Por primera vez en la historia, un cuadro de Joaquín Sorolla (Valencia, 1863 - Madrid, 1923) entra en las colecciones de la National Gallery de Londres. Se trata de la obra conocida como El Borracho, Zarauz, de 1910, expuesta por primera vez en Londres en 2019 en la National Gallery, con motivo de la exposición Sorolla: maestro español de la luz, compuesta por unas sesenta obras del artista valenciano y visitada por más de 167.000 personas.
El cuadro fue adquirido por la suma de 325.000 libras esterlinas (364.000 euros), gracias al generoso apoyo de un donante, David Leslie Medd. Se trata de un gran boceto, ejecutado por Sorolla in situ, en una taberna de Zarauz (en el País Vasco), en el verano de 1910. El borracho que da título al cuadro está sentado desaliñado en una silla, mirando con inquietud al espectador (y a su vez rodeado de otros cuatro hombres que no están mejor), sosteniendo un vaso de sidra, bebida muy común en el norte de España: el objetivo del artista era dar una idea de los efectos devastadores del alcoholismo. El hecho de que se trate de un boceto se desprende claramente de la manera apresurada en que el artista llevó a cabo su escena, aplicando rápidamente capas muy finas de pintura y economizando las pinceladas, consiguiendo evocar los contrastes de luces y sombras con los escasos medios que suponía una ejecución in situ.
Por lo que sabemos, el artista nunca habría realizado un cuadro acabado con una taberna de Zarauz como tema, y probablemente tampoco tenía intención de hacerlo, ya que este cuadro rápido transmite una sensación de intimidad que tal vez no habría surgido de un cuadro acabado. También podemos imaginarlo por el hecho de que Sorolla no decidió conservar la obra en su estudio, sino que la expuso al año siguiente en una muestra en el Art Institute de Chicago. El cuadro también es interesante porque representa la primera vez desde 1900 que el artista vuelve a los temas dramáticos: en 1900, Sorolla había pintado la extraña ¡Triste herencia! (“¡Triste herencia!”), que representaba sus típicos cuadros marineros en clave sombría. La escena representa a un grupo de niños del Hospital de San Juan de Dios, un centro de acogida para niños discapacitados (“desechados de la sociedad: ciegos, locos, tullidos o leprosos”, como escribió el propio Sorolla), que han llegado a la playa junto a un sacerdote. Sorolla se encontraba en una playa valenciana retratando a unos pescadores en plena faena, pero la escena le impactó sobremanera: “Ni que decir tiene que la presencia de aquellos pobres desgraciados me produjo una impresión de profunda tristeza. No desaproveché el momento y pedí y obtuve del director del hospital la autorización necesaria para trabajar in situ y filmar aquella escena en su estado natural”.
La obra ¡Triste herencia! le valió la medalla de oro en la Expo de París de 1900, pero también representó el final de la fase “social” de su carrera, que a partir de entonces se orientó hacia el retrato y los temas marineros que le dieron fama internacional. La obra adquirida por la National Gallery es, por tanto, de gran importancia en la trayectoria del artista español.
“Las nuevas obras nos ayudan a ampliar nuestro conocimiento de la tradición pictórica europea y enriquecen la historia que cuenta la National Gallery”, ha declarado el director del museo londinense, Gabriele Finaldi, “por lo que estamos encantados de que este extraordinario cuadro pertenezca ahora a todos, incluidas las generaciones futuras”. Tras el éxito de la exposición de Sorolla en la National Gallery en 2019, es fantástico dar la bienvenida a su primera obra en las colecciones de la National Gallery. El tema de un borracho en una taberna vasca quizás no sea típico del artista, pero el virtuosismo de su pincelada y su trazo seguro y abocetado nos revelan a un Sorolla de increíble calidad."
"En la época en que pintó El Borraco, Zarauz", explica Christoper Riopelle, conservador de arte posterior a 1800 en la National Galery, "Sorolla estaba considerando el encargo del ciclo monumental sobre las gentes y tradiciones de su tierra natal, Visión de España (Hispanic Society of America, Nueva York), al que dedicaría el resto de su carrera. Como si ya lo estuviera preparando, con este cuadro profundamente humano el artista volvió a su relación con la realidad campesina española y, lo que es quizá más importante, a su brillante uso del imprescindible color español: el negro".
Cuando reabra la National Gallery, cuando termine el confinamiento del Reino Unido para contener el contagio del Covid-19, la obra de Sorolla se expondrá en la sala 41 del museo, junto a obras de artistas como Cézanne, Renoir, Monet y Klimt, entre otros.
Londres, la National Gallery adquiere su primer cuadro de Joaquín Sorolla |
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