Christo y Jeanne-Claude. Vida y obra del dúo Land Art

Christo Javašev (Gabrovo, 1935 - Nueva York, 2020) fue uno de los más grandes artistas del siglo XX: De origen búlgaro, creó junto a su esposa Jeanne-Claude Denat de Guillebon (Casablanca, 1935 - Nueva York, 2009) uno de los proyectos más importantes del siglo pasado, estableciéndose como dúo líder de los movimientos Nouveau Réalisme y Land Art (haga clic aquí para profundizar en el tema).

El concepto básico de su trabajo consistía en intervenir temporalmente en determinados paisajes y edificios famosos alterando temporalmente su uso. Al principio, la idea era impedir que se vieran o pasaran por alto, como la famosa “envoltura” de todo el Reichstag, el edificio del gobierno alemán en Berlín, oculto por telas y cuerdas, mientras que en sus obras posteriores Christo se aseguró de crear una conexión entre dos lugares aislados, como la famosa instalación de una pasarela flotante en el lago Iseo .

Tras la muerte de ambos artistas, a finales de 2021 se realizó una obra póstuma consistente en envolver el Arco del Triunfo de París, para hacer realidad un deseo suyo largamente acariciado que nunca llegó a materializarse.

La vida de Christo y Jeanne-Claude

Christo Javašev nació en Gabrovo, Bulgaria, el 13 de junio de 1935 (curiosamente el mismo día que su esposa Jeanne-Claude Denat de Guillebon), su padre Vladimir era empresario y su madre Cveta Dimitrova secretaria en la Academia de Bellas Artes de Sofía, instituto al que el propio Christo asistió hasta 1953. En 1956 se trasladó a Praga, ciudad de la que huyó al año siguiente en un intento de escapar del régimen comunista, rumbo a Austria. Finalmente, en 1958 se instala en París, donde comienza a colaborar con el grupo Nouveau Réalisme y trabaja como pintor de encargo para ganarse la vida. En esa época conoce a Jeanne-Claude Denat de Guillebon, que se pone en contacto con él para que le haga un retrato de su madre, Madame Denat de Guillebon. Desde el momento de su encuentro, los dos tocaron una gran fibra personal y artística y nunca volvieron a separarse. Jeanne-Claude nació en Casablanca (Marruecos), hija del comandante francés Léon Denat y de Précilda Feichheimer. Se trasladó a París en 1947: allí, su madre se casó con el general Jacques de Guillebon, y la familia se trasladó más tarde a Berna y luego a Túnez. Jeanne-Claude, tras terminar el bachillerato en Túnez, regresó a París en 1958, donde conoció a Christo.

La pareja viajó por todo el mundo para encontrar lugares adecuados para sus proyectos, y finalmente eligieron Nueva York como base para regresar después de sus misiones. La suya era una verdadera vocación artística que impregnaba plenamente sus vidas; por ejemplo, se impusieron la misma regla adaptada por la alta dirección de las empresas, a saber, no tomar nunca el mismo avión en los viajes de larga distancia para que, en caso de accidente, uno de los dos pudiera continuar con su arte.

De hecho, Christo cumplió la promesa que se habían hecho mutuamente tras el fallecimiento de Jeanne-Claude el 18 de noviembre de 2009, a raíz de complicaciones derivadas de un aneurisma cerebral, y continuó con las obras que a Jeanne-Claude le hubiera gustado realizar. Christo continuó con su arte hasta que él también falleció el 31 de mayo de 2020.

Obras y estilo de Christo

Inmediatamente después de conocer a su esposa, Christo empezó a planear con ella viajar por el mundo y dejar una señal tangible de su arte como nunca antes se había hecho. Así, decidieron realizar proyectos que encajaran en el contexto del Land Art, que se basa en el concepto según el cual el artista interviene directamente en determinados lugares y paisajes, utilizando el mundo como si fuera su propio lienzo (lea más sobre diez obras maestras de Christo y Jeanne-Claude aquí). En el caso de Christo y su esposa, sus intervenciones eran de carácter temporal y constituían una especie de punto de encuentro entre la instalación, la performance y el arte callejero: elegían un lugar o edificio concreto y lo cubrían por completo con telas, cuerdas y otros materiales, cambiando su uso durante un periodo de tiempo. Su intención artística era crear una acción que tuviera un gran impacto en el público, haciéndole enfrentarse en todo momento a elementos del paisaje alterados u ocultos. Eligieron intervenir en paisajes que la gente está acostumbrada a ver a diario con frecuencia sin darles demasiada importancia, provocando una sensación de carencia al verse privados de ellos de repente, sin producir efectos permanentes sino actuando de forma efímera y efímera. De hecho, una vez desmontada la obra, el paisaje volvía a su aspecto original, como si la obra nunca hubiera estado allí, mientras que los materiales utilizados se reciclaban.

