Renato Mambor (Roma, 1936 - 2014) fue pintor, escultor, fotógrafo, actor y director teatral, uno de los grandes nombres delarte vanguardista y experimental en Italia desde finales de los años cincuenta y, sobre todo, en los sesenta y setenta. Nacido y criado en Roma, tuvo la suerte de vivir un periodo cultural muy vivo en la ciudad: formó parte de la llamada Scuola di Piazza del Popolo.
La investigación de Mambor se centró en laanulación del individualismo, encontrando en la figura humana estilizada el elemento principal sobre el que construir tanto su arte como un lenguaje universal y convencional, accesible a cualquiera sin dar lugar a interpretaciones particulares.
Fue un artista muy prolífico, animado por un sentido de urgencia en la realización de sus obras. Además, fue uno de los primeros artistas italianos de la época que no se limitó sólo a la pintura, sino que probó otros lenguajes expresivos, desde los visuales, como el cine y la fotografía, hasta los conceptuales, como el teatro, la escultura y la performance.
Renato Mambor, nacido en Roma el 4 de diciembre de 1936, era hijo de un empleado de gasolinera del barrio de Tuscolano, una experiencia que probablemente le inspiró sus primeras obras de arte sobre el tema de las señales de tráfico. De joven, Mambor hizo amigos en el ámbito artístico y cultural. Es conocida su amistad con Mario Schifano, Tano Festa, Jannis Kounellis y otros, con los que formó un colectivo conocido como la Scuola di Piazza del Popolo, en honor a la plaza donde solían reunirse. Mambor se inició en la pintura y luego se convirtió en uno de los primeros artistas de vanguardia en pasar a otras artes, como la fotografía, la escultura, el cine, la performance, las instalaciones y el teatro.
Mostró sus obras pictóricas por primera vez en 1958, con motivo de un premio, recibiendo reacciones encontradas por algunos elementos que consideraba demasiado vanguardistas, incluso de sus propios amigos. Realizó su primera exposición pública en 1959, en la galería L’Appia Antica, y posteriormente expuso sus obras con frecuencia en la famosa galería La Tartaruga durante la década de 1960. También en la década de 1960, empezó a experimentar primero con la fotografía y luego con el cine. Participó en un pequeño papel en la película La dolce vita , de Federico Fellini, y durante su carrera como actor trabajó con Ugo Tognazzi, Walter Chiari, Totò, Chet Baker y Damiano Damiani. Siguiendo en la industria cinematográfica, conoció a la actriz Paola Pitagora, con la que mantuvo una relación sentimental durante mucho tiempo.
En 1966 se trasladó, junto con Mario Ceroli, a Estados Unidos, donde permaneció un tiempo para estudiar y ver de cerca el Pop Art de Andy Warhol. De esta corriente, sin embargo, no le gustó el tono “chillón” y colorista de las imágenes.
En los años 70, se trasladó a Milán y trabajó mucho en el teatro, creando y dirigiendo una compañía teatral llamada “Trousse”. El título coincidía con el de una de sus obras en metal, pero al utilizarlo en teatro ejemplificaba su intención de proporcionar una “caja de herramientas”, convencionalmente llamada ajuar, para investigar los aspectos cognitivos, emocionales y nerviosos más profundos del hombre, situados en un contexto de grupo. Se dedicó al teatro hasta 1987, y durante estos años conoció a una chica que se convirtió primero en su colaboradora y más tarde en su esposa, Patrizia Speciale.
Volvió de nuevo a la pintura, convirtiéndose también en pionero en ello en comparación con sus colegas, al cabo de unos diez años. Esta necesidad surgió probablemente como consecuencia de algunos problemas cardíacos, que le llevaron a plantearse concentrarse en lo que consideraba realmente importante.
En cuanto reanudó la pintura, siguió trabajando y exponiendo sus cuadros hasta sus últimos días. Murió en su casa de Roma el 6 de diciembre de 2014.
El arte de Mambor presenta como punto central de su reflexión el despojar a las figuras y objetos cotidianos de todas las características que los hacen personales e individuales, en busca de su objetividad intrínseca. En la década de 1960, Mambor solía recorrer la ciudad de Roma por diversos medios (motocicletas, tranvías o autostop), tratando de captar cualquier situación o episodio que una ciudad tan viva culturalmente en aquella época pudiera ofrecerle, para luego transponer estas sensaciones a su arte. De este modo, se adhería a los preceptos de los situacionistas.
