La famosa obra del cómico Maurizio Cattelan, el plátano pegado a la pared con cinta de embalar, se ha vendido por la increíble cifra de 6.240.000 dólares. La venta ha tenido lugar esta noche en Nueva York, en una subasta de Sotheby’s, que la había estimado en 1-1,5 millones de dólares “el plátano que rompió internet”, como la calificó la casa de subastas. Fue el coleccionista chino Justin Sun, de 34 años, empresario de criptomonedas, quien se adjudicó la obra por la extraordinaria suma de unos 5,9 millones de euros, y que participó en la subasta por teléfono a través del vicepresidente de Sotheby’s Asia.
"Consistente en un plátano pegado a una pared, colgando exactamente a 160 centímetros del suelo, Comediante pertenece a la rara categoría de obras de arte que no necesitan presentación, habiendo explotado rápidamente en una sensación viral global que atrajo a multitudes récord, inundó las redes sociales, aterrizó en la portada del New York Post y dividió a espectadores y críticos por igual“, explica Sotheby’s. ”Apasionadamente debatida, rapsódicamente venerada y acaloradamente contestada (y devorada no solo una vez, sino dos), la obra acaparó titulares en todo el mundo, convirtiéndose en la obra de arte más comentada del siglo".
Durante la venta, el subastador Oliver Barker calificó la obra de “icónica” y “perturbadora”, añadiendo, con un deje de ironía, que “nunca pensó” que vendería un plátano en una subasta. De hecho, el comprador, por supuesto, no compra el plátano en sí: por la suma de 6,24 millones de dólares, Sun adquirió un certificado de autenticidad, así como instrucciones sobre cómo instalar la obra y cómo sustituir el plátano. “No es sólo una obra de arte”, dijo Sun en una declaración a Sotheby’s, “sino que representa un fenómeno cultural que une el mundo del arte, los memes y la comunidad de las criptodivisas. Creo que esta pieza inspirará más reflexiones y debates en el futuro y pasará a formar parte de la historia.”
Maurizio Cattelan conmocionó al mundo del arte con Comedian, expuesta por primera vez en Art Basel Miami en 2019 y vendida entonces por la suma de solo, por así decirlo, 120.000 dólares, ya considerada una cifra muy alta en aquel momento (al menos por los detractores de Cattelan). Detrás de esta obra aparentemente banal se esconde un comentario provocador sobre el valor del arte y su relación con el mercado, que ha suscitado acalorados debates entre críticos, coleccionistas y público.
La decisión de utilizar un plátano, una fruta destinada a descomponerse, evoca el tema de la fugacidad y la transitoriedad, y quizá recuerde también a los bodegones antiguos, pero con el gesto de fijarlo a la pared (algo que el artista ya había hecho en 1999 con su galerista Massimo De Carlo, fijándolo a la pared con la misma cinta gris), Cattelan se burla del intento del arte de hacer eterno lo efímero. El título, Comediante, subraya el carácter irónico y satírico de la obra, que invita al espectador a reflexionar sobre el concepto de valor artístico: ¿por qué un objeto cotidiano puede adquirir un precio astronómico sólo por el contexto en el que se coloca?
Sin embargo, la historia de Comediante no se limita a su venta. Artistas y visitantes la han reinterpretado mediante acciones provocadoras. Famoso es el episodio de 2019 en el que el artista georgiano David Datuna se comió el plátano expuesto en Art Basel, en una performance ya famosa. Se han repetido episodios similares, como el de Noh Huyn-soo, un estudiante surcoreano que consumió un plátano durante una exposición en Seúl (Corea del Sur). Estos sucesos refuerzan la idea de que la importancia de Comedian reside en la interacción y la provocación más que en el mero objeto.
Con Comedian, Cattelan explora la relación entre significado y valor económico, y quizá quiera sugerir que el verdadero valor del arte reside en el debate que genera y no en el objeto en sí: en este sentido, Comedian se ha convertido ya en una obra importante en el campo delarte relacional. Con su humor, Cattelan incita a reflexionar sobre temas profundos sin imponer nunca un mensaje unívoco, dejando al espectador la interpretación. Un experimento que cuestiona los límites del arte, el papel del artista y el poder del mercado. Amada o ridiculizada, esta obra ya ha dejado una huella indeleble en la historia del arte contemporáneo.
El plátano de Maurizio Cattelan, vendido por más de 6 millones de dólares |
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