Man Ray: vida, obra e investigación del gran artista dadaísta


Man Ray fue una gran figura polifacética de la primera mitad del siglo XX, su arte un sueño entre el dadaísmo y el surrealismo. Su vida, sus obras, sus ideas.

Man Ray, (Emanuel Radnitzky; Filadelfia, 1890 - París, 1976), fue pintor, fotógrafo y director de cine. Se le considera una gran figura polifacética, protagonista de la temporada artística de la primera mitad del siglo XX, representante de los movimientos dadaísta y surrealista estadounidenses. Trasladado de Nueva York a París, Man Ray fue uno de los primeros en teorizar un nuevo lenguaje de la fotografía y el cine, estableciéndolos como instrumentos de creación artística.

La fotografía se convirtió en un sustituto de la pintura, una extensión del arte figurativo. Man Ray utilizó el medio fotográfico tanto en su sentido documental, destinado a dar testimonio de la vida efímera de sus invenciones y “objetos de afecto”, como en su sentido más creativo, que hace que la técnica sea capaz de inventar un nuevo mundo de imágenes. Su manera de entender el recurso fotográfico queda bien reflejada en lo que solía decir: “Pinto lo que no puedo fotografiar. Fotografío lo que no quiero pintar. Pinto lo invisible. Fotografío lo visible”.



Man Ray
Man Ray

Vida de Man Ray

Emanuel Radnitzky, más conocido como Man Ray, nació en Filadelfia el 27 de agosto de 1890 en el seno de una familia de ascendencia judía. A los siete años se trasladó a Nueva York, donde pasó su adolescencia. La vida en la ciudad fue decisiva en su progresivo acercamiento al arte, estimulando su interés por los medios pictóricos. A los catorce años, dos profesores de instituto le empujaron hacia esta inclinación natural, por lo que practicó ampliamente el dibujo a mano alzada y el dibujo técnico. Man Ray adquirió así una importante destreza en el dibujo arquitectónico, que resultó providencial cuando ganó una beca para estudiar arquitectura en la Universidad de Nueva York en 1920. A pesar de ello, el artista abandonó pronto sus estudios de arquitectura, ya que no le interesaban lo suficiente.

En su lugar, hizo de todo, desde trabajar como quiosquero a delineante en una empresa de publicidad, o como dibujante en una editorial de atlas y mapas. Experiencias que le ayudaron a aprender diversas técnicas de diseño gráfico. Asistió a cursos en el instituto de arte nocturno del Centro Social Francisco Ferrer, también en Nueva York: las ideas del entorno que encontró allí despertaron toda la simpatía de Man Ray. El pedagogo Francisco Ferrer solía decir que “necesitaba hombres capaces de un desarrollo incesante, de renovación, fuertes en su independencia intelectual”: la vida de Man Ray fue exactamente esto, es decir, ininterrumpidamente dirigida hacia la búsqueda de nuevos medios de expresión. Por esta razón, el artista siempre supo renovarse.

A los veinte años, sus encuentros con pintores ya consagrados, como Robert Henri y George Bellows, dejaron una huella decisiva en Man Ray, que se liberó de las reglas y tradiciones artísticas más convencionales, convenciéndose cada vez más de que debía confiar en su propia imaginación, su audacia e independencia, y no tener miedo de sus propias iniciativas. De hecho, Man Ray ya presumía de una gran habilidad técnica: era capaz de pintar retratos en media hora, ya en 1909, como demuestra el convencional Retrato, pero también de crear ensamblajes, como Tapiz, a partir de 1911. Las primeras obras de la década de 1910 se expusieron en el instituto de arte Centro Social Francisco Ferrer, donde el pintor mostró una gran expresividad y madurez estilística.

El 17 de febrero de 1913 se inauguró la Exposición Internacional de Arte Moderno, conocida como Armory Show, la primera presentación pública del arte europeo más avanzado. Para Man Ray, esta ocasión supuso un nuevo punto de partida, que le introdujo brevemente en los modos cubistas de la pintura; sobre todo, los contactos que hizo allí le sirvieron para confirmar la dirección que había tomado. En 1915, su amistad con los artistas Marcel Duchamp y Francis Picabia fue decisiva en el desarrollo de su perspectiva artística. En 1916 Man Ray comenzó a experimentar la pintura con el areógrafo, una nueva técnica que añadió a su producción de collages y ensamblajes. Ese mismo año empezó a entrar en contacto con el movimiento dadaísta, que se originó en el Cabaret Voltaire de Zúrich en 1916 y llegó a América con poco retraso. Dos acontecimientos en particular marcaron la creciente implicación de Man Ray en las actividades vanguardistas.

