Pinuccio Sciola, el artista de las piedras sonoras. Vida, obra, estilo


Pinuccio Sciola es el artista sardo conocido por hacer sonar las piedras. Su vida, sus principales obras, su estilo.

Pinuccio Sciola, cuyo verdadero nombre es Giuseppe Sciola (San Sperate, 1942 - Cagliari, 2016), personalidad vivaz y gran mediador cultural, dio a conocer la cultura sarda al mundo, antes de realizar el ambicioso proyecto de transformar el pequeño pueblo de San Sperate, donde nació, en una especie de pueblo-museo. Aquí, Sciola colocó numerosos murales, estatuas y las llamadas Pietre Sonore, actividad por la que se hizo famoso.

Sciola, de hecho, elaboró la teoría de que las piedras no son objetos inanimados, sino que guardan la memoria de nuestra tierra y poseen una voz interior. Haciendo hendiduras en la piedra, sobre todo en el basalto y la caliza, y pasando por ellas un objeto o una pequeña piedra, emiten sonidos. A mediados de los noventa llegó a integrar las Piedras Sonoras en conciertos de jazz. En términos más generales, toda la investigación artística de Sciola se ha basado siempre en la relación entre arte y naturaleza, que para él es inseparable.

Pinuccio Sciola
Pinuccio Sciola

La vida de Giuseppe Sciola

Pinuccio Sciola nació el 15 de marzo de 1942 en San Sperate, Cerdeña, en el seno de una familia de campesinos. Desde muy joven descubrió su predisposición por la escultura, y en 1959, a los 17 años, participó en la Primera Exposición de Artes Figurativas para estudiantes de todos los niveles en el círculo La Rinascente de Cagliari, como artista autodidacta. En esta ocasión, presentó Opera prima (más tarde llamada Petrino) y ganó una beca con la que pudo ir a Cagliari y asistir al Liceo Artistico. Tras obtener el bachillerato, Sciola participó en varias exposiciones y asistió primero a la Escuela de Arte Porta Romana de Florencia, y después a laAcademia Internacional de Salzburgo. Aquí asistió a los cursos de otros grandes artistas como Oskar Kokoschka y Emilio Vedova. Realizó varios viajes de estudio a Europa, entrando en contacto con Giacomo Manzù, Aligi Sassu y Henry Moore.

Algunas experiencias muy significativas para el artista fueron su asistencia a laUniversidad de la Moncloa, en Madrid, en 1967, y el periodo que pasó en París al año siguiente, en el que se vio envuelto en la agitación de las protestas juveniles del Mayo francés. Sciola hizo suyas las cargas revolucionarias que había vivido en París y las llevó de vuelta a su pueblo, decidiendo ayudar a transformar San Sperate en una Villa Museo. El pueblo agrícola se llenó así de esculturas y murales, dando lugar a una de las primeras formas de Arte Público y Medioambiental en Italia que implicó con entusiasmo a los habitantes. Sciola también fue invitado a participar en la Bienal de Venecia de 1976 para ilustrar el proyecto Paese Museo en la sección El Medio Ambiente como Social. Esta actividad le reportó otra satisfacción: en 1973 recibió una invitación de la Unesco para ir a Ciudad de México a colaborar con uno de los principales exponentes del muralismo mexicano, el artista David Alfaro Siqueiros, estableciendo así un hermanamiento artístico entre San Sperate y el popular barrio de Tepito de Ciudad de México.

A lo largo de los años, ha recibido numerosos premios no sólo por sus obras artísticas, sino también por su intensa actividad en la promoción de la cultura, el arte y las cuestiones sociales en Cerdeña. También decidió fundar un Centro Internacional de Cantería en San Sperate en 1984, con la intención de involucrar a los jóvenes enseñándoles el arte de la cantería y tratar así de revivirlo. Posteriormente, llevó algunas de las obras realizadas en el Centro a la exposición “Piere e Città”, celebrada en la Rotonda della Besana de Milán. 1986 fue el año en que Sciola estuvo presente en numerosas exposiciones en el extranjero, como una exposición itinerante que tocó varias ciudades de Alemania, como Duisburgo, Múnich, Leverkusen y Hamburgo, y duró cerca de un año.