Los dos ahorraban todo lo que ganaban con la venta de dibujos preparatorios, collages y maquetas de sus proyectos para poder autofinanciar la realización de las obras y mantenerse lo más independientes posible, por lo que a menudo pasaba mucho tiempo entre un proyecto y otro, en el que se dedicaban a recuperar fondos financieros y energía física.

Tanto Christo como su mujer participaron en todas las fases del proyecto, concentrándose Christo en la parte más conceptual y orientada al diseño, mientras que Jeanne-Claude se ocupaba de los aspectos organizativos y prácticos. Entre las tareas relacionadas con la parte más organizativa se encontraba la solicitud de confrontación directa tanto con las administraciones, a las que los dos artistas se dirigieron para obtener los permisos necesarios para actuar, como con los habitantes de los barrios implicados en el proyecto, organizando reuniones para conocer su opinión sobre la intervención prevista.

Su primera instalación, sin embargo, no obtuvo la aprobación de los habitantes, pero Christo y su esposa no quisieron detenerse y continuaron tenazmente con ella. Se trataba de un proyecto realizado en París en 1962, titulado El muro de barriles, que Christo y Jeanne-Claude llevaron a cabo instalando 89 barriles metálicos en la Rue Visconti, una de las calles más estrechas de la ciudad. La obra constituía efectivamente una barricada, no por casualidad también conocida como “El telón de acero”, y pretendía denunciar la reciente construcción del Muro de Berlín. De hecho, la obra impedía el paso por la calle, subrayando cómo la decisión de erigir el Muro de Berlín afectaba a una situación política ya bastante comprometida, sobre todo al repercutir en los hábitos de vida de los ciudadanos, que ya no podían llegar a distintos puntos de la ciudad.

El episodio del rechazo de los habitantes parisinos a su instalación llevó a los dos a querer atreverse aún más. En 1969, Christo viajó a Australia para realizar su primera "envoltura ", titulada Wrapped Coast, One Million Square Feet (Costa envuelta, un millón de pies cuadrados). Con la ayuda de quince escaladores profesionales, Christo envolvió una porción de dos kilómetros de largo de la costa rocosa de Sydney con 93.000 metros cuadrados de tela especial a prueba de erosión, asegurándola con una cuerda igualmente larga.

Los “envoltorios” de los años siguientes fueron de distintos tipos, unos más pequeños y otros más grandes, pero todos ellos siempre muy impactantes; por ejemplo, los dos realizados durante la exposición Documenta 4 de Kassel en 1968 “envolvieron el aire” (es decir, un cubo vacío en su interior) de 5.600 metros cúbicos y lo elevaron todo con una grúa, de modo que la obra pudo verse hasta a 25 km de distancia. En Milán, sin embargo, durante los llamados “Funerali del Nouveau Réalisme” de 1970, embalaron tanto la estatua ecuestre de Víctor Manuel II en la Piazza Duomo como el monumento dedicado a Leonardo da Vinci en la plaza frente al Teatro de la Scala.

En la década de 1970, ambos trabajaron a menudo en Estados Unidos, utilizando telas de vivos colores, muy probablemente inspirándose en el Pop Art. En ocasiones, sus intervenciones en estos territorios estuvieron condicionadas por las adversas condiciones meteorológicas, como fue el caso de Valley Curtain (1972), realizada en Rifle, una localidad de Colorado. Una vez finalizada la instalación de una colosal cortina naranja que dividía el valle en un tabique de 380 metros de largo, Christo se vio obligado a desmontar toda la instalación al día siguiente debido a las fortísimas rachas de viento.