En 1916 fundó, junto con Marcel Duchamp, la Society of Independent Artistis; a continuación se presentó en la Forum Exhibition of Modern American Painters, en las Anderson Galleries, con Invention Dance. En el catálogo de la exposición, una declaración de Man Ray subraya la importancia suprema que concede a la inteligencia y la imaginación. En 1917, Man Ray pinta los que serán durante mucho tiempo sus últimos óleos: Máquina de café y Narciso son los más notables.

Su creciente amistad con Marcel Duchamp le llevó a ser cada vez más reacio a dedicarse exclusivamente a la pintura: “Quería encontrar algo nuevo, algo que me permitiera prescindir del caballete, las pinturas y todas las demás herramientas del pintor tradicional. Cuando descubrí el aerógrafo, fue una revelación: era maravilloso poder pintar un cuadro sin siquiera tocar el lienzo; era una actividad puramente cerebral” (Man Ray).

Las críticas que recibió tras sus dos primeras exposiciones individuales en la Daniel Gallery (1915) fueron duras y hostiles. Para dar testimonio de esta dolorosa crisis espiritual, produjo Suicidio en 1917. Entre 1918 y 1922 fue un breve periodo en el que el artista reanudó una intensa investigación: fue una época en la que se sintió muy libre y dirigió sus esfuerzos a intentar desvincularse de la pintura. Mientras tanto, la actividad dadaísta neoyorquina giraba principalmente en torno a él: junto con Duchamp publicó “New York Dada” en 1921, pero tendía a percibirse a sí mismo en esta experiencia en solitario. Sólo él era estadounidense, mientras que Duchamp y Picabia eran franceses. Como Estados Unidos tendía a descartar todo lo que no se presentara como un producto americano y, en consecuencia, a desconfiar del lenguaje dadaísta, Man Ray se dio cuenta de que"Dadá no puede vivir en Nueva York". También se dio cuenta de que había llegado el momento de mudarse para poder seguir creciendo como artista de la forma que deseaba. Duchamp se marchó a Europa a principios de 1921 y Man Ray no dudó en seguirle. En París le precedía una reputación de defensor del espíritu dadaísta en Nueva York, por lo que los dadaístas estaban dispuestos a acogerle. Aterrizó en Le Havre, Normandía, en julio de 1921, dispuesto a seguir la revolución iconoclasta que ya llevaba tres años en marcha. Poco después, en 1924, el ensayista André Breton publicaría el primer manifiesto surrealista. Man Ray llegó pues a Francia cuando el dadaísmo tocaba a su fin y el surrealismo cristalizaba en torno al entorno de Breton: en este entorno, se convirtió en el primer fotógrafo surrealista.

También en 1921, Man Ray celebra su primera exposición en la Librairie Six, propiedad del escritor Philippe Soupault. Allí expuso su famosa obra Cadeau, hoy en una colección privada. Pero lo que siguió fueron tiempos difíciles, un periodo de crisis para la vanguardia en general. Man Ray comenzó a dedicarse a la fotografía para ganarse la vida: alcanzó un gran éxito en París gracias a su habilidad como fotógrafo, especialmente como retratista. Destacados artistas de la época posaron ante su objetivo, entre ellos Gertrude Stein, la famosa escritora y crítica de arte.

Tampoco en el campo de la fotografía pudo resistir la tentación de “renovarse”, así que experimentó: en 1921 inventó la rayografía, un proceso fotográfico que descubrió por casualidad y que se realizaba por contacto directo sobre película sensible, sin necesidad de cámara. A lo largo de la década que va de 1920 a 1930, Man Ray se centra en la fotografía y en los “objetos de afecto” que crea con el fin de utilizarlos como pretexto para fotografías poco convencionales. En 1925, se presentó en la primera exposición surrealista en la Galerie Pierre de París junto con los artistas Jean Arp, Max Ernst, André Masson, Joan Miró y Pablo Picasso.

