Franco Angeli, el pintor de símbolos. Vida, estilo, obras

Franco Angeli, cuyo verdadero nombre era Giuseppe (Roma, 1935 - 1988), pintor autodidacta, fue uno de los principales exponentes de la Scuola di Piazza del Popolo, junto con, entre otros, Mario Schifano y Tano Festa. El arte de Angeli se caracteriza por la presencia de inserciones materiales , como gasas y velos, que cubren la superficie del lienzo y hacen que el tema apenas sea visible, como si se tratara de un recuerdo lejano. Poco a poco, la obra de Angeli ha ido superando el estiloinformal en el que se inspiraba al principio para llegar a resultados más figurativos.

En sus obras aparecen símbolos que se repiten en diversas variantes. Estos símbolos están relacionados tanto con los regímenes, ya que una parte importante de la vida y la obra de Angeli está vinculada a su compromiso político, como con la ciudad de Roma, donde el artista ha vivido siempre.

La vida de Franco Angeli

Franco Angeli nació en el barrio romano de San Lorenzo el 14 de mayo de 1935. El artista utilizaba el apellido de su madre, Erminia Angeli, y no el de su padre, Gennaro Gennarini, al igual que sus hermanos Omero y Otello. Angeli empezó a trabajar de niño para ayudar económicamente a su familia, que pasaba apuros debido a la enfermedad de su madre. Entre los diversos trabajos que desempeñó se encontraba el de tapicero, y gracias a esta experiencia se convirtió en un experto en tejidos y sus usos, que más tarde incluyó como detalles en algunas de sus obras. Comenzó a pintar en 1957, el mismo año en que fue llamado al servicio militar en Orvieto. Entró en contacto con el escultor Edgardo Mannucci, amigo de Alberto Burri, y comenzó a probar la pintura en su estudio. Se acercó así alarte abstracto-material e informal, que le impresionó por su tendencia a utilizar formas y materiales diferentes.

Angeli fue muy activo políticamente, y éste fue un aspecto fundamental de su vida y su arte. Se afilió al Partido Comunista, concretamente en la sección de Campo Marzio, y en esta ocasión conoció a los artistas Tano Festa y Mario Schifano. Sin embargo, tras la invasión de Hungría por la antigua URSS, Angeli se separó del partido para acercarse a las franjas extraparlamentarias de la izquierda y a los movimientos pro-Mao Tze-Tung. Posteriormente, se manifestó varias veces contra la guerra de Vietnam entre 1969 y 1970. En 1959, expuso públicamente sus obras por primera vez, con ocasión de la exposición colectiva organizada en la galería La Salita, junto con Tano Festa y otros. Ese mismo año aparece en la revista Azimuth, fundada por Piero Manzoni y Enrico Castellani, junto con otros artistas como Jasper Johns, Yves Klein, Robert Rauschenberg y Mimmo Rotella. También empezó a frecuentar entonces el bar Rosati, donde conoció a Renato Guttuso, Pino Pascali, Jannis Kounellis y Fabio Mauri. En 1960 celebró su primera exposición individual, de nuevo en la galería La Salita, y ganó un premio de estímulo del Ministerio de Educación. En la misma época, participó en un cortometraje de Mario Carbone, titulado Inquietud, en el que explicaba su técnica pictórica.

Durante un tiempo, Angeli estuvo en Spoleto, donde conoció a la famosa escritora, activista y personalidad televisiva Marina Ripa di Meana (cuyo nombre de pila era Maria Elide Punturieri), con la que estableció una relación romántica que resultó bastante problemática. En los mismos años, Angeli y los demás artistas del grupo de la Piazza del Popolo se ganaron el apodo de “artistas malditos” por su frecuente consumo de alcohol y drogas.

En la década de 1970, continuó sus actividades artísticas y expositivas, y entretanto conoció a Livia Lancellotti, que se convirtió en su compañera de vida y con la que tuvo una hija, Maria, en 1976. Angeli falleció en Roma el 12 de noviembre de 1988.

El estilo y la obra de Franco Angeli

Franco Angeli ha producido un número muy importante de obras, en las que ha utilizado diversas técnicas y materiales, como la cal, el esmalte, la gasa y muchos otros, siguiendo el camino que ya había emprendido antes que él Alberto Burri. Detrás de la decisión de experimentar con distintos materiales estaba la intención de desahogar los traumas causados por haber vivido en primera persona el drama de la guerra.