Sus primeras obras, fechadas en 1961, se basaban en laobservación de los carteles de la calle, un tema que surgió de su experiencia como ayudante en la gasolinera de su padre. Utilizaba superficies planas para elaborar signos abstractos objetivos, tendentes a ser geométricos y planos, que por esta misma naturaleza podían ser descifrados universalmente y convertirse en soportes informativos. El propio Mambor declaró que “los primeros estudios surgieron de la observación de las rayas oblicuas colocadas detrás de los camiones”.
Entre las señales de tráfico que más habían impresionado a Mambor, recordaba los hombrecillos estilizados de la señal de paso de peatones. Mambor utilizó esta señal convencional para crear la serie de Hombres Estadísticos (1962), encontrando una primera vía de reflexión sobre elrestablecimiento de la individualidad delhombre y la eliminación de sus características personales, objetivándolo.
La operación de Mambor, además, captó los cambios sociales que se estaban produciendo en la época, debido a la creciente importancia de la comunicación en la vida laboral y cotidiana de las personas. Trató de hacer de la comunicación algo universal, creando un metalenguaje hecho de “imágenes ya reproducidas” (según una de sus definiciones), como las señales de tráfico, que eran decididamente inclusivas por su forma de ser irrefutables y no dar lugar a ninguna duda o interpretación. Más tarde, en 1998, las describió así: “Cuando inventé el hombre estadístico, plano y bidimensional en 1962 y transpuse la silueta blanca como figura de un hombre al lienzo, buscaba un fundamento anemotivo e inexpresivo que se deshiciera del estorbo de la conformidad del exterior que se acumula sobre el individuo. Es curioso observar cómo este halo de anexpresividad que doy a mis cuadros crea una fascinación en el espectador, como si cuanto más le quitas al cuadro más le cargas al espectador”.
Retomó el tema del hombrecillo estilizado en 1963 con la serie Stamps, en la que reproducía sin cesar la imagen con un sello de caucho. La intención de esta serie era certificar que la obra estaba hecha a mano, artesanalmente. El sello también recordaba a las obras de Piero Manzoni, que había realizado una performance en la que imprimía su propia huella dactilar en unos huevos que comía el público asistente, pero también a Yves Klein, que “imprimía” los cuerpos de las modelos con su característico azul.
Sus interpretaciones del objetivo también anticiparon los conceptos que adoptaría el grupo Arte Povera, bajo la bandera del minimalismo y la recuperación de materiales de desecho, y no es casualidad que Mambor participara en algunas de sus exposiciones.
En 1964, Mambor decidió tomar imágenes muy reconocibles de diversas revistas y periódicos que circulaban ampliamente en la época, y utilizarlas como obras de arte. En esto se acercaba mucho a las tendencias del Pop Art, el movimiento que acababa de consagrarse en Italia, especialmente en la Bienal de Venecia de ese mismo año. Escogió sobre todo imágenes de objetos y alimentos comunes que se encuentran a diario en las mesas italianas, así como los famosos rebuscados de “La Settimana Enigmistica”.
En el campo de la fotografía, en 1969 realizó instantáneas tituladas Acciones fotografiadas, en las que su cuerpo quedaba bloqueado por ciertos impedimentos. A continuación realizó la serie Juguetes para coleccionistas, en la que incluyó juguetes de gran tamaño en algunas fotografías denominadas “perturbadoras” para el Atlas de Medicina Forense.
A finales de la década de 1960, obras como Filtro (1967), Cubi mobili, Diario degli amici e Itinerari, fueron concebidas de tal manera que podían desplazar el valor del arte al de la percepción, o eran obras abiertas en las que podían intervenir directamente otros artistas o el público.
En los años setenta, Mambor concibió The Highlighter, un objeto que sólo tenía sentido por su función, y no por las intenciones de su creador. Se trataba a todos los efectos de un artefacto diseñado y fabricado con la ayuda de su amigo, el arquitecto Paolo Scabello, y era un dispositivo capaz de resaltar cosas particulares presentes en la vida cotidiana y que merecían pasar a la “categoría de arte”. También construyó un paralelepípedo de metal al que dio el título de Trousse. Más tarde, el Trousse alcanzó los dos metros de altura y albergó a un hombre en su interior, asumiendo la función de un teatro, desplazando de nuevo el centro de la investigación del objeto al individuo.
