Las Marcas, el retablo de Pomarancio requisado por Napoleón vuelve a su iglesia después de 220 años

El viaje de la Santísima Virgen María con el Niño y los santos Rocco y Severino, obra de Cristoforo Roncalli de 1616 conocida como il Pomarancio (Pomarancia, 1552 - Roma, 1626) que antes se conservaba en la iglesia de San Rocco en San Severino Marche, y ahora en la iglesia de Santo Stefano di Osnago, pueblo de la provincia de Lecco, no lejos de Monza, comenzó en las últimas horas. El viaje debía devolver la obra a San Severino Marche, donde había estado hasta 1811, cuando la iglesia de San Rocco fue desposeída durante las requisas napoleónicas. El 27 de junio de ese año, el retablo llegó a Macerata, ciudad donde se recogían obras procedentes de los Apeninos de las Marcas a la espera de ser clasificadas, y el 3 de octubre llegó a la Pinacoteca de Brera. El cuadro llegó después, en fecha indeterminada, a la parroquia de Osnago: en efecto, la figura de San Severino había sido identificada erróneamente con la de San Blas, santo muy venerado en la zona de Lecco.

Mientras tanto, el cuadro será sometido a trabajos de restauración, que correrán a cargo del estudio de Luigi Parma en Milán, por lo que la obra ha sido debidamente embalada y ha salido de Osnago en medio de la nieve para llegar a la capital lombarda. Una vez concluidas las operaciones, el Ayuntamiento de San Severino Marche tiene la intención de devolverla a la región. Desde 2001, la archidiócesis de Camerino y San Severino Marche, en colaboración con el Ayuntamiento, dialogan con la Pinacoteca de Brera (propietaria formal del cuadro) y la superintendencia para obtener el depósito del retablo y que pueda volver a exponerse en la iglesia de San Rocco, templo donde se encontraba originalmente. Allí se conserva aún el marco original del cuadro, que lleva por tanto más de doscientos años esperando, y que será restaurado del mismo modo que el lienzo.

Cristoforo Roncalli conocido como il Pomarancio, Beata Vergine Maria col Bambino e i santi Rocco e Severino (1616; óleo sobre lienzo, 253 x 159 cm; Osnago, Iglesia de Santo Stefano, cedido por la Pinacoteca de Brera)

El diálogo ha madurado y, para Brera y la Superintendencia de Urbino, no hay problemas técnicos, por lo que el traslado puede llevarse a cabo (una de las condiciones, además, eran las obras de restauración, que comenzarán en breve). Sin embargo, aún quedan dos obstáculos por superar: el primero es el hecho de que el traslado está condicionado a la colocación de una obra de sustitución en la iglesia de Santo Stefano de Osnago, y el segundo es el coste de la operación. El municipio de San Severino Marche calcula que el traslado costará unos veinte mil euros: ya se han destinado cinco mil, pero la administración municipal también se ha comprometido a encontrar la suma restante. Por eso ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para encontrar entidades, asociaciones y particulares interesados en ofrecer su contribución para que el lienzo de Pomerancio vuelva a casa. Un abono con el que el Ayuntamiento espera, por tanto, iniciar el traslado.

“Volver a tener un Pomarancio en la ciudad”, ha declarado Vanna Bianconi, concejala de Cultura del Ayuntamiento de San Severino Marche, “significaría ampliar la oferta museística y expositiva permitiendo la creación de un itinerario de visita único que incluyera la Pinacoteca Cívica, que conserva obras del siglo XVII, con salas dedicadas en la planta baja, y el cuadro del Pomarancio, realizado entre 1616 y 1617, en la iglesia de San Rocco, que se convertiría en una parada de visita fundamental para turistas y amantes del arte”.

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