El Museo Picasso de Málaga inaugura una gran exposición individual de Miquel Barceló con un centenar de obras

Titulada Metamorfosis, la gran exposición individual de Miquel Barceló (Felanitx, 1957) se inaugura hoy, 27 de enero, en el Museo Picasso de Málaga, España. La exposición, que toma su nombre de la célebre novela de Kafka Metamorfosis publicada en 1915, estará abierta hasta septiembre de 2021 y muestra un centenar de obras creadas entre 2014 y 2020: para Barceló, es también un regreso a la ciudad natal de Pablo Picasso tras unos diez años de ausencia, y para la ocasión el artista reúne una selección de obras de diversa índole (treinta cerámicas, trece pinturas, cuarenta y dos acuarelas, seis cuadernos de viaje y una pequeña escultura, además de una instalación de siete grandes bronces, Allumettes, que se instalan en el patio del museo).

La exposición, comisariada por Enrique Juncosa, se centra en la condición cultural del artista mallorquín, cuyas obras se caracterizan por las transformaciones, el movimiento, las transiciones: su mundo creativo está, de hecho, en perpetua metamorfosis, desde el principio de su carrera. Cada una de sus obras nos conduce hacia una nueva obra, en un proceso de reinvención cíclica: partiendo de la realidad que observa, Barceló vive, lee e imagina sus obras, que al mismo tiempo están impregnadas de significados sociológicos y ecológicos y transmiten al observador la apasionada vida interior del artista.

Y como para Picasso, para Barceló, uno de los más grandes artistas españoles contemporáneos, pintar y dibujar son formas de experimentar: “Toda obra”, dice el artista, “es experimental, toda obra es una prueba para otra, que probablemente ya no existirá, y creo que esto es así para mi pintura, para mi cerámica y para todo lo que sale de mi mano”. La exposición tiene una sede excepcional, el Museo Picasso de Málaga, y Barceló afirma haber recibido de Picasso “una especie de influencia genérica, una forma de relacionarse con la vida, una forma de estar en el mundo”. Son varios los elementos que el arte de Picasso y Barceló tienen en común: la investigación constante, la versatilidad en la búsqueda de nuevos soportes, la interrelación entre diferentes técnicas y diferentes épocas artísticas, una forma de trabajar implacable y vertiginosa, el diálogo con la tradición, la fascinación por la mitología, el simbolismo arcaico de la tauromaquia. Y ambos son dos artistas españoles, cosmopolitas e hijos del Mediterráneo, ambos creadores de un arte primitivo y a la vez muy moderno.

Las treinta cerámicas constituyen el eje principal de la exposición: se caracterizan por su sofisticada tosquedad, con sus formas laceradas, fragmentadas y afiladas, donde aparecen elementos figurativos que remiten a plantas y seres del mundo acuático, o a pétalos, hojas, formas antropomórficas. El conjunto de cerámicas resume los intereses de un artista que, sin haber abandonado nunca la pintura, ha explorado larga y profundamente las posibilidades formales y conceptuales de la cerámica. Estas creaciones proceden de su taller de Vilafranca de Bonany, en la isla de Mallorca. También se expondrá en Málaga Tótems, una nueva serie de cerámicas de gran formato que evocan la arquitectura clásica, así como los dioses y personajes mitológicos de una civilización desconocida.

Las pinturas de gran formato incluyen paisajes nocturnos, azules y negros, con cielos en los que resuenan el movimiento y la luz. Y también hay un singular autorretrato de aspecto carbonizado, así como cuadros que recuerdan el arte rupestre, una de las grandes pasiones de Miquel Barceló. Vinculada al título de la exposición se encuentra una serie de quince acuarelas, realizadas entre Tailandia e Italia (dos países a los que el artista mallorquín ha viajado con frecuencia en los dos últimos años), que muestran a un ser humano convirtiéndose en insecto. Por último, los siete bronces de gran formato representan cerillas usadas retorcidas tras ser consumidas por el fuego, y se instalarán, como estaba previsto, en el patio del museo, que en el pasado ya ha visto obras de Louise Bourgeois, Bruce Nauman, Alexander Calder o James Turrell.

Miquel Barceló inició su carrera en los años ochenta, tras estudiar en la Escuela de Artes Decorativas de Palma de Mallorca y en la Escuela de Bellas Artes Sant Jordi durante unos meses, antes de continuar su formación como artista autodidacta. Ha participado en la Bienal de Venecia, la Bienal de São Paulo en Brasil, la Documenta 7 de Kassel, y ha sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas (1986) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003). Entre sus obras destacan el gran retablo cerámico de la Catedral de Palma de Mallorca, realizado en 2007, y la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y Alianza de Civilizaciones del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra. Ha viajado por diferentes países y zonas del mundo: África, América Latina, Japón, Nepal, Francia, Italia. Entre los artistas clásicos que han sido referentes para su pintura figuran Caravaggio, Velázquez, Rembrandt, Goya, Paul Klee, Jan Dubuffet, Pablo Picasso, Joan Miró y Antoni Tàpies.

La exposición va acompañada de un catálogo de trescientas páginas con textos en español e inglés. Para más información sobre la exposición, visite la página web del Museo Picasso Málaga.

Imagen: Miquél Barceló, Allumettes I, III, IV, V, VIII, IX, XIII (2015; bronce; Colección del artista). Foto: Pablo Asenjo © Museo Picasso Málaga © Miquel Barceló, VEGAP, Málaga, 2021

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