Las nuevas obras de Damien Hirst se exponen en París: Cerezos en flor

Hasta el 2 de enero de 2022, los cerezos en flor de Damien Hirst (Bristol, 1965) se exponen en la Fondation Cartier pour l’art contemporain, donde el 6 de julio se inauguró la exposición Damien Hirst. Cerezos enflor: la exposición presenta la nueva serie de pinturas del artista británico que representan cerezos en flor, y es también la primera exposición individual de Hirst en una institución francesa. La serie Cerezos en flor reinterpreta de forma irónica y lúdica el tema tradicional de la pintura de paisaje. El artista combina pinceladas gruesas y elementos de la pintura gestual, remitiendo al Impresionismo, el Puntillismo y la Action Painting. Los lienzos monumentales, totalmente cubiertos de colores densos y luminosos, pretenden envolver al espectador en un vasto paisaje floral que se sitúa entre la figuración y la abstracción.

Estas obras pretenden ser a la vez una subversión y un homenaje a los grandes movimientos artísticos de finales del siglo XIX y del XX. Forman parte de la larga exploración pictórica de Hirst y tardó tres años en completarlas. El artista los terminó en noviembre de 2020: la pandemia, dijo, “me dio mucho más tiempo para vivir con los cuadros, mirarlos y asegurarme absolutamente de que todo estaba terminado”. La serie completa consta de 107 lienzos (todos reproducidos en el catálogo de la exposición: 30 están expuestos en París), divididos en paneles individuales, dípticos, trípticos, cuadrípticos e incluso un hexáctilo, todos de gran formato.

“Los cerezos en flor”, declara Hirst, “tratan de la belleza, la vida y la muerte. Son extremos, tienen algo casi hortera. Son como Jackson Pollocks atormentados por el amor. Son decorativos, pero extraídos de la naturaleza. Tratan del deseo y de cómo procesamos las cosas que nos rodean y en qué las convertimos, pero también de la loca fugacidad visual de la belleza: un árbol en plena y loca floración contra un cielo despejado. Fue tan hermoso hacerlos, perderme completamente en el color y la pintura en mi estudio. Son extravagantes, desordenados y frágiles, y hablan de mí alejándome del minimalismo y de la idea de un pintor mecánico imaginario, y todo esto me entusiasma”.

Nacido en Bristol (Reino Unido) en 1965, Hirst creció en Leeds antes de trasladarse a Londres en 1984, donde sigue viviendo en la actualidad. A través de la escultura, la instalación, la pintura y el dibujo, Hirst explora temas como la vida y la muerte, el exceso y la fragilidad. Si la escultura, en particular la serie Historia Natural, le granjeó una importante reputación en sus primeros años, la pintura siempre ha desempeñado un papel esencial en la obra de Hirst: “He tenido un idilio con la pintura toda mi vida, aunque la haya evitado. Como artista joven, reaccionas al contexto, a tu situación. En los años 80, la pintura no era realmente el camino a seguir”. Iniciada tras el proyecto Treasures from the Wreck of the Unbelievable, que tardó diez años en completarse (obras de este proyecto se expusieron en la célebre muestra de Venecia de 2017), la serie Cherry Blossoms marca, según la declaración de Hirst, el regreso del artista al trabajo solitario en su estudio. Hirst redescubre el estimulante placer de pintar y “sumergirse en los cuadros y golpearlos completamente de punta a punta”.

La exposición es la respuesta de Hirst a una invitación de Hervé Chandès, director general de la Fondation Cartier, al artista durante un encuentro en Londres en 2019. Las obras se exponen en un espacio diseñado por Jean Nouvel.

En la imagen: Damien Hirst trabajando en su estudio en la serie Cerezos en flor

Las nuevas obras de Damien Hirst se exponen en París: Cerezos en flor

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