas.

Los secesionistas vieneses construyeron su propia sede en la ciudad, el Palacio de la Secesión (1897-98), un edificio que constituye el primer espacio de exposición permanente dedicado al arte contemporáneo. Paralelamente a la publicación de la revista oficial"Ver Sacrum" (Primavera Sagrada) durante cinco años, el trabajo de artistas individuales rehabilitó el arte austriaco a escala mundial.

Esta formación representa el nacimiento de una visión prospectiva e internacionalista del sistema artístico. Sin embargo, en orden cronológico, el primer grupo secesionista se había formado en Múnich en 1892, liderado por el pintor y escultor Franz von Stuck (Tettenweis, 1863 - Múnich, 1928) junto con el marchante y coleccionista de arte Wilhelm Uhde y numerosos seguidores. Era una asociación independiente que contrarrestaba la política conformista de la asociación oficial de artistas de la ciudad, considerada por muchos retrógrada. La experiencia de los 96 miembros que anunciaron la Secesión de Múnich siguió a su vez la de los Artistas de Düsseldorf de 1891, con unos cincuenta miembros que buscaban su propio espacio expositivo. La nueva asociación muniquesa funcionó desde el principio como una cooperativa, constituida para asegurar los intereses económicos y los objetivos artísticos de sus miembros, lo que supuso una auténtica revolución. La exposición que organizaron en 1893 contó con la participación de 297 artistas, un acontecimiento que también inauguró su propio edificio de exposiciones construido expresamente, y contó con más de 876 obras, entre las que se encontraban obras del artista suizo Arnold Böcklin junto con los artistas franceses Jean-Baptiste Camille Corot, Gustave Courbet, Jean-François Millet y el berlinés Max Liebermann, artistas pertenecientes a las corrientes decimonónicas del naturalismo, las tendencias impresionistas y los desarrollos posteriores, opciones que resultaron comunes a las de los secesionistas berlineses.

El inicio del descontento artístico en Berlín se remonta a 1892, cuando se estaba formando el Gruppe XI, obra de Max Liebermann (Berlín, 1847 - 1935) y Walter Leistikow (Bromberg, 1856 - Berlín, 1908). La escisión inicial se produjo a raíz de una exposición del noruego Edvard Munch (Løten, 1863 - Oslo, 1944) en la Exposición de la Asociación de Artistas de Berlín, el círculo oficial de artistas consagrados que era a todos los efectos un gremio, donde los elementos no germánicos no estaban bien vistos y donde no se apreciaba el uso del color ni la carga emocional de los temas de Munch. Sus obras fueron tachadas de “feas e inacabadas”, hasta el punto de que la exposición fue clausurada prematuramente. El episodio por el que el pintor Munch se vio obligado a retirar sus cuadros, conocido como el“Caso Munch”, allanó el camino para la escisión voluntaria que más tarde desembocó en la Secesión de Berlín en 1898, cuando 65 artistas se unieron en una asociación libre y, al igual que en Múnich, se organizaron para romper con el sistema artístico gubernamental establecido.

Ese año de 1898, el jurado de la Gran Exposición de Arte de Berlín rechazó un paisaje del pintor Leistikow, figura clave del mismo grupo de jóvenes artistas interesados en la evolución moderna del arte, lo que desencadenó la escisión definitiva de sus partidarios. Este grupo berlinés también se dotó de una estructura, oponiéndose a la condición corporativista y demostrando las posibilidades visuales y plásticas incluso fuera de los cánones clásicos y nacionalistas, construyendo sus propias salas de exposiciones por el arquitecto Hans Grisebach. Afirmando la tendencia impresionista, no dejaron de presentar a los postimpresionistas, los nabis y los fauves y, entre otros, una exposición en 1902 acogió obras del suizo Ferdinand Hodler, del ruso Vasily Kandinsky y las del propio Munch, que estuvo presente con una gran selección de pinturas.

La Secesión vienesa, más influyente en esos mismos años, también ofreció en sus exposiciones obras de Klimt y Max Klinger, de los impresionistas y postimpresionistas franceses y de Hodler.

Sus objetivos incluían establecer contactos con artistas a nivel internacional y promover el intercambio de ideas, así como crear una expresión artística nueva y unificada que se opusiera específicamente al arte de los salones oficiales de Viena. Sus objetivos estaban conscientemente orientados hacia el futuro e intentaban romper con el pasado y las tradiciones nacionales, y esperaban claramente inyectar un nuevo pensamiento exterior en un sistema que se había vuelto estrecho y restrictivo para ellos.