A pesar de su compromiso con la fotografía y los objetos, Man Ray nunca dejó de dedicar un par de horas al día a la pintura. Con el éxito que alcanzó hacia 1929, solía pintar por la mañana y fotografiar en el estudio por la tarde. Sus cuadros parisinos más significativos los realizó en dos cortos periodos, 1932-24 y 1938-39. A mediados de la década de 1930, también dedicó mucho tiempo al dibujo, una actividad que le encantaba y como él mismo decía: “En estos dibujos sueñan mis manos”. Les mains libres es una publicación de 1937 en la que se recogen los dibujos de sueños más surrealistas.

Man Ray ilustró sueños que en algunos casos resultaron incluso premonitorios: el del 3 de septiembre de 1936, al fondo muestra un reloj que indica las tres en punto. Exactamente tres años después, el 3 de septiembre de 1939, estalló la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia del conflicto, Man Ray tuvo que huir de París en 1940 debido a los movimientos nacionalistas antisemitas que empezaron a extenderse por Europa.

Por este motivo regresó a Nueva York y se trasladó a Los Ángeles, donde impartió clases de fotografía y pintura en la universidad, sin interrumpir por completo su producción artística. Tras la guerra, regresó a París, donde continuó pintando y fotografiando. Volvió ocasionalmente a América y estuvo en Italia en 1975 para exponer sus fotografías en la Bienal de Venecia. Pero su hogar estaba en Francia, en el barrio parisino de Montparnasse, donde vivió hasta el último de sus días, el 18 de noviembre de 1976. Su epitafio, hoy en el cementerio del mismo barrio, reza: “Despreocupado, pero no indiferente”.

Man Ray, Naturaleza muerta con tetera (1910; óleo sobre lienzo, 20,i9 x 26,2 cm; Filadelfia, Museo de Arte de Filadelfia)
Man Ray, Naturaleza muerta con tetera (1910; óleo sobre lienzo, 20,i9 x 26,2 cm; Filadelfia, Museo de Arte de Filadelfia)
Man Ray, Tapiz (1911; lana cosida sobre lienzo de lino, 210 x 151,8 cm; París, Centro Pompidou)
Man Ray, Tapiz (1911; lana cosida sobre lienzo de lino, 210 x 151,8 cm; París, Centro Pompidou)
Man Ray, Narciso (1917; óleo sobre tabla, 35,5 x 26,7 cm)
Man Ray, Narciso (1917; óleo sobre tabla, 35,5 x 26,7 cm)
Man Ray, Suicide (1917; gouache, lápiz, tinta negra, tinta blanca y barniz sobre cartón, 61,1 x 48,1 cm; Houston, The Menil Collection)
Man Ray, Suicidio (1917; gouache, lápiz, tinta negra, tinta blanca y barniz sobre cartón, 61,1 x 48,1 cm; Houston, The Menil Collection)
Man Ray, La bailarina de la cuerda se acompaña de sus sombras (1918; óleo sobre lienzo, 132 x 186,4 cm; Nueva York, MoMA)
Man Ray, La bailarina de la cuerda acompaña a sus sombras (1918; óleo sobre lienzo, 132 x 186,4 cm; Nueva York, MoMA)

Principales obras y estilo de Man Ray

En 1908, Man Ray quedó muy impresionado por las acuarelas del escultor Auguste Rodin, que vio expuestas en la 291 Gallery de Nueva York. Allí encontró la libertad que buscaba para su propia expresión artística. Lo mismo le ocurrió en marzo de 1911 cuando vio las acuarelas de Paul Cézanne, que también le fascinaron. Man Ray también se fijó en los maestros antiguos: Rembrandt, Frans Hals. Pero de todos estos artistas, aunque admiraba su genio, extraía muy poca influencia, ya que su admiración nunca se tradujo en un deseo de imitarlos, sino que los consideraba únicamente como modelos ideales en los que inspirarse.

De las formas de Retrato, un cuadro de 1909 en el que seguía los dictados más académicos, se alejó pronto. Ya en 1910 se había distanciado de ellos en Naturaleza muerta con tetera. La dirección que tomó le llevó a probar suerte con el collage y el ensamblaje: así, en 1911 realizó su primera obra abstracta, Tapiz, compuesta por muestras de lienzos de la sastrería en la que trabajaba su padre. Decidido a alejarse del medio pictórico, se dedicó al estudio de otras herramientas, entre ellas el areógrafo: al centrarse en este medio, creó una distancia física entre la herramienta y el lienzo. Era algo que siempre intentó hacer, captar una esencia metafísica sin recurrir al contacto directo.

