España, el fantasma de Goya: la 'Visión fantasmal' reaparece en Zaragoza después de noventa años

En Zaragoza (España) ha reaparecido un cuadro de Francisco Goya y Lucientes (Fuendetodos, 1746 - Burdeos, 1828) que llevaba noventa años perdido. El hallazgo, gracias al historiador del arte Arturo Ansón, se remonta a 2016, pero no fue presentado a la prensa hasta ayer. Junto a la obra de Goya, también se encontraron dos bocetos, uno de Francisco Bayeu (Zaragoza, 1734 - Madrid, 1795) y otro de Antonio González Velázquez (Madrid, 1723 - 1793). Las tres obras llegaron al Museo de Zaragoza procedentes de la familia propietaria, que prefirió mantener el anonimato. Las obras enriquecerán así la colección del museo aragonés.

Destaca el cuadro de Goya, una Visión fantasmal creada por el pintor, según explicó Ansón a la agencia Europa Press, “en un momento de plenitud creativa”, trabajando con “rapidez” para dar forma a una imagen espectral que corresponde a “lo que su mente le estaba expresando” en ese momento. No se trata de un boceto, comentó Ansón, sino de un cuadro terminado que Goya regaló al empresario Juan Martín de Goicoechea. La obra tiene un valor incalculable porque, según el estudioso, ningún pintor de la época pintó algo similar, e incluso dentro de la propia producción de Goya, la Visión fantasma es una pieza única, ya que “incluso teniendo en cuenta las series fantásticas que pintó el artista, no hay imágenes tan espectaculares”. Hasta ahora, el cuadro sólo se conocía a través de una fotografía en blanco y negro, tomada por el fotógrafo Juan Mora y publicada en el número monográfico dedicado a Goya (de 1928) de la revista Aragón, que ese año celebraba el centenario de la muerte del artista.

El lienzo pasó más tarde a la colección de los condes de Gabarda y se conservó en su palacio de Zaragoza, y según los estudios de Ansón debió ser pintado hacia 1797-1800, periodo en el que, tras una enfermedad, Goya intensificó su producción de obras de tema fantástico. El cuadro representa una especie de capricho, de sueño: en un escenario nocturno, al aire libre, un fantasma, el gran protagonista de la obra, se aparece a unas figuras humanas en la parte inferior de la composición. El extraño ser tiene un aspecto demoníaco, va vestido con un largo manto, su rostro tiene ojos, nariz y boca apenas perceptibles, y de su cabeza brotan dos largos cuernos. Todo el cuadro fue ejecutado sin dibujo y sin correcciones: es evidente que el artista quiso fijar con extrema rapidez una imagen que probablemente se le había aparecido en sueños, o que le había sido sugerida por alguna lectura. Las pinceladas se distribuyen sobre una base ocre, que a su vez se superpone a una imprimación blanca.

Francisco Goya, Visión Fantasmal (c. 1797-1800; óleo sobre lienzo, 26 x 17 cm; Zaragoza, Museo de Zaragoza)

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