Jean-Michel Basquiat, vida y obra del artista estadounidense

Jean-Michel Basquiat (Nueva York, 1960 - 1988) fue un artista estadounidense y uno de los máximos exponentes del arte del graffiti, también asociado al neoexpresionismo. El nivel de expresión y contenido de sus graffitis era considerado tan alto que pasaron de las paredes de las calles de Nueva York directamente a las salas de los museos, al igual que otros “escritores” como Keith Haring.

La vida de Basquiat fue corta pero bastante intensa. Rápidamente alcanzó el éxito, convirtiéndose en protagonista de la vibrante escena artística neoyorquina de finales de los 70 y principios de los 80, llegando incluso a colaborar con su ídolo Andy Warhol. Pero al mismo tiempo perdió rápidamente el control sobre su consumo de drogas, que por desgracia resultó fatal para él con sólo 27 años. Las obras de Basquiat incitan al espectador a reflexionar sobre ciertas dinámicas que caracterizan a la sociedad contemporánea, como la hipocresía capitalista y el existencialismo, y están cargadas de figuras estridentes y colores brillantes, pintadas como si fueran expresiones de un impulso instintivo.

La vida de Jean-Michel Basquiat

Jean-Michel Basquiat nació el 22 de diciembre de 1960 en Nueva York, concretamente en el barrio de Brooklyn, en el seno de una familia de origen mestizo. Su padre Gérard nació en Haití y su madre Matilde era de ascendencia puertorriqueña. Basquiat tenía dos hermanas menores (Lisane y Jeanine) y un hermano mayor (Max) que, sin embargo, murió poco antes de que él naciera. Fue su madre, amante del arte, quien familiarizó a Basquiat con las obras maestras más famosas llevándole de niño a los museos más importantes de Nueva York. Basquiat fue muy precoz en aprender a leer y escribir y empezó a dibujar igual de pronto, inspirado sobre todo por los dibujos animados que veía en televisión. Así, fue matriculado en una escuela primaria orientada al estudio de las artes.

La adolescencia de Basquiat fue problemática, ya que sus padres se divorciaron y él quedó al cuidado de su padre junto con sus hermanas. Su madre, por su parte, entraba y salía de instituciones psiquiátricas, y Basquiat no podía manejar las emociones que implicaba vivir en una situación tan complicada. A los quince años, decidió escaparse de casa después de que su padre le pillara fumando, durmió en un banco y fue detenido por vagabundeo. Basquiat era un chico muy dotado e inteligente, pero no podía ir a la escuela, por lo que fue matriculado en la “Ciudad-como-escuela”, una escuela con métodos de enseñanza alternativos más adecuados para alumnos como él. Allí conoció y entabló amistad con Al Diaz, un grafitero a través del cual Basquiat empezó a ser consciente de sus capacidades artísticas como escritor. Basquiat y Diaz pasaron mucho tiempo juntos, dibujando y consumiendo drogas, y formaron una asociación artística bajo el seudónimo de “SAMO”. El nombre procedía de una frase que los dos amigos decían mientras fumaban marihuana juntos, al darse cuenta de que estaban fumando “la vieja mierda de SAMO”. SAMO no era sólo una firma, sino una verdadera filosofía conceptual. El nombre apareció por primera vez en 1977 en un relato corto escrito por Basquiat, cuyo protagonista era un joven que se encuentra con un santón que le propone varias religiones a las que unirse. La única que realmente le convence es la religión SAMO, que se basa en el principio de que “hacemos lo que nos da la gana en la tierra, y luego confiamos en la gracia de Dios con la excusa de que no lo sabíamos”, en abierta oposición, por tanto, a los dictados del catolicismo. A la publicación de la novela siguió una auténtica campaña publicitaria ilustrada por el dúo y otros amigos del colegio.

En mayo de 1978, el nombre Samo empezó a aparecer cada vez más en las paredes de los barrios del Soho y Tribeca como “tag”, la típica escritura que utilizan los escritores para firmar sus graffitis, acompañada del símbolo del copyright. Los graffiti SAMO© se hicieron cada vez más populares y apreciados por el público. Numerosas revistas y periódicos también se interesaron por el fenómeno y pidieron al misterioso autor que saliera del anonimato y se revelara.

En 1978, tanto Basquiat como Díaz fueron expulsados de la Ciudad-Escuela tras verse envueltos en algunas travesuras, y a raíz del episodio el padre de Basquiat le echó de casa. Ambos comenzaron entonces a frecuentar el círculo de estudiantes de la Escuela de Artes Visuales, aunque no pudieron asistir a clase ni matricularse. Entre los estudiantes en cuestión se encontraba Keith Haring, que resultó ser un fan de SAMO© y se hizo amigo de Basquiat tras descubrir que era él quien estaba detrás de la etiqueta. La asociación de Basquiat y Díaz terminó en 1980 debido a desacuerdos entre ambos escritores, causados por diferencias artísticas y de carácter. Tras la ruptura del dúo, Basquiat siguió utilizando brevemente la etiqueta, cambiándola por "SAMO© IS DEAD". La participación de Basquiat en el largometraje Downtown 81, en el papel de sí mismo, también se remonta a este año. Sin embargo, la película no se estrenó hasta 20 años después, en 2000.

