Maria Lai, vida y obra de la famosa artista textil

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Maria Lai (Ulassai, 1919 - Cardedu, 2013) es una artista conocida sobre todo por sus obras textiles, definida por el crítico Giorgio Di Genova como una poética amanuense de la costura. Su técnica artística, de hecho, gira en torno al uso de materiales textiles que recuerdan el pasado de su tierra y las antiguas tradiciones de Cerdeña. Su arte está vinculado a elementos como la tradición, los residuos, el tejido. La obra más representativa y conocida de la artista es Legarsi alla montagna (1981), un acontecimiento artístico celebrado en Ulassai en 1981 durante tres días.

Su historia y su persona representan un símbolo de la emancipación femenina, ya que fue capaz de transformar lo que debería haber sido lo ordinario (como el trabajo en el telar o en la cocina) en su arte, consiguiendo así escapar de un futuro que ya estaba escrito. Hablando de su vida, dijo: “Desde niña, siempre necesité alejarme de casa y me miraban con cara de: ’¿No te queremos lo suficiente? ¿Por qué siempre estás fuera? Me encantaba estar sola, escondida, y me decían: ’¿Qué haces?’ Y yo escuchaba el silencio. Me parecía hermoso. Pero, por supuesto, me sentía diferente, siempre me sentía un poco acusada, sentía que siempre estaba traicionando a los que me querían. Y siempre tuve la necesidad de crear distancia entre los que me querían y yo. No podía soportar que me siguieran queriendo. El verdadero amor es lo que me dio mi padre, que me ayudó a ser libre aunque estaba preocupado por mí”.

Aunque cercana al grupo Informal, gracias a ciertos temas en común, Maria Lai no toma partido y actúa en solitario con un bagaje de experiencias y vivencias completamente singular, imposible de asociar a ningún movimiento. En sus obras, Maria Lai habla de sí misma y del trabajo de las mujeres en su tierra. Maria Elvira Ciusa, su antigua colaboradora, dijo al respecto: "El mundo de las artes, cuando empezó, estaba dominado por los hombres... A Maria Lai le asaltó el desaliento de tener que seguir luchando y encontrarse viviendo a la sombra de sus compañeras de viaje, con las que había compartido los nuevos lenguajes del arte en los años sesenta, artistas como Pino Pascali, Jannis Kounellis, Piero Manzoni y Alighiero Boetti.

Retrato de Maria Lai. Foto Crédito Pietro Paolo Pinna

Maria Lai, biografía de la artista textil

Maria nació el 27 de septiembre de 1919 en Ulassai, un pequeño pueblo sardo de la región de Ogliastra, en el seno de una de las pocas familias acomodadas de su tierra. Durante su infancia, debido a problemas de salud, pasaba los seis meses más calurosos del año en Ulassai y el resto en la llanura de Gairo con sus parientes. Al pasar los meses de invierno en casa de sus tíos, donde el aire era más sano, empezó a descubrir una pasión por el dibujo que le ayudó a escapar de la grisura y la llanura de sus días. En 1928 su tío decide quitarse la vida en la cárcel tras ser encarcelado injustamente acusado de asesinato por disparar a su vecino. A partir de entonces, María comienza a pasar los meses de invierno en su pueblo natal hasta 1932. Desgraciadamente, el suicidio de su tío no fue el único duelo en la familia, ya que su hermana Cornelia también murió en 1933. A pesar del trágico año, tuvo la oportunidad de visitar el estudio del artista Francesco Ciusa, a quien pidió que posara como modelo para un retrato de su difunta hermana. Aquí, en su estudio, se apasionó y se acercó por primera vez al arte, quedando impresionada. Años más tarde, sus padres decidieron matricularla en la escuela secundaria, tras saltarse el jardín de infancia y la escuela primaria. En la escuela conoció al escritor y profesor Salvatore Cambosu, que la introdujo en el mundo de las palabras. Aunque no se inclina por la escritura, le interesan y fascinan el valor y el ritmo de la palabra, que desemboca en el silencio.

En 1939, se presenta ante ella una encrucijada: por un lado, el destino que sus padres querrían que tuviera con un matrimonio e hijos, y por otro, su deseo de independencia.