En la década de 1980, Mambor volvió a la pintura y su interés, esta vez, fue investigar el proceso que lleva a la creación de una forma específica de un objeto, abandonando así el análisis de la relación entre la forma externa que coincide con el nombre de las cosas. Respecto a su vuelta a la pintura, Mambor declaró: “Quiero hacer de todo, bailar, cantar, escribir, actuar, hacer cine, teatro, poesía, quiero expresarme por todos los medios, pero quiero hacerlo como pintor porque la pintura no es una forma de hacer sino una forma de ser”. Incluyó en las obras de este periodo un dibujo de su perfil, recortado y colocado en una ventana, con vistas a unas plantas. Esta inclusión de su figura en la obra simboliza una asunción de responsabilidad ante la experiencia y puede cambiar el punto de vista. Por otro lado, L’osservatore (El observador), que muestra al artista de espaldas mientras observa diversos “cultivos de técnicas pictóricas”, nació de su experiencia en el teatro, razonando sobre la separación entre observador y objeto de su observación.
Las instalaciones a gran escala continuaron en la década de 1990, y en 1996 Mambor tuvo la intuición de exponer seis autobuses reales como si fueran esculturas y al mismo tiempo juguetes, que en su interior vaciaba y alojaba a otros artistas; mientras que en 1999 montó la exposición Doppia Coppia, en la que construyó motomandalas con auténticas motos de época.
El arte de Mambor de la década de 2000 es muy prolífico e incluye obras como Obras inmutables, Cables, Conexiones, Sprints, Los protectores, Mandalas y Gárgolas , y constituye un repertorio de figuras que remiten a un universo conceptual en el que la diversidad no se entiende como oposición o subordinación, y como en el título de otra obra del mismo periodo, Todos están al mismo nivel.
También realizó grandes instalaciones y esculturas, que a menudo superaban los límites de la bidimensionalidad. Entre ellas se encuentra Separé (2007), una instalación en la que aparecen siluetas humanas en diferentes posiciones y actitudes sobre paneles a los que se aplican distintos materiales, creando una “pareja” que mantiene abiertas infinitas posibilidades de interacción, ya que no promulgan ninguna. El espectador tiene la tarea de “completar” la obra interpretando la interacción dorada. Entre sus declaraciones más célebres, “Mi obra empieza conmigo y termina en el ojo del espectador”. El mismo deseo de llevar al espectador a completar la obra añadiendo nuevos elementos al artista vuelve a estar presente en Karma Immutable y Shadow Immutable, donde siluetas de hombres-sombra en blanco y negro, positivo y negativo, se yuxtaponen para dar al espectador la oportunidad de llevarlas al origen, a la matriz, única forma de que haya cambio.
En la ciudad de Roma funcionael Archivio Mambor (Archivo Mambor), que realiza una enérgica labor de recopilación de las obras del artista, que a menudo se encuentran en diversas galerías privadas y casas de subastas. A menudo es posible ver anuncios de obras de Mambor puestas a la venta.
Ha habido muchas exposiciones dedicadas a las obras de Mambor, tanto en vida del artista como póstumamente. Entre estas exposiciones, las siguientes se celebraron en diversos museos y espacios expositivos de Roma: En 1993, Renato Mambor. L’osservatore e le Coltivazioni, en el Palazzo delle Esposizioni de Roma, y Renato Mambor. El Reflector, en la Galería Sprovieri. En 1995 Fermata d’Autobus, en el Spazio Flaminio/Atac de Roma, y en 1998 Mambor. Obra de signos. Dal ’60 ad oggi, en el Instituto Nacional de Gráfica y en 2007 Separè, en la Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Roma. Por último, en 2009 Mai note burrose, en el Auditorium Arte de Roma.
Otras exposiciones importantes celebradas en Italia fueron Mambor: obras de 1960 a 2000, celebrada en 2000 en la Galería Granelli de Livorno, en 2007 Connessioni, comisariada por Achille Bonito Oliva, en la Fondazione Mudima de Milán, y finalmente en 2019 la gran retrospectiva Mambor, en la Galleria Tornabuoni Arte de Florencia. También se han celebrado varias exposiciones dedicadas a Mambor en el extranjero, en París, Berlín, Praga, Londres y Estados Unidos.
Renato Mambor, el artista de la objetividad. Vida, obras, estilo |
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