Unos años antes, justo después de dejar City-as-School, Basquiat intentó ganar algo de dinero vendiendo postales que había ilustrado por Nueva York. Un día entró en un restaurante del Soho en busca de compradores y vio a su ídolo Andy Warhol, máximo exponente del Pop Art. Se acercó a él para presentarse y así comenzó una asociación humana y artística con él que duró unos cuantos años y estuvo hecha de altibajos.

Entretanto, Basquiat frecuentaba asiduamente el Club 57 y el Mudd club, dos clubes neoyorquinos donde se reunían diversos artistas contemporáneos y, en general, dinámicas personalidades culturales del mundo del arte, la música y el cine. Había hecho varias amistades y era muy deseado por su encanto y personalidad exagerada (una de las citas más sonadas fue con la cantante Madonna, entonces al principio de su carrera). En 1981, Basquiat vendió su primer cuadro, Cadillac moon, a su amiga músico Debbie Harry, cantante del grupo Blondie. Ambos se habían conocido en el plató de Downtown 81 y Basquiat también participó en el videoclip de Rapture, uno de los mayores éxitos de Blondie. Ese mismo año conoció a la galerista Annina Nosei, que le apoyó mucho en su carrera y acogió a Basquiat en el sótano de su galería de arte. De nuevo gracias a Nosei, Basquiat expuso por primera vez en solitario en Módena en 1981, en la Galleria Mazzoli, pero tuvo una acogida cuando menos tibia (la exposición siguió en un año a su debut absoluto, en The Times Square Show de Nueva York). Mucho mejor, sin embargo, fue la retrospectiva individual en Nueva York en 1982, que supuso la coronación de un éxito en rápido ascenso.

Entre 1984 y 1985, Basquiat siguió produciendo y exhibiendo sus obras en una serie de exposiciones entre Europa y Nueva York, e incluso fue portada de la famosa revista New York Times. Basquiat se convirtió rápidamente en uno de los artistas más buscados por los yuppies, empresarios que hacían fortuna con diversos negocios y resultaban ser buenos compradores para los galeristas, que les orientaban hacia las inversiones en arte. Los precios de sus obras se dispararon. Sin embargo, la adicción a las drogas de Basquiat empezó a apoderarse de su vida, junto con algunos trastornos de conducta bastante graves, por ejemplo, a menudo estallaba en ataques paranoicos contra las personas que le rodeaban. La situación se deterioró aún más tras la desaparición de Andy Warhol, y Basquiat encontró en el abuso de la heroína una forma de intentar superar la pérdida de su punto de referencia. Intentó recuperar la sobriedad en 1987, pero desgraciadamente fracasó, ya que fue encontrado inconsciente en su loft el 12 de agosto de 1988 tras una sobredosis. La urgencia del hospital resultó inútil y Basquiat fue declarado muerto.

La obra y el estilo de Basquiat

Basquiat es un artista plenamente inmerso en su época, a caballo entre las décadas de 1970 y 1980. Eran años frenéticos, innovadores, coloristas, en los que se extendían a gran escala el lenguaje publicitario comercial, el cosmopolitismo, las innovaciones tecnológicas, los medios de comunicación, el consumismo, claves todas ellas que iban a estar presentes en sus graffiti. Basquiat también vive en Nueva York, una ciudad dinámica donde el arte trasciende las salas de los museos y sale literalmente a la calle: de hecho, el artista se acerca al arte callejero admirando los murales de otros escritores en las calles de la “Gran Manzana”.

Los graffiti firmados con el nombre de SAMO, fechados entre 1977 y 1980, son más bien conceptuales y presentan frases a veces más cortas e impactantes, a veces más largas, pero todas ellas presentan “declaraciones” que invitan al espectador a reflexionar sobre ciertas dinámicas e hipocresías de la vida cotidiana. Algunos ejemplos: “SAMO© como fin de la religión lavacerebros, la política inconclusa y la falsa filosofía”, “SAMO© como cláusula de liberación”, “SAMO© salva idiotas”, “SAMO© como fin del punk de vinilo”, “SAMO© como alternativa a hacer arte con la secta radical-chic financiada con los dólares de papá”, “SAMO© como expresión de amor espiritual”, “SAMO© para la llamada vanguardia”. El estilo gráfico, cuando se trata sólo de letras, es sencillo y minimalista, alternando letras negras sobre fondo blanco y letras blancas sobre fondo negro, utilizando botes de pintura en aerosol rociados directamente sobre la pared. En ocasiones, también aparecen algunos símbolos, como una corona estilizada, y pictogramas de diversa índole.