Su amor por la libertad la lleva a trasladarse a Roma para continuar sus estudios en el Liceo Artistico de la ciudad. Durante estos años, perfeccionó e incrementó sus técnicas artísticas, lo que le permitió llamar la atención del profesor y escultor Renato Marino Mazzacurati, que vio en ella un talento especial. Después del bachillerato, con el estallido de la guerra, se trasladó a Venecia, donde asistió a la Academia de Bellas Artes. Aquí tuvo la oportunidad de tener como profesor al escultor Arturo Martini, que le dio lecciones sobre el vacío, las sombras y el volumen de la piedra, influyendo así en su forma de producir y ver el arte. Tras licenciarse y con el final del conflicto en 1945, regresó a Cerdeña donde continuó su asociación con Cambosu, su antiguo profesor de literatura: por primera vez, Maria tuvo la oportunidad de ilustrar la cubierta de un libro, en este caso la de Miele Amaro (1954). Ese mismo año, Cambosu volvió a presentarla en la exposición individual de Sassari y fue invitada a participar en la exposición colectiva L’arte nella vita del Meridione d’Italia, en el Palazzo delle Esposizioni de Roma. Al año siguiente, en 1955, organizó su propia exposición individual en Bari y participó en la Quadriennale de Roma, donde expuso junto a las obras de Lucio Fontana, con sus famosos conceptos espaciales, y las de Alberto Burri, con sus Sacchi . También en 1955, su hermano pequeño murió tras un secuestro: a partir de ese momento, Cerdeña no se convirtió en un lugar seguro para ella, por lo que decidió trasladarse a Roma en 1956. En 1957, realizó una exposición individual en la galería L’Obelisco, donde se exhibieron por primera vez sus dibujos a lápiz de 1941 a 1954. Inmediatamente después de la exposición, decidió abrir su propio estudio de arte.

Siguió un periodo de profundo silencio en el que se retiró durante unos diez años y decidió no exponer más, concentrándose en nuevos experimentos. Pasó del arte figurativo al informal, donde sus signos se volvieron más esenciales. En esta fase de silencio, comenzó a producir algunas de las obras más conocidas hasta la fecha, como Tele e Libri cuciti, Pani e Telai.

Gracias a su amigo y escritor Giuseppe Dessì, descubre el verdadero valor de su tierra natal captando el sentido del mito y la leyenda. De visita en Canadá con Marcello Venturoli , entra en contacto con el arte primitivo, que le inspira sus máscaras de cerámica. En 1971 volvió a la escena con su exposición individual en la Galería Schneider de Roma, donde expuso sus Telai (telares), fuertemente inspirados en elArte Povera. Estos fueron los años más significativos de su carrera artística, durante los cuales produjo obras polimatéricas con materiales desnudos, como telares prefabricados o esculturas de pan que recordaban las antiguas tradiciones de su Cerdeña natal. En 1975, expuso su muestra individual Tele e Collages en la Galería Art Duchamp y, en 1977, organizó la exposición I pani di Maria Lai en la Galería Il Brandale de Savona. Gracias al éxito de la exposición, la comisaria Mirella Bentivoglio decidió exponerla en la Bienal de Venecia en una muestra exclusiva dedicada únicamente a la producción artística de mujeres.

En la década de 1980, realizó la serie de obras Geografías y la serie Libros cosidos . También realizó numerosas obras públicas, siendo las más conocidas las de Ulassai (Cerdeña). En la década de 1990, se aprecia en su arte una estrecha relación con sus obras anteriores, en las que los protagonistas son los dibujos-signos, que se unen a los hilos del telar o a las producciones conocidas como Geografías . Maria Lai pasó los últimos años de su vida en Cerdeña, en un pequeño pueblo cerca de Cardedu. En 2006 inauguró el Museo de Arte Contemporáneo Stazione dell’arte, que incluye numerosas obras de su propia creación, fruto de años de estudio e investigación. En los últimos años, alcanzó el éxito no sólo en Italia, sino también en todo el mundo, donde participó en numerosas exposiciones de arte. Falleció en Cardedu el 16 de abril de 2013.

Maria Lai, Atada a la montaña (1981)

Maria Lai, Sostener el sol de la mano (1984-2004; hilo, tela, terciopelo, 33 x 63 cm; Colección privada). Ph. Créditos Francesco Casu

Maria Lai, Telaio del meriggio (1967; madera, cuerda, lienzo, temple; Ulassai, Colección de la Fondazione Stazione dell’Arte). Foto Créditos Tiziano Canu.

El arte de Maria Lai

El arte de Maria Lai está fuertemente vinculado a la tradición de su tierra natal, Cerdeña, y en particular a su lugar de nacimiento, Ulassai. Los temas que unen sus obras giran en torno al residuo y al fragmento, que la vinculan al grupoArte Povera. Aunque Maria emplea materiales similares a los del Arte Povera, su arte es único en el sentido de que habla de su tierra y sus orígenes, por lo que es imposible clasificarlo como algo vinculado a un movimiento. Al principio, se acercó al arte figurativo y, tras un paréntesis de unos diez años, volvió a exponer obras más informales en las que los trazos también se volvieron más esenciales y rítmicos. Los elementos que más se repiten en sus obras son telares, barras de pan y libros cosidos. Uno de los objetivos de María es ofrecer un testimonio de su memoria histórica, hecha de tradición, y acercar a la gente al arte conectándola con él.

