La noticia de que el cuadro Nueva York 1 de Piet Mondrian, de 1941, expuesto al revés durante más de 75 años en la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen de Düsseldorf(Alemania), ha dado la vuelta al mundo. El anuncio lo hizo la conservadora Susanne Meyer-Büser en una rueda de prensa, en la que se explicó, no obstante, que el cuadro seguirá colgado como lo ha estado desde 1945, es decir, con la agrupación de franjas amarillas, rojas y azules en la parte inferior y no en la superior, como estaba originalmente.
El descubrimiento, como se había anticipado, lleva la firma de un artista italiano, Francesco Visalli, que ya había enviado un correo electrónico en septiembre de 2021 a la directora del museo, Anette Kruszyinski, adjuntando estudios e imágenes de época para apoyar la teoría. Visalli, que investigaba a menudo el abstraccionismo y el arte de Mondrian en particular, encontró algunos documentos útiles sobre cómo se exponía la obra originalmente. La investigación comenzó con una obra, Ritmo en líneas rectas (inventariada con las iniciales B311 en el catálogo razonado de Joop Joosten), que Mondrian comenzó entre 1935 y 1937 cuando estaba en París (se puede ver esta obra en la foto de Rogi André de 1937 en el estudio de Mondrian en el bulevar Raspail). Ritmo en líneas rectas representa la fase preliminar de la posterior Nueva York 1 y fue publicada en varias ocasiones, la primera en la revista Das Werk (nº 8, 1938), en el artículo de Max Bill titulado Uber konkrete Kunst.
Se supone entonces que durante 1938 Mondrian entregó la obra al marchante de arte Valentine Dudensing en Nueva York. Tras mudarse a Nueva York en octubre de 1940, Mondrian realizó una serie de cambios en el cuadro en 1942, completando así la obra tal y como la conocemos hoy. “Durante muchos años (y aún hoy)”, explica Visalli, “se creyó que la obra en su ’primer estado’ nunca se había expuesto y que la obra definitiva se expuso por primera vez en 1945 con la primera retrospectiva en el MoMA de Nueva York. Durante mi investigación pude comprobar que la obra en su ”primer estado" se expuso en 1940 en el Museo de Arte de Baltimore, en la exposición titulada Modern Painting, Isms and How They Grew (12 de enero a 11 de febrero). Probablemente fue un préstamo de la Valentine Gallery". La obra se publicó en el catálogo de la exposición, que Visalli encontró en la Frick Collection Library, con el título Abstraction. Visalli también encontró una foto de la instalación en la colección digital del Museo de Arte de Baltimore.
Nueva York I se publicó posteriormente como B300 en el catálogo razonado de Joosten. “Cada una de las obras de Mondrian”, explica Visalli, “tiene su propia orientación precisa y, en general, es la posición de la firma la que la determina, en la práctica no hay error. Pero, como es bien sabido, en esta obra en particular la firma no está presente y siempre ha estado orientada con las líneas más gruesas hacia abajo”. La prueba definitiva, sin embargo, es una fotografía tomada pocos días después de la muerte de Mondrian por Harry Holtzman, que utilizó el estudio del pintor para hacerse unas fotos con la supermodelo sueca Lisa Fonssagrives para un reportaje de moda de la revista Town and Country. Estas imágenes se publicaron posteriormente en el número de junio de 1944 en un artículo titulado Black is Right: una de las fotografías muestra a Fonssagrives posando junto a la obra New York City I. Sólo se ve una parte de la obra, que probablemente descansa sobre un caballete tal y como la dejó Mondrian. Y como puede verse en la fotografía, la obra muestra la agrupación de rayas en la parte superior: ésta parece ser, por tanto, la orientación que Mondrian había previsto para el cuadro.
El descubrimiento de Visalli permite, pues, apreciar correctamente la orientación que Mondrian había concebido para su obra. Puede parecer un detalle menor, pero para Mondrian era fundamental, ya que el equilibrio de las líneas tenía para él no sólo una función “práctica” que tenía que ver con la percepción del observador (y así, según la forma en que el artista disponía las líneas, pretendía sugerir determinadas sensaciones al observador del cuadro: tranquilidad, velocidad, dinamismo, turbulencia, etc.), sino también simbólica (las líneas verticales, por ejemplo, representaban lo masculino y las horizontales lo femenino).
Mondrian al revés, el descubrimiento es de un artista italiano. He aquí cómo llegó |
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