La Seme d’arancia su terra di Sicilia (Semilla de naranja en tierra de Sicilia) de Emilio Isgrò (Barcellona Pozzo di Gotto, Messina, 1937), recientemente adquirida para la colección de la Fondazione di Sicilia, se presentará el 9 de abril en el Palazzo Branciforte. La cita forma parte del proyecto Isgrò Dante Caravaggio y Sicilia, promovido por la Fondazione Sicilia con motivo de su 30 aniversario, con Amici dei Musei Siciliani, en colaboración con el Archivio Emilio Isgrò y la participación de la Fondazione per l’Arte e la Cultura Lauro Chiazzese.
Antes de la presentación de la obra, está prevista la presentación del catálogo Isgrò Dante Caravaggio e la Sicilia, publicado por Skira Editore y que contiene todos los materiales, un testimonio del artista, reproducciones de las obras expuestas en Villa Zito y textos de los comisarios y de importantes estudiosos que comentan los diversos aspectos del arte de Isgrò tratados. La Seme d’arancia (Semilla de naranja), una de las esculturas más conocidas de Isgrò, fue creada en 1998 como gran escultura pública para su ciudad natal, Barcellona Pozzo di Gotto, en Sicilia. Gran metáfora de la cultura siciliana y de su posibilidad de renacimiento, recuerda las culturas mediterráneas, soleadas y envolventes, que se han desarrollado a través de la palabra y del intercambio, dando lugar a valores de convivencia civil y de acogida. Al de Barcelona se le denomina ahora “proto-semilla” porque de él se derivaron después otros, de formas y materiales diversos. La última, Seme d’arancia su terra di Sicilia (Semilla de naranja en tierra de S icilia), que se instalará en el Palazzo Branciforte, casi parece volver a conectar un hilo que regresa de este modo a la isla natal del artista, orígenes que nunca se han perdido en el desarrollo artístico de Isgrò y que vuelven de forma más o menos explícita en muchas de sus obras.
El proyecto de instalación comisariado por la Asociación Lapis sitúa la obra, fundida en bronce, sobre una “tierra” típica de Sicilia que puede identificarse con toda la isla y su territorio, la selenita, una roca macrocristalina de yeso. El efecto blanco y vidrioso de sus múltiples facetas la convierten en un material estéticamente apreciable desde sus afloramientos visibles en el terreno natural. Su origen geológico se remonta a hace algo menos de seis millones de años, cuando la evaporación del agua del antiguo mar Mediterráneo produjo los macrocristales que los romanos llamaron más tarde lapis specularis. En el pasado, la Semilla de Naranja ha figurado repetidamente en las crónicas culturales.
La escultura barcelonesa de resina de toba y arenas volcánicas de dimensiones monumentales volvió a la palestra en 2014, cuando la obra, desgastada por años de exposición a los agentes atmosféricos, fue restaurada para dar vida a una iniciativa más amplia destinada a implicar activamente a ciudadanos y escuelas de forma participativa colectiva. En 2015, la Seme dell’Altissimo (Semilla del Altissimo) destaca para dar la bienvenida a los visitantes de la Expo de Milán: una imponente semilla de naranja, ampliada mil quinientos millones de veces, de siete metros de altura y realizada en mármol blanco del monte Altissimo, extraído directamente de las canteras de los Alpes Apuanos. La escultura fue donada posteriormente a la ciudad de Milán y ahora está colocada de forma permanente en el jardín situado frente al edificio de la Triennale. Las semillas de Isgrò también se plantaron en 2017 en Catania, en el jardín de la Fondazione RadicePura, a los pies del Etna, como escupidas directamente del volcán en la instalación Il sogno di Empedocle. Una semilla de limón ampliada puede admirarse en la Fondazione Vittoriale degli Italiani, en Gardone Riviera, en la provincia de Brescia, con la obra de 2016 Aligi.
"Isgrò concibe unaeuròpera“, se lee en el catálogo, ”una verdadera ofrenda a la ciudadanía que de siciliana pasa a ser italiana y, por supuesto, europea. ¿Qué elemento puede reunir el alma mediterránea, siciliana y europea sino una semilla, un emblema universal de nacimiento o renacimiento en el poder? Así, en esa misma tierra, reconocida como cuna de la civilización europea, Sicilia, se erige un monumento a la vida y a la fecundidad del hombre y de la naturaleza".
Palermo, la Seme d'arancia en Terre di Sicilia de Emilio Isgrò en el Palazzo Branciforte |
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