Su obra principal y más conocida es Legarsi alla montagna (1981), una performance en la que participa toda la población de Ulassai. La intervención artística dura tres días en los que el protagonista es un hilo azul de veintisiete kilómetros de largo. El primer día se corta, el segundo se distribuye entre los ciudadanos y el tercero se ata por todo el pueblo a puertas, ventanas o terrazas. Como última parada, los ciudadanos deciden llevar el lazo azul hasta el monte Gedili, la montaña simbólica del pueblo. El acto es acogido por los ciudadanos con gran calidez, casi como si se tratara de una gran fiesta. La importancia de la intervención radica en la relación que el artista consigue crear entre los habitantes y el arte, resultando así precursora del Arte Relacional. Los tres días han quedado documentados por las tomas de Piero Berengo Gardin y el documental Maria Lai legare e collegare de Tonino Casula.

Maria Lai comenta: “Dejé que cada persona eligiera cómo vincularse a su prójimo. Así, cuando no había amistad, la cinta se pasaba tensa y recta en señal de respeto a las partes; cuando había amistad, en cambio, se hacía un nudo simbólico. Cuando había un vínculo de amor, se hacía un lazo y se ataban a la cinta unos panes típicos llamados su pani pintau”.

Sus telares, por otra parte, representan los temas centrales de su arte: simbolizan el trabajo femenino, especialmente el de las mujeres sardas cuyo destino es estar detrás de un telar y tejer. Así pues, para Maria Lai, estas obras representan la vida cotidiana y constituyen la perfecta imbricación de la pintura y la escultura. Puede decirse, por tanto, que la grandeza de la artista reside en parte en realzar su tierra como ninguna otra, prestando especial atención a las mujeres y transformando la artesanía en arte.

Siguiendo su lema “ser es tejer”, crea los Libros Cosidos , que se convierten en un mosaico de hilos que se entretejen para crear nudos y lazos.

Aunque sus libros no son didácticos, nos hablan e interpelan al espectador, haciéndole reflexionar. En estas obras, retoma el valor del ritmo de las palabras, un interés nacido desde sus tiempos de bachillerato de las lecciones de su profesor y más tarde amigo y colaborador Salvatore Cambosu. En estas obras, el ritmo viene dado por los nudos de hilo donde las palabras parecen retomar una partitura musical. Si en los Libros cosidos las palabras se vuelven incomprensibles en algunas obras compuestas sólo por un trozo de tela, él graba verdaderas frases como en el caso de la serie Cartiglio (2007) .

Otro elemento que marca la vida cotidiana de las mujeres en Cerdeña es la preparación del pan, que María aprendió desde muy pequeña. Nos cuenta: “Mi primera academia a la que asistí fue con las mujeres que hacían pan en mi casa. Era precioso”. Para la representación de la serie del pan, la artista retomó la narración de Cambosu del libro Miele Amaro (Vallecchi editore, Florencia, 1954). La historia tiene como protagonista a una artesana del pan llamada Maria Pietra que se propone convertirse en piedra para salvar a su hijo de la muerte. Siguiendo el texto, Maria Lai vuelve a proponer el pan en forma de escultura de terracota. En su exposición Pane Quotidiano (Pan cotidiano ), comisariada por Mirella Bentivoglio, no sorprende que disponga las esculturas en una gran mesa donde la obra de arte se convierte en un instrumento para compartir y en una mesa comunal.

Maria Lai, Progetto per ordito (1964; temple, terracota, hilo de algodón, madera y clavos sobre tabla, 123 x 62 cm; colección privada)

Maria Lai, Geografía (2008; tela, madera, acrílico, cuerda e hilo; Lanusei, Archivio Maria Lai)

Dónde ver las obras de Maria Lai

Muchas de las obras de Maria Lai se encuentran en lugares públicos de su ciudad natal y conforman el Museo al Aire Libre Maria Lai, un itinerario museístico dedicado a la artista que reúne no sólo sus obras, sino también las de artistas tan conocidos como Nivola o Ciusa. Las obras más importantes del museo al aire libre son Via Crucis (1981), La captura del ala del viento (2009) y elLavadero Municipal (1903-1905), que a su vez alberga importantes instalaciones artísticas en su interior.

El Museo Maria Lai "Stazione dell’arte" es un museo creado y dedicado a la artista y está situado en Ulassai, en la antigua estación de ferrocarril. Se inauguró el 8 de julio de 2006 y hasta la fecha alberga unas ciento cuarenta obras de arte, la mayoría de la artista.

Además de la fundación museo, existe un archivo a su nombre creado en el domicilio del artista en Cardedu con sede en el Museo Diocesano de Lanusei. El objetivo del archivo es salvaguardar y catalogar sus obras. Por último, varias obras de Maria Lai se conservan en numerosos museos italianos e internacionales.

Maria Lai, vida y obra de la famosa artista textil

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