Inglaterra, debate sobre la presencia de cuatro esculturas de Gormley. "Parecen juguetes sexuales"


Un pueblo de 2.000 habitantes en la costa inglesa se ha convertido en protagonista del arte contemporáneo: se habla de cuatro esculturas de Gormley en la playa, que podrían convertirse en permanentes. Pero algunos no están de acuerdo: 'parecen juguetes sexuales'.

Un tranquilo pueblo costerodel este de Suffolk (Inglaterra) ha adquirido estos días una fama inusitada: en Aldeburgh (así se llama la pequeña localidad, de dos mil habitantes, situada a unos cien kilómetros al este de Londres) se habla de hecho del emplazamiento de cuatro esculturas de Antony Gormley (Londres, 1950), uno de los principales artistas británicos contemporáneos. La instalación, llamada Cuarteto (durmiente), es una obra de 2001, compuesta por cuatro esculturas de bronce de formas sinuosas que no son fáciles de interpretar: según la descripción oficial, se remontan a un periodo en el que el artista desarrolló formas “parecidas a nubes” que “expresan el yo interior”.

Los habitantes de Aldeburgh, sin embargo, piensan de otra manera: algunos las han comparado con juguetes sexuales, señalando similitudes con consoladores, vibradores y butt plugs (“no desentonarían en una tienda Ann Summers”, escribieron en las redes sociales, en referencia a la popular cadena británica de tiendas de lencería y juguetes sexuales), mientras que otros las consideran más bien excrementos de perro o conejo, según la forma. Similitudes aparte, las obras de Gormley fueron instaladas en agosto en la playa de Aldeburgh por su propietaria, la coleccionista Caroline Wiseman, con motivo de las celebraciones del décimo aniversario de la fundación de Aldeburgh Beach Lookout, un espacio expositivo en el que desde 2010 exponen importantes artistas británicos: Sin embargo, las obras se han convertido en objeto de gran debate porque a Wiseman le gustaría que la instalación fuera permanente, y ha solicitado permiso para que las obras permanezcan en la arena de la localidad.

Wiseman no tenía ni idea de que se necesitara permiso para dejar las obras allí: fue su solicitud, y la posterior opinión preliminar del Consejo de Suffolk Oriental, lo que desató el debate. De momento, el consejo se ha pronunciado a favor: reconoce la buena fe de la coleccionista (que no había solicitado el permiso en agosto porque no sabía que era necesario), así como el valor de la obra, el hecho de que los trabajos no causan un impacto significativo en el aspecto de la zona de conservación de la playa de Aldeburgh y que la instalación sigue todas las directrices impuestas por las leyes de conservación. “En consecuencia”, concluye la nota del East Suffolk Council, “debería concederse el permiso”.

Por tanto, Wiseman confía ahora en obtener el permiso para dejar las estatuas de Gormley en la playa. En cuanto a las críticas, declaró a la BBC que “lo mejor que puede hacer la gente es venir a verlas, acercarse a la playa para hacerse una idea de lo que son. Si piensan que parecen juguetes sexuales es porque tienen una imaginación muy viva”. Las obras, según el coleccionista, “son apropiadas para su entorno, sus colores son similares a los de la arena. A mí me parecen más bien focas dormidas. Además, pesan mucho y no tienen gran valor económico, así que no creo que nadie se las lleve”. Aldeburgh es una de las ciudades costeras más cultas de Gran Bretaña y éste es el lugar ideal para las esculturas. Aquí a todo el mundo le encantan. De hecho, también hay entre los habitantes de Aldeburgh quienes ven con buenos ojos la iniciativa, pues creen que añaden valor a la playa y al pueblo, y que pueden atraer visitantes durante todo el año. Sin embargo, el alcalde de Aldeburgh no avisó con antelación, limitándose a hacer saber que el ayuntamiento decidirá qué hacer.

En la foto: Cuarteto de Antony Gormley en la playa de Aldeburgh.

Inglaterra, debate sobre la presencia de cuatro esculturas de Gormley.
Inglaterra, debate sobre la presencia de cuatro esculturas de Gormley. "Parecen juguetes sexuales"


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