En 1917 creó Suicidio, una referencia a la crisis espiritual que sufrió tras el fracaso de las exposiciones americanas. Suicidio es una obra que también recuerda una dimensión performativa: montó el lienzo en un caballete y colocó un rifle detrás, apuntando al lienzo. Man Ray se colocaba delante del caballete, tirando de una cuerda que accionaba el gatillo, en una confrontación con el tema del suicidio, siempre muy investigado por los artistas de la época. En 1918, utilizando todavía el areógrafo, compuso La bailarina de la cuerda se acompaña de sus sombras. La pasión de Man Ray por el jazz y el musical se refleja en 1919 con obras como Jazz y Seguidilla, un musical español.

En su espasmódica búsqueda de medios alternativos para desligarse aún más de la pintura sobre lienzo, compró su primera cámara en 1914. También aquí se propuso convertirse en un experimentador, un pionero, revolucionando la manera de concebir la fotografía. Así, retrató a varios artistas del ambiente que frecuentaba durante su estancia en Estados Unidos. Hacia 1920 inmortalizó a su amigo Marcel Duchamp, disfrazado de Rrose Sélavy. En estas instantáneas, la figura de Duchamp se anula y se multiplica en su propia identidad. Al retrato se le niega la función celebratoria tradicional de la persona. Se trata de una colaboración artística entre los dos amigos que en su momento expresó una gran camaradería: el arte de Duchamp fue inmortalizado por las fotografías de Man Ray, un medio artístico necesario para la idea de Duchamp.

La amistad entre los dos artistas, que comenzó en 1915, se convirtió en una relación duradera que tuvo influencias naturales en la obra de Man Ray, orientada hacia la concepción de lo que él llamaría “objetos de afecto” a partir de 1917. La poética del ready-made duchampiano reverbera en estas creaciones, pero en este caso es manipulada por el artista.

En 1920 crea un recinto asegurado con cuerdas y nudos que oculta en el misterio los objetos que contiene. Man Ray lo llamó El enigma de Isidore Ducasse, título que hace referencia al poeta Lautréamont (1846-70), seudónimo de Isidore Lucien Ducasse, personaje querido por los dadaístas por la ambigüedad de sus aforismos: “Tan bello como el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de operaciones”. A través del título, Man Ray reta al espectador a rastrear este aforismo, apenas dejando entrever formas que pueden remontarse a un paraguas y una máquina de coser. Cadeau, 1921, fue un “object d’affection” expuesto en la Librairie Six de París. Se trata de una plancha rectificada mediante una hilera de clavos soldados a la chapa. Con esta modificación, el objeto queda completamente inutilizado, privado de su funcionalidad: Man Ray juega con este aspecto, interviniendo sobre el objeto y creando su disfuncionalidad con una pequeña intervención. A diferencia de su amigo Duchamp, realiza objetos casi siempre manipulados, distorsiona su significado y su naturaleza con una inventiva irónica. Al crear una contaminación entre producto en serie y obra de arte, estimula la reflexión en el público a través de un componente enigmático.

Este aspecto también se encuentra en sus rayografías, fotografías obtenidas no utilizando una cámara, sino colocando diversos objetos sobre papel fotosensible y exponiéndolos a la luz durante unos instantes. Las fotografías resultantes sólo conservaban el contorno del objeto, su huella, creando composiciones ambiguas. Sin título, de 1923, es una de las rayografías conservadas en el Guggenheim de Venecia.

Man Ray continuó explorando el mundo de lo fotográficamente específico, haciéndose cada vez más popular en sus habilidades como retratista. Tras enamorarse de Kiki de Montparnasse, una famosa modelo parisina, le hizo cientos de retratos fotográficos. El más conocido fue Violon d’Ingres, en 1924, que inauguró la temporada surrealista.

Retrató a otros protagonistas del mismo ambiente cultural: el escritor Ernst Hemingway y la novelista Nancy Cunard, los artistas Pablo Picasso, Tristan Tzara y Salvador Dalí. El retrato fotográfico de la coleccionista Peggy Guggenheim es maravilloso.

En 1934 realizó una serie de fotografías de Meret Oppenheim, que también era artista en el círculo que gravitaba en torno a André Breton: el famoso retrato fotográfico que le hizo Man Ray, Meret Oppenheim con una imprenta, le dio el sobrenombre de musa de los surrealistas. La instantánea -tomada en el estudio del pintor Louis Marcoussis y publicada en el quinto número de la revista Minotaure en 1934- muestra a la mujer desnuda, con el antebrazo embadurnado de tinta, frente a la rueda de la imprenta.