De 1990 a 1996 impartió clases en la Academia de Sassari y viajó a Perú y Chile. En la década de 1990 siguió estando presente en diversas exposiciones internacionales, en todas las cuales destacaba su idea de una relación íntima entre arte y naturaleza. Con el inicio de la década de 2000 y la definición de sus experimentos sobre los sonidos de las piedras, Sciola organizó varias ocasiones públicas en las que presentó los resultados de sus investigaciones, lo que contribuyó a aumentar su fama. En 2010 fue nombrado Presidente de la Comisión Regional para la Calidad Paisajística y Arquitectónica, en 2012 fue nombrado Comendador de la Orden del Mérito de la República Italiana por el entonces Presidente de la República Giorgio Napolitano, en reconocimiento a su actividad artística, y en 2014 se le concedió el título de “Commendatore dell’Ordine al merito della Repubblica Italiana”. actividad artística, y en 2014 se le concedió la Medalla Beato Angelico, en el año del 450 aniversario de la muerte de Miguel Ángel, y finalmente en 2015 recibió el Premio Mujer de Mármol 2015 por su importante contribución a la historia de la escultura, que le otorgó la Asociación Nacional de Mujeres de Verona durante la 50 edición de Marmomacc.

Pinuccio Sciola falleció en Cagliari el 13 de mayo de 2016, y San Sperate le rindió homenaje colgando sábanas y cortinas blancas en todas las ventanas y balcones. Su obra continúa hoy en la pequeña ciudad sarda gracias a sus tres hijos, que crearon la Fundación Pinuccio Sciola en 2016.

Pinuccio Sciola, Jazz Stone (1996; basalto; San Sperate, Giardino Sonoro)
Pinuccio Sciola, Jazz Stone (1996; basalto; San Sperate, Giardino Sonoro).
Pinuccio Sciola, Pietra sonora (2000; basalto, 66 x 55 x 18 cm; Nuoro, MAN). Foto de Confinivisivi - Pierluigi Dessì
Pinuccio Sciola, Piedra del Sonido (2000; basalto, 66 x 55 x 18 cm; Nuoro, MAN). Foto de Confinivisivi - Pierluigi Dessì
Pinuccio Sciola, El cántico de las piedras (2003; representación)
Pinuccio Sciola, El cántico de las piedras (2003; performance)

El estilo y la obra de Pinuccio Sciola

La investigación artística de Pinuccio Sciola está fuertemente vinculada a la naturaleza y a sus principales elementos, como la tierra, el agua y el sol. Este gran interés se debe sin duda a sus estrechos vínculos con Cerdeña, su tierra natal, que cuenta con una importante tradición de trabajo campesino. Sciola es también un artista incansable, dedicado a la producción y la artesanía, que se ha aventurado principalmente en la escultura, pero también en la pintura. Sus fuentes de inspiración no sólo se encuentran en su tierra natal, sino también en sus viajes por todo el mundo, que le permiten descubrir nuevas culturas al tiempo que refuerzan su propia identidad sarda. Prueba de ello son sus intensas actividades de promoción cultural, así como su ambicioso proyecto de remodelación artística de todo el pueblo de San Sperate.

En sus exposiciones entre los años ochenta y noventa, la naturaleza es siempre la gran protagonista, explorando la íntima relación entre ella y el arte. Ejemplos de ello son las obras escultóricas realizadas en 1994 para el parque del castillo de Ooidonk, en Bélgica, o la performance La semina della pietra (La siembra de la piedra), en 1994, en la Tercera Bienal de Arte de la Naturaleza de Niederlausitz, cerca de Berlín.

Todas las investigaciones de Sciola le llevaron entonces a hacer un descubrimiento innovador en relación con la piedra. Para él, este elemento está en profunda conexión con otros elementos naturales desde su origen, por ejemplo el fuego, ya que se deriva de la lava de los volcanes, o el agua, con la que a menudo se encuentra en combinación. Para el artista, la memoria histórica de nuestro planeta se conserva en los sedimentos de las piedras. Por ello descubre, a través de diversos experimentos aplicados a distintos tipos de piedras y mármoles, que estos materiales no son tan inanimados como naturalmente se nos induce a pensar, sino que “hablan” a través de los sonidos que producen en función de distintas acciones, como pasar la mano por encima o golpearlos con un objeto. Esto nos lleva a la definición de Piedras Sonoras, un concepto basado en la liberación de la voz de la Madre Tierra, vital y llena de energía. Una vez más, es la morfología de Cerdeña la que le inspira, rica en estructuras megalíticas como los menhires , que Sciola reproduce en San Sperate con basalto y piedra caliza y sobre las que talla incisiones que a menudo siguen formas geométricas, de modo que al pasar otra pequeña piedra o un objeto sobre las grietas, la escultura emite sonidos. No sólo Cerdeña, sino también las culturas precolombinas y primitivas africanas, que Sciola estudió y conoció en sus viajes, le sirvieron de inspiración para llegar a este concepto; por ejemplo, los incas afirmaban que la piedra era “la columna vertebral del mundo”.

