Mañana, 3 de julio de 2019, se subastará en Sotheby’ s uno de los retratos más interesantes del siglo XVII, el de Olimpia Maidalchini Pamphilj (Viterbo, 1591 - San Martino al Cimino, 1657) pintado por Diego Velázquez (Sevilla, 1599 - Madrid, 1660): Nacida en provincias pero muy ambiciosa, “donna Olimpia” entró desde joven en la alta sociedad romana, casándose a los 21 años con Pamphilio Pamphilj, treinta años mayor que ella pero miembro de una de las familias más poderosas de Roma.
A través del matrimonio, Olimpia Maildalchini emparentó con el futuro Papa Inocencio X (nacido Giovanni Battista Pamphilj, hermano menor de Pamphilio). Vinculada a su cuñado hasta el punto de fomentar diversas calumnias (entre ellas, la muy persistente de que se había convertido en la amante del Papa), Olimpia fue adquiriendo cada vez más poder, hasta convertirse en una de las figuras más influyentes de la Roma papal, hasta el punto de ser apodada “la Papisa” (según la tradición, el apodo deriva de una frase pronunciada por el cardenal Alessandro Bichi tras el cónclave de 1644 que llevó a Inocencio X al trono de Pedro: “Señores, acabamos de elegir un Papa”). Olimpia, en particular, tomó medidas para incluir a figuras cercanas a la familia Pamphilj en puestos papales clave, se implicó en las decisiones de Inocencio X (tanto que para muchos, de hecho, habría estado detrás de las medidas del papa y pudo subyugarlo), no se molestó en sobornar y cometer fechorías para satisfacer su avaricia que se había convertido en legendaria. Tras la muerte de Inocencio X y la elección al trono papal de Fabio Chigi como papa Alejandro VII, que tenía fama de incorruptible, doña Olimpia fue desterrada de Roma a raíz de una investigación sobre sus actividades corruptas, y nunca regresó.
Sotheby’s presenta a doña Olimpia como una auténtica “estrella del rock” del Barroco: “las mujeres de su época acudían de toda la Europa católica para verla salir de su palacio y saludarla cuando pasaba su carruaje. No podían creer que una mujer de origen modesto hubiera alcanzado tales cotas de poder en un mundo gobernado por hombres”, especifica la casa de subastas londinense. Sin embargo, Olimpia Maidalchini Pamphilj también es recordada por algunas buenas acciones: en particular, estuvo cerca de las mujeres de condición humilde y realizó importantes donaciones a monjas y prostitutas. Además, era una apasionada del arte y apoyó a varios artistas, músicos y dramaturgos. A ella se debe, por ejemplo, la Fuente de los Ríos de Bernini en la plaza Navona: según la tradición, fue Olimpia quien convenció al Papa para que encargara la obra al gran escultor.
El retrato de Olimpia fue ejecutado en 1650 por Diego Velázquez: durante siglos no hubo rastro de él, hasta el punto de que durante mucho tiempo se pensó que había sido destruido (el último documento lo registra en 1724). Reaparecida en los años 80 como pintura anónima de la escuela holandesa, esta atribución llegó a Sotheby’s, que realizó análisis en profundidad de la obra, y los expertos coincidieron en que se trata de la obra perdida de Velázquez (de hecho, hay inscripciones y números de archivo en el reverso del cuadro que permiten identificarlo inequívocamente). El cuadro está valorado entre 2,3 y 3,5 millones de euros, y ahora se piensa dónde podría acabar: quizá en un museo italiano, si el Estado decide participar.
La "Papessa" a subasta en Sotheby's: a la venta el retrato de Olimpia Maidalchini Pamphilj, de Velázquez |
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