A este respecto, dijo: “El material para mí es un fragmento de esta enorme laceración que barrió Europa; mis primeros cuadros eran así, como una herida de la que se quitan trozos de venda [...] donde la sangre se ha coagulado pero ya no es una mancha roja”. Una de las primeras obras de Angeli se titula De una herida surgió la belleza, en la que transpuso recuerdos personales del bombardeo de la noche de San Lorenzo de 1943.

Las obras posteriores consisten en pinceladas de pintura al óleo aplicadas en velos, intercaladas con medias de nailon y gasas. La intención de Angeli es utilizar estos materiales ligeros para infundir en el espectador la sensación de estar contemplando algo impalpable y esquivo, como un recuerdo lejano. Entre 1960 y 1961 realizó importantes obras que mencionan explícitamente episodios de la Segunda Guerra Mundial y de la revolución cubana, como O.A.S. (All Bad Germans) de 1961, cuyo título deriva del nombre de una organización paramilitar clandestina, Cuba (1960), referencia directa al embargo impuesto por Estados Unidos contra Cuba tras la revolución liderada por Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista, 25 de julio (1963), día de la caída del fascismo en 1943.

En algunas de estas obras aparecen a menudo palabras y escritos, sobre todo en O.A.S., en los que inserta algunos recortes de periódico. La elección tuvo su origen en la estrecha relación que Angeli mantuvo con algunos exponentes de la poesía experimental italiana, como Elio Pagliarani y Nanni Balestrini. Ya en 1963-1964, las palabras tuvieron aún más espacio en sus cuadros, hasta convertirse en elementos esenciales de los mismos, como puede verse en Natale di Roma, Stemma pontificio, Artiglio, fechados entre 1964 y 1965. En 1962, con motivo de su participación en la exposición Nuove prospettive della pittura italiana en la Galleria Comunale d’Arte Moderna de Bolonia, aparecieron en sus obras diversos símbolos, como cruces, cruces gamadas, la hoz y el martillo, claros símbolos del poder totalitario.

A partir de 1964, Angeli comenzó a salpicar sus obras con nuevos símbolos, esta vez tomados de su visión cotidiana del mobiliario urbano y las ruinas antiguas de Roma, enfatizando su carácter retórico y al mismo tiempo celebratorio. Entre estos símbolos figuran la loba capitolina y los obeliscos, además de las habituales cruces y esvásticas. A este respecto, el artista declaró: “son el testimonio del contacto cotidiano con la calle [...] liberan la energía suficiente para abordar la aventura pictórica”. Como en sus primeras obras, estos símbolos también están cubiertos por un fino velo, pero en este caso Angeli los impregna de nuevos matices y significados, a saber, memoria, reflexión y desapego.

En 1965 aparecen por primera vez varios tazebaus, como Camaradas, Berlín 1945, Camarada vietnamita, Ocupación de un monumento ecuestre y Abrazo eterno, todos ellos vinculados al compromiso político de Angeli. Al año siguiente, incluyó el elemento de la moneda en sus obras, convirtiéndola en un símbolo universal a pesar de su naturaleza de objeto convencional. Inauguró una exposición individual en la galería Arco di Alibert de Roma dedicada precisamente a obras basadas en este tema, que tituló Half Dollar. También dio el mismo título, America America (Half Dollar) , a otra exposición, en la que presentó, en cambio, la efigie del águila, dorada, grande y, como de costumbre, velada. El águila es un símbolo fuertemente vinculado a la cultura estadounidense y, no por casualidad, en las distintas versiones realizadas el ave rapaz destacaba sobre fondos en tonos azules, blancos y rojos, colores que hacen referencia directa a la bandera de Estados Unidos.

