Monica Bonvicini, la gran artista italiana ganadora del Premio Kokoschka en 2020, presenta una nueva instalación: se trata de La espera, expuesta en el estudio de Anselm Kiefer en La Ribaute, Barjac, Francia.
En La espera, una estructura de barandilla de acero inoxidable domina el centro del espacio. El elemento central está tomado de la microarquitectura, omnipresente en aeropuertos, estaciones, cajas y demás: lugares donde suelen organizarse masas de gente, a menudo obligadas a hacer cola para esperar. Pero cuanto más nos acercamos, más interferencias con esta imagen común empiezan a surgir. En The Waiting, los barrotes están doblados y un par de esposas cuelgan de una cadena, creando una escenografía mínima pero inquietante que habla de conflicto, huida y desobediencia.
TheWaiting se coloca sobre una escalera en el suelo para sugerir un túnel subterráneo, una vía de escape; ¿una entrada o una salida? La fricción entre la sensación de protección y la escultura de la que cuelgan las esposas abiertas pretende provocar múltiples especulaciones en el público: ¿qué ha pasado? ¿qué pasará? Éstas son las preguntas que Monica Bonvicini pretende inculcar al público.
La artista veneciana, que suele utilizar materiales de construcción para sus instalaciones artísticas, considera esta obra una continuación conceptual de dos de sus piezas emblemáticas: Stairway to Hell (Escalera al infierno), de 2003, y SCALE OF THINGS (to come) (Escala de las cosas), de 2010, ambas sobre las falsas promesas del mercado y ciertos escenarios urbanos problemáticos; la artista insta al espectador a pensar no sólo en la escala de la arquitectura física (siempre estimada como la más alta, la más grande, la más lujosa, etc.), sino también en la escala de los cambios sociales.) sino también a la escala de los cambios sociales, provocados por el urbanismo liberal, como consecuencia casi siempre ignorada.
En La Ribaute, la obra site-specific La espera juega con miedos y expectativas, curiosidades y vacilaciones, con el objetivo de generar preguntas sobre la sociedad, el eros, la violencia: cuando se perciben como cuerpos sensibles, arquitectura y obra se retroalimentan, activándose plenamente sólo con la presencia del visitante.
En la foto: Monica Bonvicini, The Waiting (2022; acero inoxidable, cadenas y esposas, 86 x 174 x 468 cm)
Monica Bonvicini presenta su nueva instalación: La espera |
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