También se hizo muy famoso por Running Fence (1972-1976), una gran valla de cuarenta kilómetros de longitud colocada entre unas empinadas laderas del campo al norte de San Francisco, hecha con grandes lonas de nailon blanco que colgaban de un cable de acero sostenido por más de dos mil postes metálicos. Con esta obra, Christo creó un agudo contraste entre la verticalidad de la obra y la horizontalidad del paisaje, así como entre la naturaleza y los materiales artificiales utilizados. Si se admiraba la obra desde arriba, parecía el cuerpo de una serpiente serpenteando por los valles, y cuando el viento pasaba entre las láminas, las hinchaba y hacía crujir la tela, dando así la impresión de que una serpiente cobraba vida. El proyecto tardó cuatro años en instalarse, y permaneció montado durante catorce días.

También es curiosa la intervención Surrounded Islands (1980-1983), que consistió en pequeños islotes en la zona de la bahía de Biscayne, en Miami (estado de Florida), rodeados por un tejido flotante de polipropileno de un intenso color rosa chillón. Los islotes, vistos desde el otro lado, parecían estar envueltos en enormes trozos de chicle. Por último, en Nueva York apareció en 2005 The Gates, un sendero de 30 km de longitud dentro de los famosos jardines públicos de Central Park formado por más de 7.500 arcadas de cinco metros de altura separadas entre sí cuatro metros, intercaladas con material de color naranja.

Entre los años 90 y 2000, Christo realizó otras obras en Europa que tuvieron mucho éxito. En 1995, llevó a cabo el proyecto de envolver el Reichstag (el edificio del gobierno alemán) en Berlín, rodeado de kilómetros y kilómetros de tela plateada, atrayendo a millones de visitantes.

En Italia, realizó una obra que se hizo muy famosa y que quizá por primera vez facilitaba un paso en lugar de impedirlo, se trataba de Floating Piers (2016), una larga pasarela flotante colocada directamente en el lago Iseo para conectar las localidades de Sulzano y Monte Isola con la pequeña isla de San Paolo. Las personas que caminaban por la pasarela tenían la impresión de estar caminando literalmente sobre el agua envueltos por una luz especial dada por los reflejos del agua rompiendo en el amarillo intenso de la tela. Fue la primera obra realizada tras la muerte de su esposa, materializando un proyecto que habían concebido juntos ya en los años setenta. La última obra de Christo está fechada en 2018, y se colocó en Londres, en el lago Serpentine de Hyde Park. Se titulaba The London Mastaba y consistía en una plataforma flotante situada en la superficie del lago, sobre la que se colocó un trapecio formado por 7.506 barriles de colores azul, rojo y malva dispuestos horizontalmente, asemejando una pirámide. En relación con esta obra, Christo declaró que no había un mensaje preciso, sino que cada cual podía encontrar en ella su propio significado, y que principalmente había “Creado una enorme escalera hacia el cielo”.

Christo y Jeanne-Claude tenían un deseo, que no pudieron cumplir en vida, y era crear la envoltura del Arco del Triunfo de París, un monumento que para ellos era símbolo de una ciudad rica en historia y arte. Sin embargo, la obra se realizó entre septiembre y octubre de 2021 gracias a la iniciativa de su sobrino Vladimir Javacheff, en colaboración con el Museo Pompidou y a través de los legados e instrucciones de la pareja.

Dónde ver las obras de Christo

Como ya se ha mencionado, las obras de Christo y su esposa eran de carácter temporal. Sin embargo, ambos dejaron huellas de sus instalaciones con el fotógrafo Wolfgang Volz y realizaron documentales de al menos cinco de sus obras más importantes, dirigidos por Albert y David Maysles.

Las documentaciones de sus obras se presentan a menudo en exposiciones, como la antológica inaugurada en 2018 en la Serpentine Gallery de Londres junto con la instalación de The London Mastaba, para celebrar los sesenta años de su trabajo.

En Italia, además de la famosa instalación Floating Piers, ha habido varias exposiciones dedicadas a Christo y Jeanne-Claude, entre ellas Water projects dedicada precisamente a sus obras relacionadas con el agua instalada en el Museo di Santa Giulia de Brescia de abril a septiembre de 2016, y una exposición itinerante titulada Christo - beyond the surface , que visitó Parma, Brescia y Padua entre 2018 y 2019.

Christo y Jeanne-Claude. Vida y obra del dúo Land Art

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