Conceptos y tendencias de las Secesiones

El sistema académico dominante en la educación artística desde el siglo XVII hasta el XIX había apoyado hasta entonces la creencia de que medios como la pintura y la escultura eran superiores a oficios como el diseño de muebles y objetos. Las Secesiones y la difusión internacional del Art Nouveau intentaron derribar esa convicción aspirando en su lugar a obras de arte totales, según el concepto alemán Gesamtkunstwerk, que se había extendido desde 1849 y describe la combinación de diferentes expresiones artísticas en un todo cohesionado, donde cada elemento contribuye armoniosamente al conjunto. Los secesionistas trabajaron a partir de edificios e interiores de exposiciones en los que todo, desde los edificios hasta los cuadros y los objetos, se contemplaba declinando un relativo vocabulario visual. Las escisiones que se produjeron en las distintas ciudades y sistemas se extendieron a múltiples campos de la cultura, afectando no sólo a los artistas, sino también a las instituciones. La libertad de expresión promovida y proclamada por los numerosos secesionistas produjo una pluralidad de estilos. Los tres grupos de secesionistas también se dividieron pronto en núcleos y facciones internas y en “nuevas” secesiones.

Como ya se ha mencionado, fue el grupo vienés el que produjo algunas de las obras más significativas de la época, como el Palacio de la Secesión, sede de las exposiciones de Olbrich, que sigue representando al movimiento en toda su complejidad. Construido para anclarse en el distrito cultural de la ciudad, fue diseñado para compararse con las diversas estructuras institucionales circundantes, y ya desde la entrada presenta una clara referencia al carácter revolucionario de los austriacos: la inscripción "Der Zeit ihr Kunst - der Kunst ihr Freiheit / A cada época su arte, al arte su libertad".

Siguiendo un diseño de Klimt, que lo concibió como un templo de las artes, el Palacio ha garantizado que la Secesión permanezca a la vista del público tanto como monumento arquitectónico permanente como sede de frecuentes exposiciones de sus miembros directos y artistas extranjeros. El Friso de Beethoven de Klimt en el interior, pintado para la exposición más famosa del grupo de la Secesión en 1902, es una obra monumental cuyo principal significado reside en formar parte del entorno en el sentido de totalidad que los secesionistas pretendían crear.

Símbolos del poder del mensaje vienés más allá de los límites de la ciudad son la Colonia de Artistas de Darmstadt (1901-1908), en Alemania, también diseñada por el joven arquitecto Olbrich, y el Palacio Stoclet de Bruselas. Encargado por un particular, el industrial belga del mismo nombre, Stoclet, a la Wiener Werckstätte, asociación de diseñadores y artesanos fundada en 1903, fue fruto de la colaboración entre los secesionistas Hoffmann y Klimt, y en el que este último realizó entre 1905 y 1909, el Friso Stoclet, el mosaico del comedor del palacio que presenta algunos de los temas más representativos del genio del artista en su periodo “dorado” o “de oro”, una síntesis de elementos figurales y decorativos. Realizaciones, éstas, pensadas como obras de arte totales, compuestas y magníficas en las que debía inspirarse la vida cotidiana de los mecenas.

Aunque los secesionistas eran conocidos como un grupo que intentaba romper con las tradiciones artísticas, su relación con el pasado era más compleja que una simple mentalidad prospectiva. Por ejemplo, Klimt, junto con muchos de sus compañeros pintores y artistas gráficos, cultivó el afán deinterpretar la naturaleza simbólica de lasfiguras y narraciones míticas y alegóricas de Grecia, Roma y otras civilizaciones antiguas. También se inspiró en la cultura del mosaico de Rávena. Con sus colores y los inciertos límites entre los elementos, Klimt inició la disolución de la figura que conduciría a la difusión de la abstracción.

El debate abierto en aquellos años era indicativo del clima que se respiraba en Centroeuropa, encomendado a las revistas producidas por los grupos secesionistas: además de la berlinesa Pan, que comenzó a publicarse en 1895, aparecieron Jugend, en Múnich, en 1896, y Ver Sacrum, en Viena, que salió de 1898 a 1903. Esta última, fundada y aún protagonizada por Klimt con Max Kurzweil, influyó en la historia del grafismo editorial y la composición tipográfica, que también fue fundamental para el desarrollodel Art Nouveau.

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