Además, tanto en las obras firmadas SAMO© como, sobre todo, en las obras posteriores de Basquiat en solitario, aparecen a menudo figuras antropomórficas coloreadas muy elaboradas en su composición, mediante el uso de formas a veces redondeadas y curvas, a veces quebradas y rígidas. El interés de Basquiat por la representación de la figura humana y, en particular, de la estructura corporal, se remonta a un episodio ocurrido cuando tenía ocho años. Fue atropellado por un coche mientras jugaba en la calle y le extirparon el bazo. Después estuvo hospitalizado durante mucho tiempo y su madre, para entretenerle, le trajo un ejemplar del manual de anatomía de Gray, que fascinó al pequeño.

Se podría asimilar esta particular representación de la forma humana a la corriente del expresionismo, ya que los seres antropomórficos de Basquiat son amarillos, negros, rojos, verdes, y los rasgos somáticos se reducen a signos gráficos irreales, similares a los bocetos que uno hace con lápiz y papel. Sin embargo, son definitivamente muy expresivos: unos parecen gritar, otros parecen chillar, otros parecen moverse torpemente en el espacio, a menudo lleno de letras, signos gráficos y fondos de colores brillantes. Véase Dustheads (1982) como referencia.

Los colores, puros y brillantes, son utilizados por el artista de forma muy instintiva y espontánea, apretando los tubos de pintura directamente sobre el soporte. La forma de pintar de Basquiat no sugiere nada racional, sino que parece más bien una acción visceral dictada por una urgencia interior. Se dice, entre otras cosas, que Basquiat no pintaba de forma constante, sino que alternaba periodos de estancamiento con otros de gran productividad que le pillaban en los momentos más dispares, incluso en mitad de la noche, como si estuviera en trance.

Comparando las obras de Basquiat, es posible advertir ciertos elementos recurrentes utilizados por el artista como mensaje de denuncia. Algunos policías están presentes, simbolizando un uso excesivo del rigor y la disciplina, véase por ejemplo La Hara e Ironía de los Policías Negros (1981), especialmente la segunda obra. Basquiat quiere subrayar en esta obra la ironía de un negro convertido en policía, que pasa así de una situación histórica de sometimiento debido a su etnia a otra de mando y poder, encontrándose por encima de otras personas débiles.

El tema de la injusticia hacia los afroamericanos también queda sugerido por la presencia de rasgos fisonómicos que recuerdan a las máscaras africanas, una forma que tiene el artista de denunciar la condición de esclavitud sufrida por este pueblo a lo largo de la historia. Por último, encontramos presente en varias obras la pasión de Basquiat por la música jazz, que apreciaba desde niño, especialmente en Bird on money (1981). Esta obra en concreto es un homenaje directo al saxofonista Charlie Parker: “pájaro” era de hecho su apodo. Un elemento clave en la producción de Basquiat es sin duda su relación con Andy Warhol, quizá uno de los pocos puntos fijos en la vida de Basquiat. Además de la gran admiración que el joven escritor sentía por su arte, su amistad era muy profunda tanto a nivel humano como artístico. Colaboraron juntos en varios proyectos, por ejemplo la serie de 1986 Collaborations, y también montaron juntos una exposición, en cuyo cartel aparecen ambos como dos contrincantes en un combate de boxeo.

Dónde ver las obras de Basquiat

No es raro leer noticias sobre el hallazgo fortuito de una obra de Jean-Michel Basquiat, aunque sólo sea curioseando por los puestos de los mercadillos. De hecho, Basquiat se hace eco en cierto modo del consumismo efímero de los años 80, por el que produjo numerosas obras que los ricos o acomodados de la época compraban ávidamente en las galerías de arte. La mayor parte de la producción de Basquiat se encuentra en colecciones privadas; por ejemplo, algunas obras son propiedad de un empresario de Israel, Josef Mugrabi, que había entrado en contacto con su arte gracias a Andy Warhol. Y probablemente muchas otras obras se encuentren en casas por descubrir.

La producción de Basquiat ha ido emergiendo a lo largo de los años gracias a estos descubrimientos. En Estados Unidos es posible admirar algunos cuadros en museos, entre ellos varias obras como Untitled (skull) (1981), Horn players (1983) en el Broad Museum de Los Ángeles y el cuadro Sam F (1985) en el Museo de Arte Moderno de Dallas. Una obra, A panel of experts (1982), se encuentra en cambio en Canadá, en el Museo de Bellas Artes de Montreal. En Italia se han dedicado varias exposiciones al artista estadounidense, entre ellas una famosa en el Mudec de Milán en 2017 y otra en Roma en 2002. En nuestro país, se conserva un cuadro de Basquiat accesible al público en la Colección Casamonti de Florencia.

Jean-Michel Basquiat, vida y obra del artista estadounidense

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