Una importante obra de Lucio Fontana (Rosario, 1899 - Comabbio, 1968) se ha instalado en el atrio del Guggenheim de Bilbao y permanecerá allí durante los próximos tres años. Se trata de un granneón (Estructura de neón para la IX Trienal de Milán), que el artista italo-argentino creó en 1951: puede considerarse al mismo tiempo un dibujo, una escultura, una obra maestra de la luminotecnia, un letrero suspendido en el aire. Una obra compleja que en 2019 centró la exposición Lucio Fontana. En el umbral, y que ahora, subraya el museo vasco, “encuentra un interlocutor de excepción en el edificio diseñado por Frank Gehry, cuyos bocetos sobre papel recuerdan los arabescos espaciales de Fontana”.
Según el Guggenheim, la Estructura de Neón para la IX Trienal de Milán es uno de los mejores ejemplos de la unión entre arte y tecnología en el siglo XX, entre otras cosas porque crear una obra así no fue un reto técnico menor. Para su época, era una obra sorprendente, deudora en cierta medida de la estética barroca, una obra que asombró a los visitantes de la exposición de Milán, que podían verla a la entrada de la exposición: era una de las primeras veces que se utilizaba la luz de neón como material para una obra de arte. Probablemente, especulan los expertos del Guggenheim, con su neón Fontana pretendía responder a los famosos “dibujos de luz” que Pablo Picasso realizó con el fotógrafo Gjon Mili en 1950.
El museo, prosigue el Guggenheim en una nota, considera un “privilegio” poder exponer la obra en el atrio, y ello gracias a una colaboración con la Fundación Lucio Fontana de Milán. “El neón creado para la IX Trienal de Milán en 1951”, subraya Paolo Laurini, presidente de la Fundación, “puede considerarse sin duda una de las obras más representativas e icónicas de Lucio Fontana, ejemplo absoluto de su creatividad disruptiva”. Según Laurini, la instalación de la obra en el atrio del Museo Guggenheim de Bilbao es excepcional porque “el artista siempre tuvo una relación especial con los arquitectos, a los que se sentía próximo en su sensibilidad espacial. La gran espontaneidad con la que la instalación de Fontana en Bilbao dialoga con la fascinante arquitectura de Frank Gehry, ofreciendo visiones y puntos de vista estimulantes e inéditos, nos hace pensar que esta relación encuentra aquí una continuidad ideal”.
En la imagen, la obra de Fontana en el atrio del Guggenheim.
Un espectacular neón de Lucio Fontana se ha instalado en el atrio del Guggenheim de Bilbao |
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