Man Ray se hizo famoso por estas instantáneas surrealistas, pero también produjo importantes pinturas durante dos breves periodos pasados en París (el primero entre 1932-1924 y el segundo entre 1938-1939). A la hora del observatorio - Los amantes, es uno de los más notables, un cuadro inspirado en un hecho banal, la huella perfecta de los labios rojos de Kiki en su cuello blanco.

En su experiencia artística, estimulada por un entorno tan rico en oportunidades, Man Ray también exploró el campo del cine. L’étoile de mer es una película de 1928 en la que el artista intenta construir una obra poética mediante una secuencia de imágenes. Entre los protagonistas de la película se encuentra la musa Kiki de Montparnasse. Aunque se realizó en una época en la que la investigación cinematográfica seguía los pasos surrealistas de Salvador Dalí y LuisBuñuel, Man Ray recordó la época dadaísta insertando juegos de palabras entre las secuencias(Si belle! Cybèle?), como para infundir ese sentido lúdico que tanto le gustaba.

Man Ray, Enigma de Isidore Ducasse (1920 [1971]; madera, tela, cuerda, cartón, metal sobre papel y objeto invisible; Rotterdam, Museum Boijmans van Beunigen)
Man Ray, Enigma de Isidore Ducasse (1920 [1971]; madera, tela, cuerda, cartón, metal sobre papel y objeto invisible; Rotterdam, Museum Boijmans van Beunigen)
Man Ray, Cadeau (1921 [1972]; hierro y clavos, 17,8 x 9,4 x 12,6 cm; Londres, Tate Modern)
Man Ray, Cadeau (1921 [1972]; hierro y clavos, 17,8 x 9,4 x 12,6 cm; Londres, Tate Modern)
Man Ray, Sin título (1923; rayografía, impresión en gelatina de plata, 28,8 x 23,5 cm; Venecia, Colección Peggy Guggenheim)
Man Ray, Sin título (1923; rayógrafo, impresión en gelatina de plata, 28,8 x 23,5 cm; Venecia, Peggy Guggenheim Collection)
Man Ray, Violon d'Ingres (1924; impresión en gelatina de plata sobre papel, 30 x 20,9 cm; Madrid, Museo Reina Sofía)
Man Ray, Violon d ’Ingres (1924; impresión en gelatina de plata sobre papel, 30 x 20,9 cm; Madrid, Museo Reina Sofía)
Man Ray, Erotique Voilée (Meret Oppenheim con una imprenta) (1933; impresión en gelatina de plata sobre papel, 12,1 x 9,1 cm)
Man Ray, Erotique Voilée (Meret Oppenheim with a Printing Press) (1933; impresión en gelatina de plata sobre papel, 12,1 x 9,1 cm)
Man Ray, En el observatorio - Los amantes (1936; óleo sobre lienzo, 100 x 250,4 cm; colección privada)
Man Ray, At the Observatory - The Lovers (1936; óleo sobre lienzo, 100 x 250,4 cm; colección privada)

Dónde encontrar las obras de Man Ray

En Italia, en la Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma, hay un retrato fotográfico de Nush Eluard, realizado en 1934 con la técnica de la solarización. En la Colección Peggy Guggenheim de Venecia se encuentra Sin título de 1923, una de las primeras rayografías, y también un bello retrato de la propia coleccionista, Peggy Guggenheim. Tapestry, de 1911, y Suicide, de 1917, se encuentran en el Centro Pompidou de París, al igual que el famoso retrato de Kiki en Violon d’ Ingres (1924).

La mayoría de las obras del artista se encuentran en América: Cadeau (1921) está en una colección privada de Chicago. Seguidilla (1919) se encuentra en el Instituto Smithsonian de Washington DC. El retrato de Duchamp como Rrose Sélavy está en el Philadelphia Museum Of Art, en la White Collection; el cuadro surrealista de Meret Oppenheim está en el Metropolitan Museum of Art. El cuadro At Observatory Time - The Lovers está en el Israel Museum de Jerusalén.

Man Ray: vida, obra e investigación del gran artista dadaísta
Man Ray: vida, obra e investigación del gran artista dadaísta


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