Sciola pronto se dio cuenta de que la calidad y el tipo de sonido no dependen de cómo se realice la talla, sino del material del que esté hecha la piedra. El artista sardo se decanta especialmente por los sonidos producidos por la piedra caliza y el basalto, materiales muy fascinantes para el artista, ya que proceden de milenios y milenios de sedimentos, cuyos orígenes se pierden en la prehistoria. El basalto produce un sonido más bien sombrío, y para Sciola es el sonido de la tierra y el fuego (es una roca volcánica), mientras que al probar la caliza se dio cuenta de que el sonido producido era muy suave, más evanescente y similar al que se escucha al sumergirse bajo el agua (la propia roca procede del agua fosilizada).

Sciola llevó sus Pietre sonore a varias exposiciones a lo largo de los años. Las tocó por primera vez, en 1996, el percusionista Pierre Favre en el Festival Time in Jazz de Berchidda (Cerdeña), y más tarde, ese mismo año, durante un concierto de música electrónica en el Teatro della Scala de Milán. Una de las piedras en cuestión recibió el nombre de Jazz Stone (1996) y se encuentra en elGiardino Sonoro de San Sperate(más información sobre el Giardino Sonoro aquí). Además, en 2002 llevó a cabo una especie de revolución escultórica y arquitectónica al mismo tiempo, al recibir el encargo del arquitecto Renzo Piano de colocar una piedra sonora de basalto en su proyecto para el Auditorium Parco della Musica de Roma. La piedra se convierte, en este caso, en símbolo de la música eterna. Volvió de nuevo a la Bienal de Venecia en 2003 con una obra titulada Solo pietre (Sólo piedras), y unos meses más tarde creó el Cantico delle Pietre (Cántico de las piedras) en la plaza de la Basílica Inferiore de Asís, queriendo crear una especie de añadido al Cántico de las criaturas de San Francisco dedicado precisamente a las piedras, ausentes del texto original. Volvería a esta plaza cinco años más tarde, en 2008, con otra obra titulada Las semillas de la paz.

En 2006, propuso un recorrido innovador dedicado a las Pietre Sonore en Bolonia, en la Villa delle Rose, con una instalación interactiva, en un lugar que no solía acoger exposiciones, buscando deliberadamente nuevos contextos para el disfrute del arte. Un último evento con las Pietre Sonore tuvo lugar en abril de 2016, pocas semanas antes de la muerte del escultor, en la Basílica de San Pietro in Vincoli de Roma. El acto se tituló La voce della Pietra - Il Mosè di Michelangelo e le Pietre Sonore di Sciola (La voz de la piedra - El Moisés de Miguel Ángel y las Pietre Sonore de Sciola ) y se basó precisamente en el diálogo entre Miguel Ángel, que al dar forma al mármol para la escultura del Moisés le preguntó por qué no hablaba, y Sciola, que en cambio encontró la respuesta a la pregunta del ilustre escultor en la voz oculta del material pétreo, liberada de sus grietas.

Además de Pietre Sonore, Sciola se ha dedicado a diversos proyectos a lo largo de su actividad artística. En 2011 probó suerte en la arquitectura, proponiendo una ciudad ideal llamada La città sonora (La ciudad sonora ) que combina música y escultura, una idea que se presentó en Madrid en el Instituto Italiano de Cultura de la calle Mayor. Al año siguiente realizó Colonne Infinite, esculturas de hierro que pretendían homenajear al arquitecto Antoni Gaudí. Pinuccio Sciola también creó escenografías teatrales, como la de Turandot, de Giacomo Puccini, en el Teatro Lírico de Cagliari, en la que representó un Pekín moderno y futurista, combinando modernidad y tradición y recordando un mundo de piedra.

Pinuccio Sciola, Las semillas
Pinuccio Sciola, Las semillas
Pinuccio Sciola, Columnas interminables (2012; 80 elementos de tubos inocentes)
Pinuccio Sciola, Columnas interminables (2012; 80 elementos de tuberías inocentes)

Dónde ver las obras de Pinuccio Sciola

Para tener una visión más completa de la obra de Pinuccio Sciola, hay que ir a la localidad sarda de San Sperate, en la provincia de Cagliari. Aquí, como ya se ha explicado, el artista colocó numerosas esculturas, murales y piedras sonoras, diseminándolas por todo el pueblo.

En San Sperate creó el “Jardín Sonoro”, en el que se conservan varias obras famosas, como su primera obra Pietrino, Homenaje a Piet Mondrian y Jazz Stone, la piedra que sonó por primera vez durante un concierto de Jazz en 1986.

Pinuccio Sciola, el artista de las piedras sonoras. Vida, obra, estilo
Pinuccio Sciola, el artista de las piedras sonoras. Vida, obra, estilo


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