A finales de la década de 1960, Angeli empezó a adentrarse en otras formas de arte, como el vídeo, la fotografía y las artes visuales. Su primera película fue en 1967, titulada Días de lectura, mientras que otros vídeos posteriores son Pantallas (1968), Nueva York (1969), Viva il Primo Maggio (1968). En marzo de 1968 Angeli presentó nuevas obras que construyó con planchas de metal, flechas, paneles, en una nueva exposición individual en la galería La Tartaruga. Estas obras anticiparon una instalación posterior, Opprimente, que consistía en un muro rebajado y pasó a la historia como una obra de construcción colectiva, con la contribución de grandes artistas contemporáneos a Angeli, como Giosetta Fioroni, Emilio Prini y Paolo Icaro, Pier Paolo Calzolari, Enrico Castellani, Paolo Scheggi, Mario Ceroli, Renato Mambor, Cesare Tacchi, Alighiero Boetti, Fabio Mauri y muchos otros.

La guerra de Vietnam, que estalló en esos años, pasó a ser predominante en la prolífica producción de Angeli de finales de los sesenta. Entre las obras sobre este tema destacan American University (1967) y Corteo (1968), realizadas con la técnica del reportaje social, Anonymous Eurasian (1969), Comrades (Giap y Ho chi Min) y Vietcong (1971). En la década de 1980, Angeli retomaría el tema de Vietnam, incluyendo en una serie de paisajes aviones, aparentemente lúdicos y fascinantes, pero que en realidad tienen una función destructiva. Una serie de paisajes como De los Apeninos a los Andes y Canción popular de los Andes, en referencia al golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile el 11 de septiembre de 1973, también adoptaron el mismo tono. Sobre estas obras, Angeli declaró: “Pensé que se podía pintar la tragedia chilena a través de un paisaje hecho sólo de colores”.

Las Explosiones (1986) se inscriben perfectamente en la línea de temática social y de condena de la guerra, en la que los paisajes se vuelven aún más exóticos por la presencia de pirámides y obeliscos, elementos de la antigüedad que se funden con el presente, creando así un ciclo continuo de repetición sin fin de los acontecimientos. Poco antes, en 1984, Angeli había introducido un último símbolo nuevo, la marioneta. Elaborado a una edad avanzada, este elemento resultó ser similar a un autorretrato, preludiando el ocaso de su propia vida. En 1986 publicó el volumen La Porta rossa (La puerta roja), fruto de su prolífico contacto con los poetas neovanguardistas italianos que ya frecuentaba desde los años sesenta. El libro presentaba algunas de sus litografías, 63 en total, extraídas de su repertorio, entre ellas águilas, símbolos de regímenes totalitarios, cruces y estrellas, a las que yuxtaponía corazones y lunares de vivos colores. Entre los poetas que participaron en el proyecto se encontraba el artista Tano Festa, aquí como escritor.

Angeli ya había producido anteriormente varios libros de artista, como Poema 63, en el que había incluido símbolos alusivos a las malas consecuencias del totalitarismo con títulos como Cementerio alemán, Cementerio de guerra, Cementerio argelino, Cementerio partisano. En noviembre de 1964 había publicado también Frammenti capitolini, catálogo de la exposición del mismo nombre en el Estudio de Arte Arco d’Alibert, que era más bien un libro de artista. En su interior, efigies y escudos de la Roma imperial y papal se alternaban con artículos del código penal relativos al vilipendio contra la bandera y los emblemas del Estado, los lugares de culto, los monumentos y el patrimonio arqueológico. Franco Angeli siguió exponiendo en numerosas muestras tanto en Roma como en Italia hasta su muerte.

Dónde ver las obras de Franco Angeli

Las obras de Franco Angeli se pueden encontrar en Italia, algunas de ellas en museos de Roma, ciudad natal del artista. En el MACRO - Museo de Arte Contemporáneo de Roma se encuentra Testa di lupa capitolina (Cabeza de loba capitolina), 1961-1964, mientras que la GNAM - Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo alberga Algeria (1961).

En el resto de Italia, destacan, entre otras, las obras Corteo (1968) en el MAMbo - Museo d’Arte Moderna di Bologna. En Milán, en la Fundación Arnaldo Pomodoro, se encuentra Sin título (1964), y en Turín, en la Galería GAM de Arte Moderno, se puede admirar Napoleón (1964). Por último, en octubre de 2009, gracias a la labor de Maria Angeli, hija del artista, se creó el Archivo Franco Angeli para catalogar todas las obras de Angeli.

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